Cuidad de México | Desinformémonos. “Queremos justicia para Paola, queremos que su asesino pague por lo que hizo, ya no queremos ni una más, no queremos más feminicidios”, exclamó Kenya cuando  enterraba en el panteón civil de San Lorenzo Tezonco a Paola Ledezma, mujer trans asesinada el 30 de septiembre en la Ciudad de México.

Kenya, fue testiga de los hechos, recuerda que esa noche Arturo Felipe Delgadillo Olvera la intentó abordar en un Nissan March color plata, con placas MXB-65-83 para comprar sus servicios sexuales, al resultarle caros, continuó su camino y pasos más adelante abordó a Paola sobre la calle Puente de Alvarado de la colonia Buenavista.

Paola subió al auto de Arturo Felipe Delgadillo Olvera minutos después Kenya escuchó a su compañera gritar pidiendo ayuda, al dirigirse a auxiliarla se oyeron detonaciones de arma de fuego, Kenya vio a Paola herida en el auto donde sólo se encontraba ella y Delgadillo, Kenya corrió sobre Puente de Alvarado para pedir ayuda.

Fueron sus compañeras trans quienes enterraron a Paola “muchas personas del género trans enfrentamos el primer rechazo en nuestro núcleo familiar y luego el de la sociedad», afirman las amigas de Paola.

Canciones y exclamos de justicia fueron los que acompañaron a Paola en su última morada ¡Justicia! !Queremos al asesino tras las rejas!” eran las exigencias sobre todo luego de que el asesino de Paola fue liberado.

El día del feminicidio de Paola, Kenya pidió auxilio una patrulla de la Secretaría de Seguridad pública. Arturo Delgadillo fue detenido y presentado como presunto culpable en el Ministerio Público 2 de la Delegación Cuauhtémoc, Arturó reconoció plenamente su culpabilidad y entregó el arma de fuego (una Pietro Beretta, calibre 9, modelo 84 FS Cheetah con matrícula H04323), afirmó que era suya y que con ella disparó contra Paola.

Si bien se abrió la capeta de investigación con el numero CI-FCH/CUH-2/UI-2C/D/0378/09-2016 por Homicidio Calificado-Homicidio Doloso con Arma de Fuego y Delgadillo Olvera fue trasladado a reclusorio Norte, el pasado 2 de octubre salió libre, puesto que el juez de la sala 065 de los Juzgados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal ordenó su inmediata liberación por considerar que “no existían elementos suficientes” para mantenerlo preso en un juicio que las amigas y compañeras de Paola calificaron como discriminatorio y también responsabilizaron al MP por incompetente.

Quienes despidieron a Paola, aseguraron que ya no van a permitir que se sigan asesinando a mujeres trans, “en dos décadas hemos atestiguado muerte tras muerte de nuestras compañeras y ya no estamos dispuestas a permitirlo”.

Afirmaron que van a hacer visibles los ataques a las mujeres trans, “cada muerte, cada agresión, que cada acto de transfobia se va a denunciar, si es necesario afectando vialidades, no conocemos de leyes pero para exigir justicia nos vamos a asesorar”.

El caso de Paola se hizo público gracias a que el día 3 de octubre, con su féretro presente, sus compañeras cerraron la avenida Insurgentes y eje norte para denunciar la liberación del asesino de Paola y exigir justicia.