La presidenta Dilma Rousseff tuvo que escuchar el jueves coros no muy agradables en el estreno de Brasil en la Copa del Mundo ante Croacia en Sao Paulo, cuando los más de 60 mil espectadores presentes hostigaron a la mandataria.

Presente en el estadio Arena Corinthians, Rousseff no declaró abierta la Copa y ni siquiera se anunció su nombre en el estadio. Así y todo no pudo escapar de la furia de los hinchas.

Los «torcedores» brasileños la insultaron con fuerza poco antes del encuentro entre Brasil y Croacia que inauguró el Mundial.

El torneo ha sido blanco de una serie de manifestaciones que van desde una posición contraria a la realización de la Copa hasta reivindicaciones por mejoras salariales y de servicios públicos.

En la Copa de las Confederaciones realizada el año pasado, Rousseff recibió un fuerte abucheo en el partido entre Brasil y Japón.

Ni Rousseff, quien este año se presenta a la relección en comicios de octubre, ni el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, hablaron antes del puntapié inicial del partido entre brasileños y croatas.