Ayer se emitió por vez primera la alerta roja por contaminación ambiental en la capital china de Pekín, donde las escuelas cerraron y las fábricas y el tránsito mantienen restricciones para que la mitad del tráfico de la ciudad permanezca inactivo.
La alerta roja, que se refiere al nivel más alto entre cuatro, significa que la capital ha sufrido contaminación severa por más de tres días consecutivos, y la Oficina Municipal de Protección Ambiental aseguró que es para “proteger la salud pública y reducir los niveles de alta contaminación”.
El registro de las partículas PM2.5 (partículas finas) incrementó este lunes a 300 microgramos por metro cúbico, y se estima que siga aumentado antes de que la condición del aire mejore con la llegada de un frente frío el jueves.
Ante las limitaciones para el tráfico vehicular, las autoridades confirmaron que se añadirán autobuses y trenes subterráneos por el previsto ascenso en el número de pasajeros en la ciudad de 22.5 millones de habitantes.
Cada año en China, 1.4 millones de personas mueren prematuramente por los altos niveles de contaminación ambiental, destacó un estudio del Instituo Max Planck en Alemania.
Con información de agencias
