Científicos llaman con urgencia a la acción por el Amazonas

Servindi

El Panel Científico del Amazonas (SPA) lanzó un llamado urgente a la acción, luego de presentar los resultados preliminares de un primer informe científico exhaustivo para la cuenca del Amazonas.

“La ciencia nos dice que nos enfrentamos a riesgos potencialmente irreversibles y catastróficos para la humanidad debido a múltiples crisis (…) El destino del Amazonas es central para la solución de las crisis globales». 

Así lo sostuvo Mercedes Bustamante, del Panel Científico del Amazonas (SPA, por su sigla en inglés), durante la presentación de un informe con sus hallazgos iniciales en un diálogo de alto nivel.

El reporte del SPA fue elaborado por científicos de los ocho países amazónicos, Guyana Francesa y otros colaboradores globales.

El informe evalúa el estado de los ecosistemas amazónicos, las tendencias regionales y las implicaciones a largo plazo para el bienestar de la región.

También explora oportunidades y opciones para la política pública que fomenten la conservación y el desarrollo sostenible de la Amazonía.

“Somos científicos que hemos estado estudiando el Amazonas y todos sus maravillosos bienes durante muchas décadas. Hoy estamos parados en un momento que determina el destino: el punto de inflexión está aquí, es ahora.

Así lo afirmaron Carlos Nobre, presidente del SPA y Thomas Lovejoy, del Comité Estratégico del SPA quienes remarcan que los pueblos y líderes amazónicos unidos tienen el poder, la ciencia y las herramientas para evitar un desastre ambiental continental y global.

“La economía de destrucción de la naturaleza, que hasta hoy domina la Amazonía, debe ser reemplazada por una economía del conocimiento basada en la naturaleza» dijo Ricardo Abramovay.

Esta nueva economía debe ser «capaz de valorar la socio-biodiversidad y convertirse en un motor de lucha contra la pobreza y la desigualdad en las zonas rurales y en las ciudades» apuntó Abramovay.

El foro de alto nivel se efectuó el 14 de julio y fue organizado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) y el Banco Mundial.

Su finalidad fue fomentar el diálogo entre científicos y responsables de políticas públicas para avanzar en las metas de desarrollo sostenible en la Amazonía.

La presentación tuvo lugar en un evento paralelo al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible (HLPF) efectuado en las Naciones Unidas.

Los oradores incluyeron al Premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia y Gregorio Mirabal, coordinador de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica [COICA]).

Asimismo, Guilherme Leal, CEO y Fundador de Natura Cosmetics; Valerie Hickey, del Banco Mundial y los científicos del SPA Mercedes Bustamante, de la Universidad de Brasilia.

También, Simone Athayde, de la Universidad Internacional de Florida; Marielos Peña-Claros, de la Universidad de Wageningen y Ricardo Abramovay, de la Universidad de São Paulo.

Resultados preliminares del Panel Científico del Amazonas (SPA)

Virtudes estratégicas y globales de la Amazonía

El Amazonas es una superpotencia de biodiversidad que alberga la mayor concentración en el planeta Tierra, con más del 10 por ciento de las especies listadas en el mundo.

Su extraordinaria biodiversidad provee estabilidad y resiliencia a los ecosistemas, y es el producto de complejas dinámicas que han co-evolucionado por millones de años.

Mucha de su biodiversidad aún es desconocida para la ciencia, a tal punto que se lista una nueva especie cada dos días, con una de las tasas más altas de nuevas especies para muchos grupos taxonómicos.

El Amazonas es un componente crucial del sistema climático de la tierra.

El Amazonas es un componente crucial del sistema climático de la tierra. La precipitación producida en el Amazonas produce la descarga de río más grande del planeta: aprox. 20 por ciento de la descarga mundial entre ríos y océanos.

El Amazonas también actúa como un sumidero de carbono importante y almacena 200 billones de toneladas de carbono en sus suelos y vegetación.

