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Sao Paulo, Brasil. Así como Palmares, el mayor quilombo del periodo colonial brasileño, la Comunidad Cultural Quilombaque es un foco de resistencia que abriga a los excluidos del sistema, sean negros, blancos, rojos o coloridos. Y si Palmares fue formado por nueve comunidades interrelacionadas, la Quilombaque hoy congrega cerca de 80 colectivos de la periferia del noroeste de Sao Paulo, formando una red en la que sus integrantes encuentran refugio para la libre manifestación cultural y toman para sí el derecho de escribir su propia historia. Así, se vuelven protagonistas en la transformación de su realidad, esos descendientes de los esclavos y sus compañeros quiebrantan las corrientes invisibles que los prenden y siembran esperanza en un territorio que parece haber sido olvidado por los señores del poder.
Verdadero quilombo urbano fuertemente relacionado con la cultura afro-brasileña, la Quilombaque tiene su origen en el barrio de Perus, que tiene uno de los peores índices socioeconómicos y culturales de la ciudad de Sao Paulo. Ahí no existen salas de cine, teatros, museos o casas de shows; sobran desempleados, armas y muertos – según datos del gobierno, Perus presenta la peor taza de muertes por homicidio entre hombres de 15 a 29 años. Frente a este escenario, un grupo de jóvenes moradores del barrio decidió no esperar más por los mandos y des-mandos del mal gobierno e inspirados en el ritmo de los tambores, dio inicio a lo que hoy es una de las mayores referencias de resistencia y producción cultural en la periferia, posteriormente reconocida por el proprio gobierno como un Punto de Cultura. Actualmente resisten contra la implementación de un proyecto del gobierno que implicará el desalojo de una parte de la comunidad: la construcción del Parque Linear.
Cleiton Ferreira, 26 años, uno de los fundadores de Quilombaque, cuenta un poco de esa trayectoria.
¿Cómo surgió la Comunidad Cultural Quilombaque?
La Comunidad Cultural surgió en 2005. Fue una idea que yo y mi hermano gemelo Clébio tuvimos. Hacíamos parte de un bloco de percusión en Ibirapuera (parque localizado en un barrio noble de Sao Paulo) llamado Caranguejeira, y dábamos talleres para los usuarios del parque. Debido a que ese grupo tenía muchos integrantes de barrios de la periferia, comenzó a ser mal visto y acabamos perdiendo aquel espacio. Surgió la idea de formar un grupo aquí en el barrio, con los moradores, en vez de salir de aquí e ir hasta el centro para buscar algo para hacer. Fue así que comenzamos. Era una cosa nueva aparecer con los tambores y a pesar de que Perus es un reducto de nordestinos, muchos tenían prejuicios y no conocían su propia cultura. Poco a poco varios fueron juntándose, gustando de la idea. Comenzamos a organizar fiestas y a montar algunas espacios de percusión, de LIBRAS, de interpretación de textos con varios voluntarios. Además de comenzar a pasar películas con la televisiònde casa. Todo eso era en el garaje de mi casa.
