El 2 de octubre de 1992 es un hito en la historia brasileña. La «masacre del carandirú», visto 25 años después, trasciende el sistema penitenciario y ofrece subvenciones para un debate más amplio sobre el genocidio reincidente provocado por el estado brasileño contra las poblaciones pobres.

A lo largo de todo el día, el Brasil de Fato y la Pavio publicarán contenidos que asumen lo ocurrido, que tendrá como base tres minidocumentarios que nos ayudan a entender esta parte de la historia de nuestro país. La construcción de la violencia de clase y la normalización del genocidio de indígenas y negros es objeto del vídeo que inicia la serie especial » 25 años de la masacre del Carandirú: Tierra de las matanzas.»

Hace 25 años, un 2 de octubre fueron asesinados 111 presos a manos de la policía militar del Estado en un motín en la Casa de Detención de São Paulo, mejor conocida como Carandirú.

De las víctimas, 102 murieron por impacto de bala y 9 por apuñalamiento. Los policías incluso dispararon contra los presos que se encontraban en sus celdas y que no habían participaron en el motín. Por lo menos 73 agentes fueron procesados entre 2013 y 2014 por la matanza, pero un tribunal brasileño anuló el proceso en el 2016 cuando aseguró que no era posible responsabilizar individualmente a los autores de cada una de las muertes.

Hasta el día de hoy, los sobrevivientes junto con organizaciones y defensores de derechos humanos reclaman que la situación no ha mejorado en las cárceles brasileñas, pues aún imperan la corrupción, el hacinamiento y cifras de hasta 100 asesinatos por cada 100 mil presos.