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Actividades extractivas amenazan subsistencia de pueblos en aislamiento en Perú

Servindi

Foto: Sernanp

Representantes indígenas de Madre de Dios denunciaron que la vida de pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) es amenazada por la depredación de sus territorios a través de concesiones ilegales.

La tala y la minería son las principales actividades que atentan contra los territorios y la subsistencia de los pueblos Mashco Piro, Yora y Amahuaca; los que viven en una extrema vulnerabilidad.

A pesar de las permanentes amenazas, el Estado peruano no dispone medidas efectivas para proteger a estos pueblos frente a actividades como la extracción forestal, la minería ilegal o la construcción de carreteras.

Por esta razón, la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad) denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al Estado, para que asuma su responsabilidad e implemente acciones que protejan efectivamente a estos pueblos.

Cabe recordar que los PIACI cuentan con una alta vulnerabilidad a nivel epidemiológico y enfrentan mayores amenazas por la invasión de actividades extractivas e ilegales que afectan a su territorio y a sus medios de subsistencia.

Demandas de derechos

En declaraciones para el diario La República, el dirigente de FENAMAD Julio Cusurichi Palacios, se refirió al preocupante panorama que enfrentan los PIACI de la región por el avance de las actividades depredadoras.

Cusurichi se refirió a los intereses económicos que hay detrás de la minería y la deforestación que se desarrolla en el mismo territorio de los pueblos en aislamiento, un problema en el que el Estado tiene responsabilidad.

“El Estado no ha reconocido integralmente el territorio PIACI ni ha otorgado protección efectiva a estas poblaciones”, sostuvo el dirigente indígena.

“Por el contrario, ha realizado acciones que vulneran directamente el principio de no contacto, tales como el otorgamiento de concesiones forestales y otras acciones que implican contactos forzados”, agregó.
 

El dirigente shipibo Julio Cusurichi también ha sido reconocido con el premio medioambiental Goldman, en 2007. Imagen: IUCN

Ante este contexto de vulneraciones que se remontan hasta hace más de 10 años, la federación indígena, junto a la asesoría legal de la organización EarthRights International (ERI), ha llevado la demanda a la CIDH.

Caso emblemático

La audiencia ante la CIDH se realizó el 23 de junio, con el fin de analizar los riesgos que enfrentan los pueblos Mashco Piro, Yora y Amahuaca frente a la presencia y actividades de externos en sus territorios.

De proceder, este caso representaría el primero ante la Corte IDH relacionado con pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI) en su objetivo por que se declare la responsabilidad estatal por las violaciones a derechos de estos pueblos.

Durante la audiencia, Daniel Rodríguez, asesor técnico de FENAMAD, explicó la amenaza que representa la presencia de actores externos que depredan los territorios de los PIACI de Madre de Dios.

Como detalló, debido a la dependencia del bosque para su subsistencia, estos pueblos se ven afectados por la alteración de sus ambientes. Además, la actividad externa genera desplazamientos y situaciones de conflicto.

En este contexto, la falta de protección territorial y el impulso de obras como el proyecto vial Cusco-Madre de Dios acentúan los riesgos hacia estos pueblos y contribuyen al desarrollo de actividades depredadoras en la zona, como la tala o la minería ilegal.

La situación también es preocupante por los casos de criminalización que enfrentan las organizaciones indígenas que defienden a estos pueblos en extrema vulnerabilidad, recordó el especialista.

Inacción estatal

A pesar de que se debe de asegurar el principio de no contacto y la intangibilidad de los territorios PIACI, la federación indígena de Madre de Dios denuncia que no se cumple con las directrices de protección integral.

Como recordó Rodríguez, se cuenta con una extensa documentación de encuentros y amenazas por la actividad de empresas forestales en la zona, principalmente.

Estas empresas construyen vías ilegales dentro del territorio y envían a trabajadores en la zona, quienes se exponen a posibles enfrentamientos con los no contactados.

Así se puede apreciar en las siguientes imágenes satelitales, donde se registra la construcción de más de 100 kilómetros de caminos forestales dentro del área de la ampliación de la Reserva Territorial Madre de Dios, incluso después de la aprobación formal de la ampliación de la reserva por parte de la Comisión Multisectorial PIACI en 2016.

Como indican fuentes de Servindi, estas son empresas madereras certificadas como «sostenibles» por el Consejo de la Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés). Uno de estos casos en Madre de Dios ya ha sido abordado en una reciente investigación del portal Ojo Público.
 

Las áreas en rojo que aparecen en las imágenes satelitales representan los puntos de deforestación. Las imágenes se obtuvieron de la plataforma Global Forrest Watch del World Resources Institute (WRI).

Aunque se cuenta con tecnología para monitorear e identificar estas amenazas, el Estado Peruano no implementa medidas que garanticen el impedimento definitivo de actividades extractivas en estos territorios intangibles.

En ese sentido, Rodríguez recordó que instrumentos como los planes de contingencia buscan asegurar el no contacto y buscan prevenir que se desarrollen conflictos en estas situaciones de alto riesgo, pero no son suficientes.

“Los planes de contingencia deben de entenderse como elementos que son complementarios a la medida principal de protección, que es asegurar la intangibilidad de los territorios”,  subrayó.

Asegurar el ‘no contacto’

El técnico de FENAMAD, resaltó también la importancia de priorizar el derecho de la vida de los pueblos en aislamiento por encima de los intereses económicos de empresas que extraen recursos y depredan el territorio.

Con ese objetivo, enfatizó en la importancia de saber cómo interpretar el desplazamiento y la relación de distancia de estos pueblos desde las políticas públicas.

Así recordó que ha habido casos de acercamientos con los mashco piros hacia externos, eventos que han terminado en enfrentamientos y posteriores muertes.

“La reacción debe ser generar una serie de cordones de protección. Es decir, implementar las medidas necesarias para que en esta situación tan compleja no se acrecienten los riesgos”, indicó.

“Y eso implica la protección de los territorios. […] Si se ha identificado que en determinadas áreas están los mashco piro, la idea es que no haya gente ahí”, complementó.

Pueblos en riesgo

Con un territorio que abarca casi 8 millones de hectáreas, los Mashco Piro son uno de los pueblos en aislamiento más emblemáticos de la región.

“Estamos hablando de la historia de un pueblo, es eso lo que está en juego, y qué es lo que va a pasar de aquí en adelante”, subrayó Rodríguez durante la audiencia.

Si bien este es un pueblo transfronterizo, en Perú viven y se desplaza por los bosques de Madre de Dios, Cusco y Ucayali; las amenazas se mantienen en todas las regiones que transitan.

Ahora, se espera que la CIDH presente su informe sobre el caso de los Mashco Piro, Yora y Amahuaca, de modo que empiece el proceso que termine por determinar la responsabilidad del Estado peruano en la vulneración de los derechos de estos pueblos indígenas altamente vulnerables.

Publicado originalmente en Servindi

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