Vuelta a Chernóbil y Fukushima

Gabriel Risco

Foto: Sergi Rugrand

La madrugada del 26 de abril de 1986 explotó el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil, mostrando al mundo la peligrosidad de la energía nuclear. Supuso el mayor accidente de este tipo hasta ahora conocido y uno de los mayores desastres medioambientales. La zona acumulará restos de contaminación durante al menos 500 años más y la cifra de muertos asciende a 200.000 y se prevén casi cien mil más por cáncer, según la ONG Greenpeace. Lo mismo ocurrió con Fukushima en 2011, donde un tsunami se llevó por delante la central nuclear liberando niveles de radiactividad igualables solo a lo ocurrido en Chernóbil. Siete años después, muchas familias no pueden volver a sus casa y el mar, la tierra y el aire siguen contaminados.

Parece que este desastre nuclear se ha borrado del imaginario de los representantes públicos y estamos ante un nuevo renacer con la intención de la empresa Berkeley de abrir una mina de uranio a cielo abierto en el municipio salmantino de Retortillo. Este proyecto contempla la mina de uranio a cielo abierto más grande de toda Europa. Estaría situada a tan sólo 2,5 kilómetros del pueblo de Retortillo, destruiría el entorno natural —protegido por la Red Natura 2000— y afectaría al hábitat de especies en peligro como el águila real. Además, la mina contaminaría el río Yeltes, y este desemboca en el Duero, lo que supondría la contaminación de toda la ribera del Duero.

Berkeley está íntimamente relacionada con UraMin, que había estafado a Francia causándole al país pérdidas de 2.500 millones de euros. Asimismo, todavía carece de la Licencia Urbanística del Ayuntamiento de Retortillo y le faltan los permisos de construcción de la planta de concentrados de uranio y de puesta en marcha de la misma, que corresponde otorgar al Ministerio de Industria, en relación con las instalaciones radiactivas: planta de beneficio y almacenamiento de los residuos. Sin embargo, continúan presionando para seguir adelante con el proyecto no solo de extracción de uranio, sino de enriquecimiento del mismo por concentración.

Cuesta digerir que todavía en la actualidad existan intereses políticos que defiendan la apertura de minería radiactiva tan cerca de un núcleo de población. España necesita una nueva legislación minera, ya que se mantiene vigente la Ley de Minas de 1973, cuando Francisco Franco seguía vivo. Esta ley no contemplaba, ya que no se conocían, minerales como las tierras raras ni sus impactos. Además, considera la minería de interés naciona,l de manera que laextracción minera prevalece sobre los intereses agrícolas y ganaderos y sobre el medio ambiente, e incluso sobre las decisiones democráticas de los municipios en los que se quiere asentar.

Cuesta digerir que todavía en la actualidad existan intereses políticos que defiendan la apertura de minería radiactiva tan cerca de un núcleo de población

Además de las consecuencias radiactivas nefastas directas para la población y la biodiversidad, Berkeley ha procedido a la tala ilegal de más de 1.800 encinas centenarias en la comarca para la construcción de la mina. Un acto ilegal ya que la empresa carece de permisos necesarios para proseguir al desarrollo del proyecto. Todo ello, ante la pasividad de la Junta de Castilla y León, y del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.

En este sentido, el próximo día 9 de junio se celebra en Salamancauna jornada organizada por el Movimiento Ibérico Antinuclear, que culminará con una manifestación a las 18 horas para pedir el cierre de las instalaciones del ciclo de combustible nuclear en nuestro país y en Portugal, y que no se abran nuevas instalaciones como la que pretende abrir la empresa australiana Berkeley en Retortillo y en Villavieja de Yeltes.

Desde Equo Castilla y León no queremos volver a lo sucedido en Chernóbil, ni en Fukushima. Por ello, desde Equo impulsamos y apoyamos la moción que ha presentado el grupo municipal Ganemos Salamanca, de apoyo a la celebración en nuestra ciudad de la jornada antinuclear el día 9 de junio, que se dirige también a pedir que ni se autoricen ni se abran la mina de uranio a cielo abierto y la planta de tratamiento y almacenamiento de residuos radiactivos en Retortillo.

 

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