Ciudad de México | Desinformémonos. La organización Amnistía Internacional (AI) canceló la publicación de un informe sobre las torturas en Tailandia, luego de que el gobierno amenazara con arrestar a los integrantes para procesarlos por irregularidades con sus visas.
El trabajo de AI apunta que los militares y la policía tailandesa torturaron a sospechosos de insurgencia, opositores políticos, miembros de minorías étnicas, presuntos consumidores de drogas, entre otros. La organización, que radica en Londres, envió a miembros de su equipo británico al evento de presentación, pero días antes de la ceremonia las autoridades señalaron que tenían las visas equivocadas.
Una hora después de la hora en que debió empezar la rueda de prensa, Nadthasiri Bergman, asesor legal tailandés de Amnistía, informó que las autoridades «insisten en que no están clausurando el evento, pero dicen que si los representantes de Amnistía Internacional hablan, habrá consecuencias y podrán ser arrestados y procesados bajo la legislación laboral tailandesa».
«Sabemos que el gobierno tailandés no acepta muy bien las críticas», dijo a pesar de las amenazas,Yuval Gimbar, investigador del informe. «Pero en el siglo XXI no se puede callar a la gente. Se puede intentar. Creo que lo que han hecho nos ha dado probablemente más voz que si nos hubieran dejado ejercer pacíficamente nuestro derecho humano a la libertad de expresión».
Las torturas que se documentaron en el informe van desde humillación y golpes hasta estrangulamientos a mano o con soga y técnicas de ahogamiento. El documento cuenta con testimonios de las víctimas, entre las que figura un hombre que dijo que el ejército lo mantuvo bajo detención durante siete días, periodo de tiempo permitido bajo la nueva legislación en el país.
«Me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza hasta que me desmayé, y luego me echaron encima un cubo de agua fría», relata en el informe. «Me aplicaron electroshocks en el pene y en el pecho. Me tenían sujetado, con las piernas atadas y la cara cubierta con cinta adhesiva y una bolsa de plástico».
A la presentación del informe acudieron activistas de derechos humanos, diplomáticos y periodistas, con el fin de conocer los detalles del trabajo titulado “Hazle hablar antes de mañana. Torturas y otros abusos en Tailandia”.
Con información de The Guardian
