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Arte político, una vía para la disidencia y la búsqueda de la justicia

Brenda Macías

La Dra. Ana Torres, investigadora del Departamento de Arte de la IBERO, especialista en la relación entre arte, política y memoria estudia las propuestas del Grupo SUMA, el Comité Eureka y la realización de murales colectivos en la escuela ‘Isidro Burgos’ de Ayotzinapa.

Estas intervenciones artísticas y políticas son acciones realizadas desde la alteridad, la resistencia, la memoria crítica, la utopía y desde formas distintas de movilizar espacios públicos y micropolíticos, detalló la investigadora, quien considera que ahí operan nuevos discursos visuales, al ser creados desde una colaboración colectiva que buscan abrir caminos a la justicia.

A la Dra. Ana Torres, este acercamiento le ha permitido abordar la violencia y las desapariciones forzadas desde el contexto de la Guerra Sucia hasta los modelos represivos neoliberales de la actualidad con el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

La académica, quien es catedrática de los posgrados del Departamento de Arte de la IBERO, Maestría en Estudios de Arte y el Doctorado en Historia y Teoría Crítica del Arte, al analizar las representaciones del Grupo SUMA, el Comité Eureka, y los murales colectivos en Ayotzinapa, revisa las tensiones entre la memoria instituida: hegemónica y autoritaria, y las memorias disidentes: rebeldes e indómitas.

Al estudiar algunas intervenciones artísticas y colectivas en el espacio público se pueden observar, desde el presente, los acontecimientos del pasado porque son memorias en resistencia que activan lo político y lo afectivo para denunciar las políticas públicas que buscan implementar el olvido.

Las teorías que respaldan los análisis de la Dra. Ana Torres provienen del pensamiento de Walter Benjamin, Didi-Huberman, Nelly Richard y Elizabeth Jelin, quienes han pensado que la memoria no sólo refiere a hechos del pasado o a recuerdos pasivos, sino a memorias vivas, que reaparecen e iluminan el presente y rememoran lo oculto del pasado.

La académica explicó en una videocolumna publicada en el canal de YouTube de la Dirección de Investigación y Posgrado de la IBERO que el Grupo SUMA realizó esténciles como El Guerrillero y La Desaparecida, y una carpeta de sellos de goma en la cual aparecen rostros de desaparecidos, entre ellos, el de Jesús Piedra, quien fue desaparecido en 1976, y la imagen de su madre, Rosario Ibarra de Piedra. A partir de entonces, Rosario, junto con otras mujeres que buscaban a sus hijos, formaron el Grupo Las Doñas y el Comité Eureka. Doña Rosario Ibarra de Piedra falleció el pasado 16 de abril, en Monterrey, Nuevo León.

La académica asegura que el arte materializa la memoria y es urgente su activación para conformar una memoria colectiva que nos enseñe a no olvidar; para construir una memoria crítica a través del afecto y la colectividad que permita la re-significación del espacio donde se desarrollan.

Más información sobre este tema en Artefacto visual. Imágenes dialécticas que iluminan lo oscuro de la memoria oficial: murales en Ayotzinapa, en Fracturas de la memoria: un siglo de violencia y trauma cultural en el arte mexicano moderno y contemporáneo; y el libro Imágenes en colectivo: Grupo Suma (1976-1982), coordinador por la Dra. Ana Torres, el cual obtuvo el premio Antonio García Cubas otorgado por el INAH.

Este material se comparte con autorización de la IBERO

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