Ciudad de México | Desinformémonos. Con tanques de agua, gases lacrimógenos, spray de pimienta y golpes, la policía hondureña reprimió una movilización del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) para exigir justicia por el caso de la líder indígena y ambientalista, Berta Cáceres, asesinada el 3 de marzo de este año en La Esperanza, Honduras.
El COPINH aseguró que los policías que cometieron las agresiones en contra de sus miembros contaron con el apoyo de la financiación de Estados Unidos, y son los responsables de los daños de muchas familias que participaron en la marcha.
La salida de la movilización fue desde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y se dirigió al Ministerio Público, para demandar, además, “no dejar a un lado el caso del robo del expediente -de Cáceres- a una magistrada de la Corte”.
El COPINH indicó que tan pronto inició la congregación en la plaza Cuatro Culturas de Ciudad Universitaria, el movimiento fue pacífico.
La marcha fue convocada por el Consejo para exigir la investigación transparente y profunda del asesinato de Berta Cáceres, quien era la coordinadora general del COPINH, a través de una comisión internacional independiente, así como la cancelación inmediata de la concesión que se otorgó a la empresa DESA para desarrollar el proyecto hidroeléctrica Agua Zarca, en Río Blanco, junto con todas las demás concesiones mineras e hidroeléctricas en territorio indígena lenca.
A principios de octubre se dio a conocer que desconocidos presuntamente robaron del vehículo de una magistrada el expediente judicial de las investigaciones sobre el asesinato de Berta Cáceres, cuando la magistrada de la Corte de Apelaciones Penal, María Luisa Ramos, “quien llevaba consigo el expediente del asesinato en perjuicio de la ambientalista Berta Cáceres” fue asaltada en su automóvil.