La ciencia nos dice que nos enfrentamos a riesgos potencialmente irreversibles y catastróficos para la humanidad debido a múltiples crisis (reducción de la biodiversidad, cambio climático y la pandemia de COVID-19). Sin embargo, también nos muestra que hay una ventana estrecha de oportunidades para cambiar esta trayectoria. El destino del Amazonas es central para la solución de las crisis globales. El SPA ha consolidado un nuevo entendimiento de las respuestas de los ecosistemas amazónicos a los cambios que ocurren a velocidades sin precedente y resalta la urgencia de abordar soluciones. (Mercedes Bustamante)

El Amazonas también es el hogar de aproximadamente 40 millones de habitantes, de los cuales más de 2 millones pertenecen a comunidades Indígenas que representan a más de 350 grupos étnicos, de los cuales 60 permanecen en aislamiento voluntario.

Este numero, sin embargo, representa sólo una fracción de los 8 a 10 millones de habitantes indígenas que poblaban el Amazonas antes de la colonización y los más de mil idiomas que existían.

Los pueblos indígenas han habitado el Amazonas por lo menos 12 mil años y han contribuido a la actual biodiversidad domesticando al menos 155 plantas que constituyen un legado de agro-biodiversidad.

El Amazonas es un sistema biocultural que no puede sobrevivir sin la valorización, empoderamiento y participación de los pueblos indígenas y comunidades locales (IPLC) tanto en espacios rurales como urbanos. La diversidad biocultural en el Amazonas y en todo el mundo provee al planeta con conocimiento, recursos, alternativas e innovaciones para abordar la incertidumbre con la que navegamos estos tiempos turbulentos de puntos de inflexión socio-ecológicos para la resiliencia de la Tierra. No puede haber ningún tipo de desarrollo sin inclusión, equidad y justicia socio-ambiental. (Simone Athayde)

Agresiones, deterioro y amenazas

Hoy en día, la población del Amazonas es más de 70 por ciento urbana. El 18 por ciento de las zonas forestadas de la cuenca amazónica han sido convertidas a otro uso, con un 17 por ciento adicional degradado.

El mayor impulsor de este proceso es la expansión de la frontera agrícola y las actividades ilegales.

La sobreexplotación, la deforestación y la fragmentación de los bosques son las amenazas principales a la biodiversidad, tanto en los Andes trópicos como en las tierras bajas de la Amazonía.

Alteraciones antropogénicas ponen a más de 8,000 especies de plantas endémicas y 2,300 de animales en vías de extinción.

Todas estas alteraciones cambian el funcionamiento de los bosques y otros ecosistemas, afectan el almacenamiento y secuestro de carbono y disminuyen su productividad y resiliencia a las perturbaciones.

Además, interrumpen el ciclo del agua, con consecuencias incalculables para el presente y futuro bienestar humano.

Cabe advertir que los ecosistemas de agua fresca han sido degradados y sus especies amenazadas por una multitud de factores, incluyendo el cambio climático, la sobreexplotación, la polución y la minería.

A ello se agrega la fragmentación de ríos por represas hidroeléctricas y otras infraestructuras, como, por ejemplo, las carreteras, que alteran los procesos del ecosistema al modificar las cascadas tróficas.

Estas degradaciones ponen la salud humana, la seguridad alimentaria y el acceso al agua en riesgo, y disminuyen la capacidad de la población y fauna amazónica de adaptarse a futuros cambios antropogénicos.

Preocupantes proyecciones

Modelos climáticos con escenarios de altas emisiones futuras proyectan un “calentamiento progresivo que puede exceder los 6°C” en el Amazonas en la segunda mitad del siglo, particularmente durante la estación seca.

La precipitación media anual disminuirá en la región, con efectos más pronunciados en las zonas este y sur. Se proyecta un incremento en la precipitación de la zona noroccidental del Amazonas al final del siglo XXI.

