Crece el rechazo internacional a la ofensiva final de Israel sobre Rafah

El Salto

Foto: Manifestación de solidaridad con Gaza el 27 de enero de 2024. (Manuel del Valle)

Israel ha iniciado el asedio y bombardeo de Rafah, una ciudad que alberga actualmente a 1,4 millones de personas —cerca de la mitad menores de edad—, en su mayoría refugiados que habitan en precarias tiendas de campaña e instalaciones de la UNRWA. En esta localidad, situada en la frontera con Egipto, ha recalado gran parte de la población desplazada por los bombardeo y la invasión terrestre israelí.

Francia se ha unido a la peticiones de Alemania, Países Bajos, Reino Unidos y EE UU para que el Gobierno de Benjamin Netanyahu detenga los ataques sobre la superpoblada Rafah, una localidad que antes del inicio de la operación de exterminio albergaba apenas a 150.000 habitantes, más de 80.000 en campos de refugiados.

El Gobierno de Macron, alineado con Israel y su “derecho a la defensa” desde el inicio de la ofensiva contra la población civil palestina de Gaza, ha declarado este domingo que un ataque masivo contra Rafah provocaría un “desastre”, especialmente para los centenares de miles de desplazados por los bombardeos. París también ha señalado que Rafah es un “punto vital” para la prestación de ayuda internacional, algo que redundaría en la creación de “un desastre humanitario de una nueva dimensión injustificable”. El Ministerio de Exteriores francés recordó en un comunicado que “se opone a cualquier desplazamiento forzado” y que la resolución del conflicto pasa por “un Estado palestino que viva en paz y seguridad junto a Israel”.

En una conversación telefónica entre el presidente Joe Biden y Netanyahu mantenida este 11 de febrero, Estados Unidos pidió a Israel que se abstenga de una operación militar que pueda convertirse en una nueva masacre contra la población civil. Biden llegó a calificar como “excesiva” la campaña militar de Israel en Gaza. Las dos terceras partes de la conversación, que duró 45 minutos, se centraron en la liberación de las 136 personas capturadas por Hamás.

Para el primer ministro israelí, pedir a que sus fuerzas armadas no entren al “último bastión de Hamás” es como pedirle “que no gane la guerra”

Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, los planes de ataque sobre Gaza pueden tener “consecuencias devastadoras para las 1,4 millones de personas a las que ya no les queda sitio a dónde ir y que casi no tienen dónde encontrar asistencia sanitaria”. 

Para el primer ministro israelí, pedir a que sus fuerzas armadas no entren al “último bastión de Hamás” es como pedirle “que no gane la guerra”. Netanyahu se ha limitado a afirmar que tiene “un plan detallado” para que los ataques no afecten a civiles y a pedir la evacuación del 1,4 millones de personas que viven en Rafah, una ciudad que limita al sur con un Egipto cerrado y al norte con una Gaza devastada.

Mientras, en Rafah, el Ministerio de Salud reportaba los primeros ataques contra esta ciudad gazatí con un saldo de al menos 67 personas asesinadas. Unas muertes que se suman a las 100 producidas en la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que consiguió rescatar en la madrugada de este lunes a dos israelíes de origen argentino capturados por Hamás el 7 de octubre. Según un comunicado de Hamás, los bombardeos israelíes han provocado la muerte de otros dos capturados y heridas a otros ocho. 

En estos más de cuatro meses de bombardeos, 28.177 palestinos han muerto por los ataques israelíes, sin contar con las miles de personas enterradas bajo los escombros. Al menos 67.784 han resultado heridas y el 85% de la población se ha visto forzada al desplazamiento.

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