El desarrollo promovido por los Estados en América Latina, pretende emular el modelo de vida occidental, este paradigma retoma únicamente los indicadores de crecimiento macroeconómico como señal de que una sociedad se encuentra “más desarrollada” que otra, donde la inversión privada, las exportaciones y el libre mercado juegan un papel fundamental.
América Latina figura en el consenso internacional como depositaria de materias primas, a la región le toca colocar a nivel internacional sus bienes como agua, minerales, bosques, biodiversidad, mercantilizando y privatizando la vida.
Existen actualmente una serie de críticas a este modelo de desarrollo implementado: lejos de promover el crecimiento, profundiza la desigualdad y la pobreza económica, promueve el despojo de diversas formas de vida comunitaria, rural y campesina principalmente, además ha producido una de las crisis más trascendentales que enfrentamos a escala global, nos referimos a la destrucción de degradación del medio ambiente y los consecuentes efectos producidos por el cambio climático.
Debido a estas críticas, se han añadido al paradigma del desarrollo algunos conceptos que pretenden paliar sus impactos potenciales tal es el caso del desarrollo sostenible, sustentable e incluso el desarrollo verde, sin embargo, los proyectos promovidos bajo estos enfoques, han profundizado los impactos.
El paradigma del desarrollo encubre fuertemente el proceso de colonialismo iniciado en el continente desde hace 500 años ya que el desarrollo occidental ha producido una estela de despojos y violencias en territorios de América Latina.
Este proceso ha impactado fuertemente en la construcción de subjetividades, América Latina y México, de ser sociedades fuertemente colectivas y comunitarias, se han transformado en individualistas y sociedades de consumo. México no escapa de la tendencia que se impone a escala global en cuanto a “desarrollo” se refiere.
En los últimos 30 años se ha aplicado la receta neoliberal extractivista. A partir de ahí se entiende la política pública para el estado de Oaxaca consistente en generar “polos de desarrollo”. Pese a que las promesas del desarrollo no han sido cumplidas ¿por qué sigue inserto en los planes y políticas en materia social y económica?
Te invitamos a leer el Diagnóstico: Alternativas Comunitarias en Defensa de los Territorios en Oaxaca, donde se responden a esta duda, fundamental en el ejercicio de pensar y repensar nuestras alternativas.
Descargar Diagnóstico: Alternativas Comunitarias en Defensa de los Territorios en Oaxaca (pdf, 72 pág.)
Publicado originalmente en La Minuta