Una pregunta de gran importancia es cuánta tala de bosques, y en qué localizaciones, podría llevar a que se crucen los puntos de inflexión y que se establezcan nuevos y persistentes ecosistemas con una menor cantidad de biomasa en toda la región. 

Pilares para la resiliencia y conservación

Una red de aproximadamente 7,000 territorios indígenas (TI) y áreas protegidas (AP) atraviesan ocho países y un territorio nacional y cubre alrededor del 50 por ciento de la cuenca amazónica.

Esta red es uno de los pilares para la conservación de la riqueza biológica de la región, la autodeterminación y la protección de los derechos de la tierra de los grupos indígenas.

Aunque tanto los TI como las AP muestran tasas de deforestación más bajas que las zonas forestales no protegidas, estas siguen bajo continua amenaza.

Específicamente, están expuestas a la expansión de la frontera agrícola, al daño causado por las infraestructuras y la combinación de concesiones extractivas y procedimientos “legales” que cambian sus limites y niveles de protección.

Consideramos que la ciencia, actualmente representada por el Panel Científico, los pueblos indígenas del Amazonas, la tecnología y nuestra ciencia basada en conocimiento tradicional, se unen en este reporte para darles un mensaje de preocupación, pero también una propuesta al mundo—a compañías, bancos y gobiernos. Queremos que la voluntad de los gobiernos entre en acción para salvar al Amazonas y nuestras comunidades. (Gregorio Mirabal)

Alternativas

El diálogo reafirmó la urgencia de disminuir la deforestación y la degradación de los bosques a cero en menos de una década como algo crucial. Las estrategias de conservación de los bosques y la biodiversidad son una prioridad.

Las estrategias incluyen el ejercicio de la ley dentro y fuera de las áreas protegidas, su integración con sistemas agroecológicos y cadenas de suministro sostenibles e incentivos para restaurar las áreas degradadas.

Ello implica mejorar la gestión de las instituciones financieras e incorporar nuevas formas de gobernar el medio ambiente y los recursos naturales con participación de la sociedad civil y los movimientos sociales.

La restauración y rehabilitación de más de 360,000 km² de bosques degradados y de 470,000 km² de tierras deforestadas o abandonadas en el Amazonas es una oportunidad para los responsables de políticas públicas con compromisos internacionales a largo plazo que beneficien a las poblaciones locales.

La planeación de la restauración y remediación de hábitats de agua dulce requiere soluciones tecnológicas para restaurar la calidad del agua y reestablecer la dinámica hidrológica y la conectividad.

También es necesario restablecer las prácticas de pesca sostenibles como un recurso clave para los sustentos locales.

El 20 por ciento de la tierra deforestada en la Amazonía está abandonada y se concentra en el “arco de la deforestación” y junto a vías fluviales y carreteras.

Para ser eficaces, la restauración y la remediación deben centrarse en áreas prioritarias en las que se maximicen los múltiples servicios de los ecosistemas para una amplia gama de grupos interesados en las redes rurales y urbanas.

Sin duda, la restauración desempeñará un papel importante en el restablecimiento de la calidad del agua, la cobertura forestal o la productividad del suelo en la Amazonía. Pero debemos tener en cuenta que muchas opciones de restauración tienen altos costos y son bastante complejas de implementar. Por lo tanto, la restauración debe verse como la última opción. Nuestro objetivo principal debería ser conservar los bosques y los cuerpos de agua, evitando así la necesidad de una restauración futura. (Marcielos Pena-Claros)

El trabajo intersectorial y colaborativo entre gobiernos, la sociedad civil organizada y organizaciones locales e indígenas para la conectividad andino-amazónica ofrece una oportunidad complementaria.

Esto incluye integrar la gestión de las AP y TI para la conservación de la biodiversidad, el fortalecimiento de las conexiones culturales y la vitalidad económica regional entre los sistemas rurales y urbanos.

Solo así se podrá garantizar una respuesta coordinada a las amenazas a las que se enfrenta la región y promover la investigación internacional y la cooperación intergubernamental global.

