La población de Oaxaca se enfrentó con elementos de la policía federal y funcionarios de migración y logró romper el cerco policiaco que permitió a los migrantes continuar su camino a la Ciudad de México, en donde van a denunciar el incremento de la violencia a causa del programa migratorio ejecutado por el gobierno federal.

Cientos de migrantes partieron la mañana del 15 de abril desde Ixtepec, Oaxaca, en el “viacrucis del migrante”, pero este si vio amenazado por el Instituto Nacional de Migración (INM), que sostuvo que los detendría si continuaban con la marcha.

El INM y elementos de la Policía Federal (PF), instalaron un puesto de control en la carretera El Espinal-Juchitán, pero una gran valla humanitaria conformada por organizaciones del Istmo de Tehuantepec, maestros de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE), a empujones retiraron a los elementos de seguridad y los migrantes pudieron seguir su camino.

Miembros del albergue “Hermanos en el Camino”, fundado por el sacerdote Alejandro Solalinde, manifestaron que aún con todo su aparato de seguridad, el INM no podrá detener el viacrucis y puntualizaron que así tengan que enfrentarse a más retenes lo harán, con tal de llegar a la capital y denunciar la violación al derecho del libre tránsito de los migrantes por parte del gobierno federal.

Desde que la entrada en vigor en agosto del Plan Frontera Sur, proyecto del presidente Enrique Peña Nieto, se ha incrementado el hostigamiento, los asesinatos, secuestros y extorsiones a los migrantes, en su mayoría centroamericanos, además del exceso de la fuerza y el asesinato por parte de agentes migratorios y de la policía.