Durante el 2015, en promedio cada 48 horas un activista ambiental fue asesinado, reveló la organización no gubernamental Global Witness al denunciar el incremento de los crímenes contra los defensores del medio ambiente.

En ese año se registraron más de 185 muertes de personas que destacaban en las luchas por la defensa de la tierra, el agua y los recursos naturales frente a las industrias destructivas y empresas trasnacionales, destacó la organización a través del informe “Terreno Peligroso”.

Los datos confirmaron que 67 de los fallecidos pertenecían a comunidades indígenas, lo que supone la cifra más alta de la historia, reveló el texto. Ante esto, los países más mortíferos fueron Brasil y Filipinas, resalta el informe.

De igual forma, los sectores corporativos que más vinculación tienen con los crímenes contra defensores ambientalistas son los agronegocios, la caza furtiva, la tala de bosques, la megaminería y las represas, señala el documento.

Por esto, la organización responsabilizó también a las naciones que promueven las actividades depredadoras del medio ambiente en otras regiones.

El informe revela que del 2010 al 2015 hubo 753 asesinatos, de los cuales ocho de cada 10 se registraron en América Latina, principalmente en Brasil, Colombia y Honduras, que se convirtió por porcentaje en el país con mayor número de asesinatos.

A pesar de los registros, “por cada asesinato que se puede documentar, hay otros imposibles de verificar o no se denuncian, al igual que, por cada vida perdida, muchas más se arruinan por la violencia, las amenazas y la intimidación constantes”, concluyó Global Witness.

Con información de Prensa Latina