Fortalecer la cooperación entre los gobiernos de los países amazónicos, la sociedad civil, las instituciones financieras, el sector privado, los pueblos indígenas y las organizaciones de otras comunidades locales es vital para construir “la Amazonía que queremos”.

Potencial de la Amazonía

La Amazonía tiene un inmenso potencial para convertirse en el epicentro de un modelo de bioeconomía que valora los bosques saludables y los ríos que fluyen, y que promueve el bienestar de sus poblaciones rurales y urbanas.

Para posibilitar el desarrollo de una bioeconomía sostenible y dinámica en la Amazonía es necesario combatir las actividades ilícitas y los delitos ambientales.

Asimismo, fortalecer las cadenas de valor de los productos de la biodiversidad mediante la fusión del conocimiento científico y el tradicional, estimular y fortalecer los emprendimientos científicos y comunitarios con inversiones públicas, privadas, domésticas e internacionales.

La economía de destrucción de la naturaleza, que hasta hoy domina la Amazonía, debe ser reemplazada por una economía del conocimiento basada en la naturaleza, capaz de valorar la socio-biodiversidad y convertirse en un motor de lucha contra la pobreza y la desigualdad en las zonas rurales y en las ciudades. (Ricardo Abramovay)

El sector privado juega un papel importante como agente de cambio. Las empresas, los fondos de inversión y las carteras que comercializan y utilizan productos amazónicos son responsables de su producción sostenible y deben proporcionar información transparente a los consumidores e inversores.

Los impactos en la Amazonía afectan a toda la comunidad global. Por lo tanto, la cooperación global y la responsabilidad mutua son fundamentales para lograr la sostenibilidad de la Amazonía.

El bienestar de quienes habitan el planeta hoy y de las futuras generaciones depende de su conservación.

“Somos científicos que hemos estado estudiando el Amazonas y todos sus maravillosos bienes durante muchas décadas. Hoy estamos parados en un momento que determina el destino: el punto de inflexión está aquí, es ahora. Los pueblos y líderes de los países amazónicos juntos tienen el poder, la ciencia y las herramientas para evitar un desastre ambiental a escala continental, de hecho, global”. – Carlos Nobre, presidente del SPA y Thomas Lovejoy, miembro del Comité Estratégico del SPA

La urgencia de la toma de decisiones basadas en la ciencia

Los científicos han estado advirtiendo sobre las desastrosas consecuencias de la destrucción de la selva amazónica durante décadas. Así lo atestiguan las grandes inundaciones en el estado de Amazonas (Brasil) y la pandemia de COVID-19 que aún se expande en el mundo.

A medida que el cambio climático amenaza al mundo con temperaturas cada vez más altas y extremos climáticos más frecuentes urge promover, difundir y mejorar las soluciones y vías para el desarrollo sostenible.

La toma de decisiones debe estar guiada por datos claros y confiables, proporcionados por expertos para ayudar al publico a entender las emergencias reales, como las que enfrentamos ahora. 

Las crisis en el Amazonas impactan fuertemente a las comunidades locales, pero también a la comunidad global, ya que este bioma juega un papel crucial en los ciclos globales del agua y en la regulación de la variabilidad climática.

Adicionalmente, estudios recientes muestran que la deforestación y la degradación de los bosques puede influir en la aparición de nuevas enfermedades zoonóticas.

Dado el alarmante incremento en la deforestación del Amazonas, aumenta el riesgo de brotes que puedan tener consecuencias enormes a nivel social y económico, como lo evidencia la pandemia del COVID-19.

Para responder al compromiso de cumplir la Agenda 2030 durante la Decada de Acción de las Naciones Unidas, es crucial priorizar acciones que reduzcan las amenazas a esta región y que las políticas públicas se basen en las recomendaciones proporcionadas por la ciencia. 

Con informacion de la COICA.

Publicado originalmente en Servindi.

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