Ciudad de México | Desinformémonos. Unos 4 o 5 centímetros de hundimiento horizontal registró el terreno de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) tras el sismo del pasado 19 de septiembre, reveló el director del Consorcio Supervisor de Tierra del Nuevo Aeropuerto, Javier Martel.
Este hundimiento se suma al anual que se estimó de 20 centímetros, aseguró Roberto Eibenschutz, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco.
“En ese lugar, los hundimientos normales, deben de andar en alrededor de 20 centímetros al año, sin que haya aeropuerto encima ni nada, el hundimiento se origina por la extracción de agua, que es el otro problema que tenemos en la ciudad”, explicó Eibenschutz.
Sin embargo, “ninguna obra reportó algún daño, las que ya estaban construidas las obras preliminares, tampoco”, aclaró el director corporativo de construcción, Raúl González. Por lo tanto, la construcción continuará.
De acuerdo con el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), el terreno donde se construirá el aeropuerto no es apto para sostener toda la estructura, además de que representa el despojo de tierras y de agua, pues la zona “es un vaso regulador de aguas de lluvia, -y- mantenerla así garantiza agua para siempre y para todos”.
“Los pueblos somos los únicos que podemos y tendremos que resguardar nuestra tierra”, expresó el FPDT ante el agravio continuo a los territorios de las comunidades que llevan a cabo “la Procuraduría Agraria, las empresas invasoras, los comisariados ejidales traidores, la mafia municipal y el gobierno federal”, a través de la construcción de caminos para transportar la maquinaria y materiales para el aeropuerto.
Los campesinos de las comunidades como San Salvador Atenco desde 2001 aseguraron que no querían el aeropuerto ni el dinero que el gobierno les ofrecía, sino “libertad, paz y tranquilidad”, además de un lugar para sembrar.
“Quieren despojarnos de nuestra identidad, y así de todo, hasta de nuestro futuro en el que ya no decidiríamos nosotros”, lamentan los comunitarios.
