Si la premisa del gobierno es detener, la política migratoria es un fracaso

Pedro Rendón

En México hay una obsesión desmedida, mal entendida, de contener flujos migratorios; y si la premisa del gobierno es detener en la frontera sur a los migrantes centroamericanos, la política migratoria es un fracaso, consideró el doctor Javier Urbano Reyes, académico de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

El problema que se tiene en este país es que no hay una planificación, diseño, ni idea clara de cómo deben gestionarse las movilidades humanas, agregó Urbano, para quien lo que se debe entender es que hay una diferencia sustantiva entre contener y reprimir la entrada de migrantes, y gestionar la migración. Pero “el gobierno mexicano sigue obsesionado en que la medida del éxito de la política migratoria es qué tanta gente se detiene y qué tanta gente se contiene; y creo yo que la lectura es errónea de origen, errónea en la ejecución y errónea en la instrumentación”.

Dicho esto, el investigador del Departamento de Estudios Internacionales señaló varias premisas. Primera, no se puede solucionar un asunto como la migración, porque la movilidad es natural al ser humano. Segunda, no se puede solucionar la migración si se concibe como un problema, porque la migración no es un problema. Tercera, la concepción de la migración como un problema está enviando un mensaje muy negativo a la ciudadanía, y esto va a generar reacciones de exclusión para los que desean entrar y para quienes ya están en tránsito en México.

Otra cuestión señalada por Urbano es que “en la política migratoria se siguen mirando las hojas, y no se están mirando las raíces”, es decir, se atiende a la migración con cierta resignación, desde la perspectiva de un hecho ya dado; y no se está recuperando, o por lo menos no se publicando, en qué va el proceso de diseño e instrumentación del Plan de Desarrollo para Centroamérica.

“Nos quedamos en unos cuantos empleos y en unas cuentas decenas de millones de dólares, pero sin una estrategia, que por lo menos la sociedad no conoce. Los académicos desconocemos en qué fase va, quién es el responsable del plan de trabajo para Centroamérica, no sabemos si hay socios que ya estén elaborando un trabajo para los próximos 30 o 40 años para Centroamérica, que es el plazo para generar procesos más sólidos en Centroamérica”, los cuales permitirían poder retener ahí a la gente, a partir de planes de desarrollo regionales y locales.

Por otra parte, para “polemizar con aquellos que siguen insistiendo en que hay una mano negra que está moviendo a las caravanas”, el docente de la Maestría en Estudios sobre Migración mencionó que ese no debe ser el tema a debatir, sino que el debate debe ser: por qué hay tanta gente en la miseria o afectada por la violencia, y por qué se está utilizando a la migración como arma para polemizar en la política pública, en la plaza pública y en los programas de televisión.

Mirar las hojas sin mirar la raíz es seguir insistiendo que el problema radica en que alguien mueve a las caravanas migrantes para beneficiar al presidente de EU, Donald Trump. Porque en demasiados programas de televisión se está insistiendo en que si la mano negra, que si Trump y las elecciones; algo que tal vez sea real, pero es un discurso pobre que reduce al mínimo la tremenda importancia de esta caravana migrante, que ahora, para fortuna de unos, y para pesar de otros, se está volviendo un actor político.

“La caravana, per se, ya empieza a adquirir un tono de actor político que a muchas fuerzas políticas no les gusta, porque parece ser que interesa más que sea una migración más bien desvalida, clandestina y sin derechos”. Sin embargo, la actual caravana puso sobre la mesa el tema de qué se va a hacer con la migración desde la perspectiva del derecho, de las leyes y de la política pública.

La forma anterior de migración, que pasaba clandestinamente por México, no requería ningún tipo de atención, y en tanto más pasara en la oscuridad, a los políticos y a los medios de comunicación no les interesaba. Mas hoy en día, cuando viene una caravana que de una u otra forma quiere que se le tome en cuenta en la política pública, ya no gusta, y “no se le quiere como actor político”.

Además del desarrollo de Centroamérica, la violencia es un problema que también debe ser atendido en esa región, comentó el docente de la IBERO, quien señaló que fundamentalmente habría que denunciar a nivel internacional la omisión, ineptitud e ineficacia de los gobiernos centroamericanos para contener los problemas vinculados al tráfico de drogas, trata de personas y extorsión, liderados por el crimen organizado, los maras y grupos afines; problemas que están provocando la migración masiva.

“También hay que denunciar a los países receptores que, generando políticas de contención, están aumentando exponencialmente los muertos en las fronteras, o están llenando los bolsillos del crimen organizado de trata”. Y es que para el Dr. Javier Urbano, las políticas de contención han aumentado “el precio” de las personas víctimas de trata; lo que ha generado “un aumento descomunal de las ganancias del crimen organizado”.

En tanto que, a los gobiernos de los países de tránsito de migrantes, como México, hay que señalarlos como responsables de las tremendas masacres que implican las desapariciones forzadas, la tortura y las mutilaciones que sufren los migrantes. Es decir, “todos los países, los de origen, tránsito y recepción, tienen que ser denunciados sin duda alguna sobre esa base, y sobre esa base comenzar a corregir los diferentes y muy graves problemas que hay”.

Este material se comparte con autorización de la IBERO

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