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Pobreza y violencia en Nuevo San Andrés, Chimalapas

Redacción Desinformémonos

foto: Roselia Chaca /NVINoticias 

Chimalapas I  La pobreza y la violencia se han apoderado de la congregación Ejido Nuevo San Andrés, que pertenece a Santa María Chimalapa.  Noemí Ruiz Núñez, es una mujer campesina, hace 5 años llegó a vivir a este lugar junto con su familia y su hermano Abner Ruiz Núñez, uno de los comuneros que fueron atacados violentamente el pasado 24 de febrero por un grupo paramilitar que ellos llaman “Ejército Chamula”.

Para llegar a Nuevo San Andrés, agencia de Santa María Chimalapa y ubicado en los límites con Chiapas, se recorre durante una hora y media en vehículos un camino terracero enmontado, no tan verde ni tan conservado. Durante ese lapso se transita por la zona del territorio de Chimalapas más devastada por la ganadería, la explotación forestal, los invasores y los chiapanecos.

El miedo es latente para Noemí y su familia, indígenas chiapanecos de origen tzotzil que llegaron y habitaron este espacio donde se vive una disputa por la tierra y el territorio. Sólo hay una escuela de reciente construcción en la que se imparten clases a nivel primaria. No hay clínicas y no llegan los programas de desarrollo social como Prospera, 65 y más y tampoco apoyo alimentario. “Pareciera que no tenemos derecho a enfermarnos, no tenemos derecho a la salud y seguridad, el agua lo tomamos de los arroyos, estamos olvidados y como se dice a la mano de Dios”, expresó.

En este lugar las mujeres viven temerosas, muchas de ellas como Noemí no han salido al chequeo médico que acostumbraban por miedo a ser emboscadas tras la amenaza del supuesto ejército chamula. Las dos mujeres embarazadas de escasos cinco y seis meses de gestación temen por sus vidas porque no hay casa de salud para ser atendidas en caso de una emergencia.

El 18 y 19 de marzo, una Caravana de Observación Civil motorizada en solidaridad con Nuevo San Andrés visitó dicho poblado en la región de los Chimalapas donde, el pasado 24 de febrero, nueve comuneros sufrieron agresiones, privación ilegal de la libertad y violencia de parte del llamado “ejército chamula”. Unas 20 personas, entre comuneros zoques de Santa María Chimalapa, organizaciones civiles y sociales así como integrantes de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) participaron en dicha caravana.

La Caravana de solidaridad y observación civil con los Chimalapas,  integrada por organizaciones civiles y defensores de los derechos humanos, en la comunidad de Nuevo San Andrés a través de su representante Miguel Ángel García Aguirre aseguró que el desinterés de los gobiernos federal y estatal está generando cada vez más riesgo para las familias.

El también representante regional del Comité para la Defensa y conservación de los Chimalapas dijo que el gobierno de Oaxaca negó medidas cautelares para las familias, por eso esta caravana decidió visitarlos para constatar sus necesidades  de seguridad, salud y alimento. Ahora la esperanza es que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) retome el caso y atienda esta necesidad de un pueblo que clama vivir libre de violencia.

El territorio chimalapa ubicado en el Istmo de Tehuantepec en el estado de Oaxaca es una de las mayores reservas naturales de México y desde hace más de 60 años enfrenta un conflicto de límites territoriales con Chiapas y Veracruz. El ejido nuevo San Andrés que se fundó hace 6 años es un ejemplo de invasión de tierras, en este lugar viven unas 150 personas de origen chiapaneco de la etnia tzotzil. Hace un año,  decidieron adherirse al territorio comunal oaxaqueño y, tras esa decisión viven violentados en todos sus derechos.

La decisión de ser oaxaqueños cuando son de origen chiapaneco les ha costado vivir con violencia, persecución y hambre reconoció Ramiro Ruiz Pérez, agente municipal de Nuevo San Andrés, quién compartió que temen ser asesinados y desterrados por un grupo de personas del Ejército Chamula.

“El pasado 24 de febrero nuestros comuneros sufrieron una agresión física, esta violencia la genera nuestra propia gente que está molesta porque abandonamos nuestra identidad de chiapanecos y decidimos ser oaxaqueños, ahora quieren ocupar nuestro territorio y asesinarnos, y ante este miedo pedimos el apoyo de los comuneros de las congregaciones zoques y también de organismos sociales como el Comité para la Defensa de los Chimalapas.  Ellos nos han brindado asesoría y por eso es que están aquí, vinieron en caravana a solidarizarse y constatar este miedo que hay entre las mujeres, los hombres y nuestros niños”, dijo.

El visitador de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Mervin Chávez Rito también participó como observador de esta caravana de solidaridad. Chávez dijo a los habitantes de Nuevo San Andrés que no están solos y que esta dependencia les dará el acompañamiento cada vez que sea requerido.

Miguel Ángel García Aguirre, representante de la caravana, destacó que desde hace más de 60 años comunidades indígenas se han enfrentado en esta región del Istmo por conflictos de límites entre Oaxaca, Chiapas y Veracruz.  El también Coordinador regional del Comité para la Defensa y Conservación de Territorio Chimalapa informó que “no podemos permitir que sigan viviendo violencia, lamentamos que el gobierno de Oaxaca no les haya otorgado medidas cautelares, estamos esperando la resolución de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), es urgente que se atienda este caso”.

Gloria Flores, que representa al Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas,  también se solidarizó con la caravana a Nuevo San Andrés, refirió que es importante visibilizar la situación especifica de las mujeres, quienes dijeron que viven con miedo, que ya no salen por la noche y que están preocupadas por la amenaza. Flores señaló que la mujer tiene un papel importante como defensora de la tierra y el territorio, igual que los hombres, «por eso es importante escuchar su voz en las asambleas».

Los comuneros de Benito Juárez y San Antonio que pertenecen a San Miguel Chimalapa y San Francisco la Paz de Santa María Chimalapa también participaron y recalcaron su apoyo y compromiso por buscar apoyos en materia de seguridad.

“Nosotros vivimos la misma lucha que ellos defendendiendo la tierra.  El gobierno poco ayuda, pareciera que no les importamos, sin embargo reconocemos que organizados tendremos mejor suerte en esta lucha para evitar más derramamiento de sangre”, expresaron.

Nuevo San Andrés se localiza en el corazón de la selva de los chimalapas, a seis horas de la cabecera municipal de Juchitán, el trayecto de cinco horas es por carretera y al cruzar el municipio de Cintalapa Chiapas se transita una hora y media en camino de terracería, el entorno es totalmente verde con clima templado, difícilmente se ingresa al lugar debido a los conflictos sociales que se viven.

Para visitar Nuevo San Andrés se debe atravesar las tierras de Cintalapa, Chiapas, camino enemigo para todo comunero zoque–chimalapa, con el alto riesgo de ser atacado por  pistoleros del grupo paramilitar conocido como el Ejército Chamula, que busca recuperar los 480 hectáreas de tierra que controlan los habitantes de esta olvidada población de tzotziles chiapanecos.

El camino de doble sentido termina hasta el centro eco turístico Los Ocotones de Chiapas, de allí la vía se estrecha más y apenas es posible transitar con una camioneta de doble tracción.

Con información de Agencia de Noticias Istmopress 

foto: Roselia Chaca / NVINoticias

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