Existe la necesidad de repensar a México y en el quehacer universitario buscar la manera para lograr transformar esa realidad en la que se inserta la Ibero.
En un país sin crecimiento económico como México difícilmente podrá haber desarrollo, las posibilidades de movilidad social se vuelven mínimas y por tanto son elevadas las probabilidades de que quien nace pobre muera en la pobreza, dijo la doctora Helena Varela Guinot, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, durante el taller Trazando el rumbo. Proceso de reflexión crítica de la realidad.
Con base en cifras, la Directora de la División de Estudios Sociales afirmó que el nuestro es un país pobre, como lo demuestra el que, en promedio, en los últimos 20 años se haya tenido un bajo crecimiento económico, del 1.2 por ciento anual per cápita; y que 53.3 millones de mexicanos vivan en situación de pobreza.
Además México es una nación completamente desigual, donde la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen es una de las más grandes en el mundo. Por ejemplo, el uno por ciento de las familias más ricas del país (poco más de 290 mil) tuvieron en el año 2010 un ingreso mensual 47 veces mayor que el del 10 por ciento de la población más pobre.
México es también un país corrupto (según el índice de Percepción de Corrupción del 2014 se ubicó en el lugar 103 de 175 países) donde prevalecen la impunidad y la injusticia, pues de cada 100 delitos, 98 quedan impunes; todo un incentivo para seguir infringiendo la Ley.
Es igualmente un país violento, donde se desaparece a miles de personas, se violan los derechos humanos de los migrantes y se asesinan mujeres y periodistas.
Por si fuera poco, México también es un país excluyente. De acuerdo con una encuesta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) citada por Varela Guinot, el 44 por ciento de los mexicanos no estaría dispuesto a permitir que en su casa vivieran homosexuales, el 36 por ciento no admitiría a alguien con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y el 26 por ciento no estaría dispuesto a cohabitar con personas cuyas ideas políticas, cultura, raza o religión sean distintas a las suyas.
Otros datos de la realidad señalan que en México hay 30 millones de analfabetas y, de la totalidad de estudiantes que ingresaron a primaria sólo el 1.5 por ciento llega a cursar un posgrado.
La docente alertó que el ingreso no garantiza una calidad en la educación, y por tanto no hay que quedarse únicamente con las cifras, sino preguntarse, qué es lo que podemos hacer como universidad.
No obstante este panorama, la académica de la Universidad Iberoamericana indicó que los miembros de esta comunidad educativa que ha participado en el taller Trazando el rumbo, no dejan de pensar que en México existe la esperanza.
Recordó que el objetivo de este taller de reflexión crítica es generar aportaciones individuales y colectivas con propuestas de solución a los problemas más acuciantes, en ocho áreas temáticas fundamentales: economía, justicia y derechos humanos, educación, innovación y tecnología, política, sociedad, cultura y medio ambiente.
En esta quinta sesión de Trazando el rumbo, en la que por primera vez participaron alumnos, exalumnos y académicos de asignatura, también estuvo presente el Rector de la Ibero, el Maestro David Fernández Dávalos, S.J., quien reconoció que las universidades están determinadas por su contexto, pero también son sujetos activos de la realidad y la modifican.
“El saber universitario, el conocimiento en general, tiene que aportar para ir generando una realidad mejor, más humana, más fraterna, más productiva, más feliz, como dice nuestra Misión en la universidad”, dijo el padre Fernández Dávalos.
“De la misma manera está la idea de que en el centro de nuestras disciplinas, en el centro de nuestra tarea académica, se tiene que poner la realidad del país y la realidad internacional, y no tanto la disciplina por sí misma. Nosotros en la universidad queremos cultivar la realidad nacional en su contexto en el mundo y no mirar sólo a las disciplinas o los conocimientos en sí mismos. Esto es lo que justifica la existencia de nuestra universidad”, agregó el maestro.
Foto: Vogard
