Tres años sin justicia para el defensor Arnulfo Cerón

Tlachinollan

 En los Tres Postes, lúgubre lugar donde llora la esperanza, se entierran los pies de doña Rosalía Soriano, madre de Arnulfo Cerón Soriano, defensor de los derechos humanos, para encender las veladoras. Las lágrimas son inevitables. Cada año el dolor vuelve con más intensidad ante la lejana justicia. “Lo único que puedo decir son palabras de agradecimiento por ustedes seguir y ponerse siempre adelante, frente a las adversidades y con la lucha con los que necesitan. Ya no puedo más porque siento que me quiebro”, doña Rosalía quedó en silencio…

Hace tres años fue encontrado el cuerpo de Arnulfo Cerón a tres metros bajo tierra, con signos de tortura. En estas tierras del terror, también se tuvo información que había dos cuerpos más. Las búsquedas siguieron con maquinaria pesada hasta que se encontró a otra persona sin vida.

Que encontraran al defensor de derechos humanos fue un gran dolor y a la vez una sensación de esperanza para dar con el paradero de decenas de desaparecidos y desaparecidas en la Montaña de Guerrero.

Algunas familias se dieron cuenta que Tlapa era un cementerio, pero al mismo tiempo vieron la oportunidad y la esperanza para poder encontrar a sus seres queridos. Así, conformaron el Colectivo Luciérnaga con la idea de seguir las búsquedas en las barrancas, cerros y fosas clandestinas. Poco a poco 35 familias que están en el colectivo añoran encontrar a sus hijas, hijos, madres, padres, hermanas y hermanos.

“A tres años de que el defensor nahua fuera encontrado, sus familiares, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el Frente Popular de la Montaña y una representación de padres y madres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos exigimos justicia a las autoridades del estado de Guerrero. Cada 20 de noviembre estaremos obligados a acudir a este espacio, por lo menos a dejar una veladora. No podemos permitir que las cosas sigan en la impunidad y las personas que le quitaron la vida tienen que pagar con todo el peso de la ley”, dijo Isidoro Vicario, abogado de Tlachinollan.

El profesor Pablo Abad, integrante del Frente Popular de la Montaña, lamentó que hayan desaparecido y asesinado a su compañero Arnulfo Cerón. “Él estuvo presente en cada marcha, en cada bloqueo luchando y exigiendo la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos, junto con el compañero Toño. Fue una pérdida para las comunidades indígenas, en especial para los comisarios y delegados. Por eso recordamos que un día como hoy 20 de noviembre, a los 40 días de desaparecido, fue encontrado en este lugar. Seguramente nos está escuchando y le decimos en este momento que llevaremos adelante su pensamiento de forma congruente para fortalecer la organización y con acciones concretas para seguir la lucha por los derechos de las comunidades indígenas”.

Don Melitón Ortega, tío de Mauricio Ortega Valerio, estudiante desaparecido en Iguala, se solodarizó con el dolor de los familiares de Arnulfo. En alusión a la lucha del defensor de derechos humanos dijo que en Guerrero y en México no se puede protestar y no hay libertad de expresión. “Si alguien sale a defender las causas justas de un pueblo, a defender la educación, la salud, los recursos naturales y no permitir el abuso excesivo de las autoridades es encarcelado, asesinado o desaparecido”.

Es increíble que en las calles de Tlapa estén enterrados los cuerpos de muchas personas. Es grave lo que está pasando. Hay permiso para matar, pero lo más triste es que una persona sea torturada y asesinada cuando defiende los derechos de los pueblos indígenas.  Sin embargo, los asesinos andan en libertad, mientras los defensores están condenados a la muerte.

Para don Melitón el crimen organizado es el brazo derecho de las autoridades. En estos días los grupos delincuenciales envenenan y controlan los lugares más recóditos de la entidad. Son quienes están controlando la vida social y comunitaria. Es preocupante.

“Recordar al compañero es doloroso para la familia. Eso causa tristeza, pero les queremos decir que aun con ese trabajo sucio del Estado vamos a seguir luchando, no vamos a permitir el olvido de nuestro compañero Arnulfo ni de los 43. Seguiremos en pie de lucha hasta encontrar la verdad y la justicia”, aseveró don Melitón.

Con el dolor en la piel, señalaron que nadie desea vivir una pérdida de un hijo o no saber dónde está. Con fuerza nos unimos a la incertidumbre que llevan las madres y padres que siguen buscando a sus 43 hijos. Se abrazaron con el mismo dolor la mamá de Arnulfo, su esposa doña Gaby, sus hijos y las familias de los normalistas desaparecidos. Doña Rosalía dijo que ahora eran una gran familia. Se tomaron de la mano para que la lucha se vuelva costumbre.

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