México DF. Ante los continuos ataques y asesinatos de periodistas en México, defender los espacios de comunicación independiente y, sobre todo, no bajar la voz y seguir informando a la sociedad sobre la realidad del país, es lo que toca hacer a los periodistas desde la trinchera de la comunicación, coinciden en entrevista con Desinformémonos los periodistas José Gil, Carmen Aristegui, Anabel Hernández, Zósimo Camacho, Julio Hernández, Adriana Malvido y Armando Ponce, reunidos durante las protestas por el asesinato de Regina Martínez, corresponsal del semanario Proceso, y los reporteros gráficos Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, ocurridos la semana pasada en el estado de Veracruz.
Periodistas, fotógrafos, camarógrafos, reporteros, miembros de organizaciones por la libertad de expresión y por la defensa de los derechos humanos, así como ciudadanos independientes, sumaron voces en días pasados para manifestar su profunda indignación y exigir el esclarecimiento de los cuatro asesinatos de comunicadores en Veracruz.
En una carta, periodistas de ese estado advirtieron que el asesinato de Regina Martínez es una afronta intolerable al gremio, a la libertad de expresión y a la lucha por la democratización de los medios de comunicación en nuestro país. “Regina”, señalaron, “fue un ejemplo de autonomía de pensamiento y capacidad de resistencia a la corrupción y a las amenazas de la clase política. Por eso, su asesinato es un mensaje ominoso a quienes aún tratan de conservar los mínimos espacios críticos disponibles en la entidad”.
A las demandas de los manifestantes se sumó el reclamo de justicia para los 79 periodistas asesinados o desaparecidos durante la administración de Felipe Calderón, y la exigencia de garantías para el libre ejercicio del periodismo.
Cargando mantas, carteles, flores, veladoras y fotos de periodistas que han sido asesinados o desaparecidos, cientos de comunicadores se reunieron frente a la Secretaría de Gobernación y en el Monumento a la Independencia para denunciar que “la circunstancia de violencia y de hostigamiento contra la prensa ha llevado al gremio a una situación particularmente peligrosa y de absoluta vulnerabilidad”.
La situación de emergencia, indicaron, no es privativa de una entidad y ha llevado a un estado de excepción comunicativa. En todo el país hay ataques y agresiones contra periodistas, sin que las autoridades se preocupen o fomenten medidas de protección reales, lo cual ha propiciado que informar sea “una actividad de altísimo riesgo en México”.
Entrevistada por Desinformémonos durante la concentración en el Monumento a la Independencia, la periodista Carmen Aristegui dijo que para “encontrar la salida a la inadmisible situación en la que nos encontramos, será necesario tomar conciencia del significado que tiene que la sociedad misma se organice, se exprese y eleve el nivel de exigencia a las autoridades. Es absolutamente insostenible que tengamos decenas de muertes de periodistas y miles de muertes más en donde simple y llanamente no hay un proceso judicial”.
La comunicadora añadió que, ante los continuos ataques contra el gremio periodístico, “lo que toca a los medios es seguir informando. No podemos permitir que el miedo nos inmovilice. Debemos estar al pendiente de lo que ocurre en lugares donde los periodistas son más vulnerables. No podemos permitirnos el silencio ni la indiferencia con los colegas, ni con el resto de las víctimas de esta circunstancia que ya ha rebasado los límites de nuestra comprensión”.
José Gil, periodista de la revista Proceso, señaló que “el Estado no ha cumplido con la responsabilidad de garantizar la seguridad de todos y cada uno de nosotros, no solamente de los periodistas, sino de todos los ciudadanos. Ninguno de los periodistas caídos debió morir, y sus muertes son responsabilidad del gobierno, pues debieron haber tenido todas las garantías para realizar su trabajo con libertad de expresión”.
El asesinato de cuatro periodistas en un periodo tan corto de tiempo es un signo muy claro de la descomposición a nivel de gobierno y a nivel social, señaló Gil. “Estamos en medio de una crisis, donde lamentablemente nos hemos ido acostumbrando a los asesinatos y cuando matan a un periodista no sale la sociedad, sino los mismos periodistas a exigir justicia. Hay una pasividad muy peligrosa”.
La vulnerabilidad que padecen los periodistas del país ha propiciado que salgan a manifestarse a las calles. Durante la marcha realizada en el marco del Día Internacional de la Libertad de Expresión, de la Casa de Veracruz a la Secretaría de Gobernación, reporteros y fotógrafos alzaron la voz para exigir el cese del hostigamiento contra los trabajadores de la comunicación.
“Es necesario denunciar y manifestarnos en contra de esta grave situación, pero mí me gustaría también que algún día los periodistas nos atreviéramos a hacer una huelga de cámaras y de grabadoras”, dijo a Desinformémonos Julio Hernández, columnista del diario La Jornada, durante la concentración realizada a espaldas de la Secretaría de Gobernación.
Por su parte, Zósimo Camacho, jefe de información de la revista Contralínea, apuntó que “si la situación ha llegado hasta este punto se debe a la corrupción, pues los grupos del crimen organizado muchas veces están coludidos con el gobierno y los asesinatos de comunicadores ni siquiera son investigados”.
Bajo una llovizna que no logró ahuyentar a quienes se concentraron en el Ángel de la Independencia, Adriana Malvido, de la revista Proceso, dijo: “Soy periodista y por eso estoy aquí. Somos nosotros los que tenemos que unirnos y, ante todo, solidarizarnos, acompañarnos y hacer un llamado de alerta. Los crímenes contra periodistas lastiman mucho la libertad de expresión, no sólo la de los periodistas, sino de la sociedad en general”.
Armando Ponce, también del semanario Proceso, advirtió que “tenemos que defender los espacios periodísticos ya que es la única manera en que la sociedad puede tener acceso a una mejor información. La información oficial es muy restringida, muchos son silenciados, censurados. Por ello, los pocos medios independientes, alternativos y comprometidos tienen la obligación de defender estos espacios”.
Greta Gómez no es periodista, pero se sumó a la protesta en el Ángel, porque está “indignada por lo que pasa en este país. Vine porque tengo amigos periodistas, y porque cuando salen a hacer su trabajo me preocupo, nunca sé si van a regresar. Quiero que puedan informar sin ninguna represalia. Estoy aquí para exigir al gobierno federal que actúe por todos los que han caído, han recibido amenazas o han sido torturados o desaparecidos. El mensaje es claro: quiero que esta situación termine pronto”.
Los 60 mil muertos que ha habido durante este sexenio son un grado excesivo de violencia, aseguró Óscar, otro de los jóvenes que se manifestaron frente al Monumento a la Independencia. “Yo no creo en los partidos políticos, no creo que esto cambie en las próximas elecciones, gane quien gane. La única forma en que podemos cambiar esta situación es organizándonos, no hay que dejar esto en manos del gobierno. Por eso estoy aquí”.
Publicado el 07 de mayo de 2012