Oaxaca, Oaxaca. Aún no puede creer que su sueño se cumplió. Aldrin Samuel es un joven zapoteca de 18 años que el pasado jueves recibió la noticia de que fue aceptado con un total de 99 aciertos para estudiar la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“No lo puedo creer”, expresó el joven originario de la comunidad de San Francisco Cozoaltepec, en la costa de Oaxaca, quien es el primer estudiante del Sistema Telebachillerato Comunitario en ingresar a la UNAM.

Aldrin vive con su madre y su hermano en la comunidad de San José Cerro Gordo, en el municipio costeño de Santa María Tonameca, en donde estudió su preparatoria en el Telebachillerato Comunitario número 49.

Cuando se propuso la meta de ir a la UNAM, sus días se transformaron en escuela y las noches en lectura, por eso está agradecido con quienes lo respaldaron, entre ellos su profesor Eloy Díaz.

“No hubo días de descanso, todo era leer”, expresó el joven, que reafirma que a pesar de las condiciones educativas, vale más el intelecto, la enseñanza y el acompañamiento, como en su caso tuvo de sus maestros.

“Con esta oportunidad que se me brinda para estudiar Relaciones Internacionales en la UNAM, en un futuro pretendo y espero poder apoyar a todas aquellas personas que necesitan motivación para que también logren sus sueños como yo”, señaló el joven.

725 kilómetros de distancia lo separan de la UNAM

Para llegar a la UNAM, Aldrin tendrá que trasladarse 725 kilómetros de distancia. Su intención es aprender idiomas, además del zapoteco, y viajar por el mundo.

Su madre, dice, es su mayor inspiración y es a quien le dedicó este logro de haber ingresado a la UNAM.

“Ella es muestra de que el cariño de una madre no se basa en si eres perfecto o no, sino en sus aspiraciones y el potencial que puedes demostrarle. Admiro su valentía, como madre autónoma pudo sacar adelante mis estudios y los de mi hermano aun con todas sus implicaciones económicas y físicas”, señaló.

Dijo que al ser maestra de educación preescolar, ejerce una labor muy loable que es educar a las niñas y los niños de la primera infancia.

“A mi madre le costó mucho obtener este trabajo, los sacrificios y el esfuerzo que ella hizo fueron aún más grandes por el hecho de ser mujer en una época en donde se denigraba el papel de ellas en la sociedad, que únicamente estaban destinadas a cuidar al marido y la casa, sin embargo, ella se demostró lo contrario y obtuvo su plaza como maestra bilingüe de preescolar, por ello es y será mi mayor motivación”, agregó.

Aldrín recuerda que en el Telebachillerato Comunitario Núm. 49 descubrió el gusto por la lectura, la música y la inquietud de aprender nuevos idiomas.

“Recuerdo la primera vez que tomé el libro de El mundo de Sofía, El Principito, Cien años de soledad, El código Da Vinci, entre otros que me atraparon por sus personajes, tramas y contextos tan variantes que me inquietaron a viajar y conocer nuevos horizontes”, agregó.

Expuso que en el año 2020, la pandemia le permitió estudiar desde casa y fue un factor para centrarse en sus metas y proyectos de vida. Así nació la idea de estudiar en la UNAM, pero le aterraba el hecho de saber que era una universidad prestigiosa y que todas las personas que conocía hasta ese momento habían intentado ingresar no lo lograron.

“Quiero decirles a mis compañeros del Telebachillerato Comunitario que definitivamente un aula sin paredes no es lo esencial”, recalcó, y enfatizó su agradecimiento hacia el profesor Eloy Díaz Cruz por haberle brindado la confianza al ver su potencial.

“Recuerdo que en sus clases de Literatura nos contaba sus anécdotas de cuando tuvo la oportunidad de viajar por las tierras de Gabriel García Márquez, Pablo Neruda y Mario Vargas Llosa, entre otros. Sin saberlo, estaba sembrando en mí esta semilla que comienza hoy a germinar y que en un futuro dará buenos frutos”, concluyó.