Nuestras familias, nuestros amigos, nuestras comunidades deben vivir tranquilas y en quietud como derecho garantizado, sin embargo en la región de Chiapas, México, aún nuestras comunidades y ciudades se encuentran en un letargo importante.

Ahora que trabajo cultivando la tierra en algunas comunidades me doy cuenta que circunstancias como la tala, invasiones, sequía, escasez de agua y problemas de convivencia, además de la violencia se deben al letargo educativo tan marcado en nuestra región, la educación sensible, con calidad, la sensibilidad y actualmente la materia más importante para poder convivir con nosotros y la tierra: La sustentabilidad es tan difícil de encontrar que la convivencia armónica se convierte realmente en una preocupación.

Después de 16 años de tener a Chiapas como mi hogar, he sido víctima y testigo del maltrato y marginación a una sociedad actual que pide a gritos un sistema sensible y humanizado de educación, como podemos caminar por nuestras veredas en los campos tranquilos, como podemos caminar por las noches por las ciudades sin temor alguno, nuestra paz debe ser asegurada: Exhorto a todos los habitantes de este planeta y los lectores de este artículo en poner un ojo muy especial sobre este estado al sur de México, Chiapas, en donde la observación internacional debe ser constante, nuestras vidas consideradas como sagradas, nuestros derechos fundamentales respetados, nuestra salud, nuestras familias, nuestros pensamientos, nuestro desarrollo asegurado por la observación de las organizaciones internacionales de Derechos Humanos, organizaciones de sustentabilidad, de salud y organizaciones que busquen mejorar la educación de la población para alcanzar nuestra paz interna y externa.

Esto es un llamado a el mundo a que nos ayuden en nuestra búsqueda de la paz, a través de la sensibilidad.

Agradezco de todo corazón su atención y lectura a este artículo.

Gerardo González Miranda

Profesor de permacultura

Chiapas, México.

Más información: https://permatelemaiz.wordpress.com/