El periodista y activista ucraniano Oleg Yasinsky afirma que para la gente movilizada significa mucho la caída de alguien tan corrupto como Victor Yakunovich. Advierte que aún hay demasiada fe en la idea de Europa y el Primer Mundo, por lo que tendrá que venir una gran decepción para que los ucranianos comiencen a construir algo diferente.
El reemplazo de Yanukovich
La caída de Yanukovich seguramente significó mucho para la mayoría de los pueblos ucranianos, porque étnicamente en Ucrania viven más de cien diferentes nacionalidades. Significó la caída del presidente más impopular en su historia; el suyo fue un gobierno mafioso, que ni siquiera respetó las reglas de las mafias anteriores; un gobierno que fue un vergüenza nacional y realmente repudiado por una gran mayoría del pueblo. La caída de este régimen y la presión de su jefe político fue una noticia muy celebrada.
Por otra parte hay que ver quién lo sustituirá en el poder. Se trata de una guerra entre varias derechas, no de una revolución en el sentido de un cambio social. Simplemente, un grupo reemplazará al otro: los grupos económicos y mafias pro-rusas son suplidas en este momento por grupos y mafias pro-occidentales.
En el término geopolítico más siniestro del siglo XX, las superpotencias dominan al mundo y los países chicos -como Ucrania o México- no pueden decidir nada. Siempre estamos sujetos a las voluntades geopolíticas de los monstruos que gobiernan el mundo. Geopolíticamente hablando, la posición de Rusia se debilitó y el Occidente ganó un terreno importante en su frontera.
Desde otro punto de vista, mucho más interesante, esto es un ejercicio incompleto de los músculos de la sociedad civil. Los que lucharon contra el gobierno de Yanukovich no eran golpistas ni hordas fascistas, como lo caricaturiza alguna prensa de izquierda. Hubo mucha gente buena y sincera del pueblo que todavía no sabe lo distinguir una verdadera revolución de una lucha entre los poderosos.
Quizás esta reciente historia será también una lección más para el pueblo y un empujoncito más para que la izquierda ucraniana verdadera se organice un poco, para que nos demos cuenta un vez más que desde la derecha no hay ninguna respuesta a la problemática de hoy día.
Es cierto que muchas fuerzas de ultraderecha fueron protagonistas de esta lucha contra Yanukovich, pero no sólo hubo ultraderecha, sino muchos ciudadanos que fueron usados por las fuerzas políticas y los medios en esta lucha entre las mafias.
El panorama para las izquierdas
En este tema tengo un poco de miedo de confundir mis sueños con la realidad. Hace apenas medio año tuve reuniones en Ucrania con gente de izquierda -que siempre se ha interesado en Latinoamérica- y tratamos de hacer una mesa redonda para hablar entre todos. Yo quería escuchar un análisis de la realidad ucraniana hecho desde la izquierda y me decepcioné mucho porque el nivel de análisis era una combinación entre la izquierda del siglo XIX y la de principios del siglo XX, que era más progresista. En vez de discutir a nivel de los seres humanos, discutían de sus ismos. Algunos estalinistas, otros trostskistas, pero del análisis del neoliberalismo del siglo XXI no había nada presente.
La nueva izquierda ucraniana, una verdadera izquierda de abajo, no nacerá de las viejas estructuras políticas; no nacerá del Partido Comunista de Ucrania, que es una organización estalinista que apoyo casi hasta el final al régimen de Yanukovich; ni de los jóvenes que está jugando en política, porque la política y el mundo social no son un juego.
La verdadera izquierda será desde abajo y desde los movimientos políticos, no desde los partidos actuales. Los partidos que dicen ser de izquierda son cómplices de los poderes que ya conocemos
De toda la gente movilizada, muchos volverán a sus casas decepcionados y traicionados una vez más engañados por las fuerzas políticas tradicionales, vivirán un review de la Revolución Naranja, donde la participación fue ciudadana y masiva, pero lo aprovecharon los de siempre.
Para levantar a esta izquierda, se necesita de la experiencia dolorosa y decepcionante que espera a los ucranianos después de este triunfo sobre el gobierno de Yanukovich.
Vemos la realidad actual de Ucrania como un deja vu del año de la Revolución Naranja de hace veinte años, cuando un movimiento popular masivo, con participación de muchos ciudadanos de la verdadera sociedad civil, desplazó a la mafia pro-rusa y llevó al poder a la mafia pro occidental.
Luego ganó un representante de la mafia pro-rusa, pero se desprestigió tanto en su corto periodo presidencial que estamos volviendo a los de antes.
Falta la capacidad crítica de la población. Los medios de comunicación de oposición que estaban bajo el poder de los grupos económicos occidentales hicieron su trabajo. Lavaron el cerebro de la gente con una campaña anti comunista de los veinte años de la historia de Ucrania, y la gente ya no supo distinguir una revolución de verdad y las propuestas sociales, del marketing político de los nuevos grupos en el poder. Por eso, los políticos de siempre se están aprovechando de este movimiento social y de las ganas de cambiar la historia de Ucrania.
Hay que perder la esperanza para construir algo diferente. Todavía hay demasiadas ilusiones en Ucrania relacionadas con Europa, con el mundo civilizado, con el Primer Mundo, lo mismo que en su época vivió Latinoamérica. Necesitamos sobreponernos a la experiencia histórica que nos espera.
El análisis de la situación de Ucrania normalmente gira entorno a dos extremos. Unos llaman los sucesos una revolución popular, y otros dicen que fue un golpe fascista. No fue ni una ni otra cosa. Siento una gran admiración y mucho respeto por la gente que salió a las calles de Kiev, por quizás- la primera y la última vez en su vida. Salieron a las calles para enfrentar al poder con piedras y palos, y también con medios no violentos. Por primera vez en la historia de Ucrania hubo muertos en un conflicto civil, y espero que no haya sido en vano. Lento, pero estamos aprendiendo algo de historia.
Desde dentro de Ucrania se subestima mucho el poder de los medios de comunicación. La lucha en Ucrania fue entre el capital europeo y el capital occidental, y estos últimos manejan la cuestión mediática mejor que los rusos, así que los medios de comunicación crearon una realidad paralela y mostraron lo que quería mostrar. Por eso la gente se confundió en el momento de tomar la decisión. Estos elementos todavía hay que analizarlos con más calma y menos emociones.
02 de marzo 2014