«Queremos dejar claro que nuestro rechazo al proyecto de Texcoco no es un aval al proyecto de Santa Lucía», aseguraron las comunidades que integran el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y la Plataforma Organizativa contra el Nuevo Aeropuerto y la Aerotrópolis, ante la consulta con la que se decidió trasladar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) de Texcoco a Santa Lucía, en Zumpango, estado de México.

Explicaron que el problema de la saturación de operaciones del actual aeropuerto no debe resolverse con la construcción de más infraestructura aeroportuaria, ssino con el mejor aprovechamiento de la que actualmente existe, pero sobre todo sin despojar a los pueblos y reprimir a quienes se resisten a la invasión de sus tierras.

Los pueblos de la Cuenca del Valle señalaron que, a pesar de que «la contundente derrota del proyecto aeroportuario en Texcoco» representa un avance en la lucha contra el despojo, aún falta declarar la cancelación «legal e inmediata» de las obras relacionadas con el proyecto del nuevo aeropuerto, «dentro y fuera del polígono».

Identificaron como siguientes objetivos en la lucha la restauración ambiental del lago de Texcoco con la implementación de un programa hidrológico y la restauración de las zonas afectadas por la minería extractiva, así como la restitución de las tierras ejidales y de uso común que «fueron despojadas mediante prácticas fraudulentas y que actualmente se encuentran litigios».

Por otra parte, indiciaron que es necesario que se revisen las concesiones a las empresas mineras que operan en la zona para garantizar de manera inmediata su clausura y además «que se les retire la concesión y se sancione de manera administrativa, civil, penal y ambiental por el ecocidio ocasionado».

El FPDT y la Plataforma aseguraron que los grandes empresarios y funcionarios que se beneficiarían con el proyecto sólo «quieren hacer creer» que la cancelación del NAICM en Texcoco «es muy grave para el país, pero no es grave ni siquiera para sus finanzas personales: los 16 mexicanos más ricos podrían pagar la deuda externa mientras 96 millones vivimos en la pobreza».

Por lo tanto, llamaron al pueblo a no creer los «chantajes» del gobierno actual y de los empresarios y a continuar la lucha que los pueblos emprendieron desde hace 17 años contra el despojo y la destrucción de los recursos naturales.