Gabriel Marín nació en 1986 en la Ciudad de México. Es licenciado en artes plásticas por la Universidad Veracruzana. Ha destacado en el ámbito artístico, especializándose en la fotografía desempeñando un trabajo que vuela técnica y conceptualmente de lo abstracto a lo concreto. Basando su trabajo en la dualidad. Experimenta técnicas primigenias de impresión y procesos digitales, realizando puentes de comunicación entre el siglo XIX y XXI. Conceptualmente sigue estos mismos pasos en su imaginario, oscilando entre el documental y la ficción. Marín trabaja de la mano con artistas, científicos, investigadores, instituciones públicas y privadas ayudando a dar soluciones técnicas y conceptuales en proyectos. Ha sido Becario del FONCA dentro del programa Jóvenes Creadores Como parte de su proyecto de vida desde el año 2007 consolida una plataforma cultural que se dedica principalmente a: La investigación, difusión y producción de obra fotográfica. La disciplina, el esfuerzo y las colaboraciones han desarrollado en mas de 12 años una serie de exposiciones, platicas, talleres, conferencias. En el proyecto llamado El Tercio.
Que bello es vivir abierto a dejarte sorprender por la vida.
¿Quien me iba a decir que rodando una película en Baja California Sur, iba a cruzar camino con un joven fotógrafo mexicano, Gabriel Marín, que emprendió hace unos meses un viaje en una Komby, haciendo fotos a las personas que va encontrando de pueblo en pueblo con una cámara del siglo XIX y la técnica del Colodión Húmedo. Una kombi que restauró para viajar, prepara las emulsiones, las placas revela sus fotos, fotos únicas que nunca tendrán copia…. Y regala su tiempo, ese que la inmediatez de la fotografía digital, nunca entenderá … Con su propio sombrero tapa el objetivo y te pide que te quedes, en función de la luz, 3, 5 o más segundos inmóvil, deteniendo el tiempo, ese tiempo del que Gabriel es su guardián. Posando frente a su cámara no pude evitar recordar aquellas fotos lejanas ya en el tiempo de los Emiliano Zapata y Pancho Villa que nos enseñaron que la vida es revolución. Gabriel va por ahí conociendo gente, compartiendo historias, sueños, saberes y unos cuantos tequilas… Dejando en cada uno de nosotros una parte de él y llevándose, en su aventura, cuanto quisimos compartir con este Quijote mexicano que sabe que la vida es tiempo y que vivir no es más que compartirlo con los demás.
Texto: Carlos Olalla
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que buen proyecto!! usar camaras de cajon con las tecnicas de aquel momento, le da una dimension documental que la inmediatez y de lo artistico de lo digital le quita a la foto, es mas le da mistica. felicitaciones.
Estas fotografías, añoradas… contienen el espiritu inmortal de lo verdaderamente artístico…Bravo.