Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México | Desinformémonos. De los 117 cuerpos que el gobierno morelense enterró ilegalmente en una fosa en Tetelcingo, 84 presentaron rastros de violencia y tortura, lo que indica el “encubrimiento de delitos” por parte de las autoridades, concluyó el grupo de expertos forenses independientes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) en el informe “Fosas clandestinas de Tetelcingo: Interpretaciones preliminares”.

El informe, que se presentó en el Centro Prodh y que contó con la asistencia del activista, Javier Sicilia, y familiares de las víctimas, destacó que se omitió la localización de los familiares de los cadáveres con datos de identificación, antes de que el gobierno de Morelos iniciara la inhumación.

Algunas de las huellas visibles de violencia son que los cadáveres presentaban impactos de proyectil en el cráneo por armas de fuego, lesiones por armas punzocortantes, quemaduras en el cuerpo o prendas, fracturas, órganos extirpados y amputaciones sin explicación forense.

Por otra parte, de entre los 117 cuerpos, tres, que presentaron de igual forma signos de violencia, corresponden a mujeres menores de edad, siendo uno de una recién nacida, otro de una niña de siete años, aproximadamente, y otra de entre ocho y diez años.

El estudio apunta que, además, 12 de los cuerpos fueron sepultados sin que la autoridad les practicara la necropsia de ley, y 34 fueron enterrados sin que la Fiscalía indagara en el motivo de la muerte, es decir, no estaban vinculados a ninguna investigación penal.

En el 2014 se encontraron dos fosas en un predio privado en el panteón de Tetelcingo, donde la Fiscalía de Morelos sepultó de forma ilegal a más de un centenar de cuerpos.

Informe completo: http://bit.ly/2bLHGGf