Sanford. Manifestantes recordaban este lunes el primer mes de la muerte a manos de un vigilante del adolescente negro desarmado Trayvon Martin en Florida, que reabrió las heridas por las tensiones raciales y desató un escándalo nacional en Estados Unidos.

Para el lunes en la tarde está prevista una concentración en el centro cívico de Sanford, centro de Florida -400 km al norte de Miami- para presentar una petición que superó los dos millones de firmas en que se exige el arresto y procesamiento del vigilante voluntario de origen hispano George Zimmerman que dio el disparo mortal contra Martin el 26 de febrero de 2012.

Estas manifestaciones estarán lideradas por los padres de Martin, Tracy Martin y Sybrina Fulton, así como líderes de la lucha por los derechos civiles Al Sharpton y Jesse Jackson.

A ellos se les sumarán Ray Lewis y Santonio Holmes, dos estrellas del deporte más popular en el país y el preferido por Trayvon Martin, el futbol americano.

La petición lanzada en internet por la agrupación activista Change.org, que se entregará al alcalde de la ciudad de poco más de 53 mil habitantes y a los concejales para exigir que George Zimmerman, de 28 años y cuya madre sería peruana, sea investigado y acusado por la muerte de Martin.

Zimmerman dijo que disparó en defensa propia después de una pelea que surgiera entre ambos en una urbanización privada de Sanford, donde el padre del adolescente había ido a visitar a una amiga.

El diario The Orlando Sentinel informó el lunes que Zimmerman le dijo a la policía que Martin lo había confrontado, se subió encima de él y golpeó su cabeza contra la verda varias veces.

Zimmerman no ha dado ninguna declaración pública mientras se desconoce su paradero, pero varios testigos confirmaron su versión al diario de Orlando. De su parte, los padres y compañeros de clase de Martin, lo han descrito como un joven tranquilo.

Una llamada al teléfono de emergencia 911 el día del incidente y divulgada la semana pasada reveló que Zimmerman sospechaba del joven por razones confusas, el operador le dice que no haga nada y que espere las patrullas policiales. Cuando llegó la policía, el joven ya había recibido el disparo.

La falta de registro de amenazas en el caso, desató la ira de la comunidad afroamericana en el país al sospechar que imperó el prejuicio racial y abrió un sensible debate al que se sumó incluso el presidente Barack Obama.

Este lunes en una escuela del suburbio de Miami, donde vivía Martin con su madre, cientos de estudiantes fueron al liceo con sudaderas con capuchas como las que llevaba puesta el joven el día de su homicidio e hicieron una manifestación silenciosa con fotos de su compañero de clases.