[youtube width=»275″ height=»144″]http://youtu.be/A6OGLYLwmSA[/youtube]México, DF. Grupos ligados a los partidos políticos amenazan a integrantes de la cooperativa de salud Panamédica con desalojarlos del lugar en donde atienden a la comunidad, en el sur de la Ciudad de México, con lo que afectan un proyecto necesario para el bienestar de los habitantes de la zona.

Durante cinco años, la Cooperativa de Salud Panamédica ha brindado servicio médico a la comunidad de la Colonia Villa Panamericana y sus alrededores, en la delegación Coyoacán del Distrito Federal.

Este emprendimiento, novedoso y autónomo, lo llevan a cabo jóvenes profesionales de la salud; se trata de un proyecto que busca recuperar valores éticos en el campo de las ciencias médicas.

Actualmente el proyecto es agredido por líderes de partidos políticos que se disputan el centro social donde labora la Cooperativa. Dichas agresiones son físicas y de sabotaje hacia el trabajo de los médicos.

En una carta dirigida a la comunidad de la colonia, los cooperativistas médicos denuncian que “el grupo que encabezan la señora Gloria Bravo, Guadalupe Navarrete y Joel Serrano, ha lesionado la armonía del centro social; hostiga a quienes laboran, impidiendo a los maestros el acceso a los salones para dar sus clases, cobrando cuotas ilegales, intimidando a profesores y usuarios y a personas de la tercera edad que realizan labores de venta al interior del centro”.

“Este grupo político está liderado por Gloria Bravo, quien ha estado involucrada en el PRI (Partido Revolucionario Institucional) y el PAN (Partido Acción Nacional), de acuerdo a la tendencia del ganador”, denuncia Ana María Mejía, miembro del comité de administración del centro social.

En mayo de 2011, Sofía Jiménez Rojas, presidenta de la cooperativa, expuso a Desinformémonos la visión del proyecto: “Somos una empresa social que no recibe ningún beneficio o financiamiento. Somos autónomos, autogestivos y no tenemos ningún vínculo con partidos o con el gobierno”.

Desde el 2007, Panamédica mantiene su estructura de autonomía evitando los intereses de las organizaciones partidistas.  “Nosotros llegamos a este local por una invitación de los vecinos y establecimos un convenio de comodato que nos respalda jurídicamente para estar aquí y trabajar. Es un convenio social en donde nos comprometemos a brindar ciertos apoyos o beneficios a la comunidad. En este caso, estamos brindando un servicio de salud y de medicamentos a precio justo.

“Sin embargo, el trabajo de médicos, psicólogos, nutriólogos y demás trabajadores de la salud es visto con recelo por vecinos que se disputan el lugar”, expone Sofía Jiménez.

Ana María Mejía, también representante de la primera sección de la Villa Panamericana, considera que esta organización de médicos “es un servicio a la comunidad a bajo costo para beneficiar a los habitantes. Nosotros somos parte de un comité de transición y nuestra tarea era convocar a la asamblea a decidir el consejo de administración. Sin embargo, estas personas (el grupo liderado por Gloria Bravo) no nos han dejado trabajar. Tomaron el centro social y quieren quitar a los de la cooperativa”.

Los antecedentes

Ante la crisis de las instituciones de salud en México debida a las reformas neoliberales, ya en 2011 Panamédica analizaba que “las instituciones públicas de salud, a pesar de ofrecer cobertura a un porcentaje considerable de la población, no tienen la capacidad de respuesta que exige la creciente demanda. Además, los servicios de salud en sus distintos niveles de atención no se proporcionan con la calidad requerida, continuando su deterioro, el cual se manifiesta a diario en la falta de personal, sea general o especializado, en el déficit de camas o en la carencia de medicinas, incluso de aquellas consideradas en el cuadro básico.

Por tal motivo, el ciudadano promedio se ve obligado a realizar gastos fuera de lo programado, conocidos como “gasto de bolsillo”, el cual, de acuerdo con estudios desarrollados por diversas instituciones académicas, sigue aumentado y es el principal ingreso de los servicios privados de salud.

Ante ello, surge la cooperativa de salud, cuyos objetivos son “prestar atención clínica de calidad, realizar actividades de prevención de enfermedades y promoción de la salud al público en general, a los civiles organizados, a organizaciones del sector solidario, a las instituciones públicas y a las privadas, respondiendo a las necesidades de salud de la comunidad en donde la cooperativa tenga influencia, de manera accesible y bajo los principios del cooperativismo y la economía solidaria”.

Para documentar sus avances, Panamédica presentó a Desinformémonos diversos documentos con balances y sus propósitos sociales.

Informan que “el flujo anual es de aproximadamente 4 mil usuarios, en su mayoría habitantes de la localidad en la que está la cooperativa. Los vecinos son atendidos bajo un esquema de pago por servicio, con el que se cubren gastos de operación y se generan fondos de emergencia, de reserva y de protección social para los profesionales que laboran en el proyecto”.

La cooperativa ha pasado de la sola consulta médica y dental a nuevos servicios como: psicología, nutrición, óptica y optometría, laboratorio clínico, clínica del aprendizaje, órtesis y prótesis, medicina del deporte, terapia de masaje holístico, talleres psicológicos, pláticas saludables y club saludable. Además, se han incorporado infraestructura y recursos humanos: pasaron de ser cinco médicos en el primer año a tener un equipo de 31 profesionales de la salud, que colaboran como socios (10) y colaboradores (21) en las diferentes áreas de la cooperativa.

Una breve cronología

En marzo de 2007 se inauguró el proyecto y se iniciaron las labores para la comunidad. En mayo de ese mismo año, establecieron vínculos con la Alianza Cooperativista Nacional y con el sector cooperativista regional; para diciembre, realizaron la primera asamblea general de la cooperativa, ratificaron a nuevos adherentes y diseñaron el primer plan anual de trabajo, centrado en dos principios: promoción de la salud y autosustentabilidad.

En junio de 2008, la cooperativa fue reconocida como un área de formación profesional por la Universidad Autónoma Metropolitana; comenzó a recibir a estudiantes de medicina y enfermería para realizar sus prácticas profesionales y formarse en cooperativismo y salud. Ese mismo año viajaron a Brasil y Argentina para aprender de proyectos hermanos.

En marzo de 2009, durante su segunda asamblea general, integraron a nuevos asociados y aprobaron nuevos proyectos y áreas bajo las premisas de promoción de la salud y autosustentabilidad. También se capacitaron en organización del trabajo, mutualismo, inclusión social y trabajo digno.

En enero de 2010 diseñaron un plan anual para incorporar a usuarios como socios, bajo la forma de “Mutual de Salud Panamédica”. Para septiembre de ese año abrieron un programa de farmacia social, y en octubre comenzaron a afiliar socios usuarios a la mutual. En enero de 2011 comenzaron la prestación de servicios mediante la cobertura de la mutual. En junio de 2011, se realizó la primera asamblea general de socios usuarios de la cooperativa de salud Panamédica.

Después de las diversas agresiones, la cooperativa acordó defender su fuente de empleo y organizó una campaña de información. Los integrantes de la organización autónoma de médicos informaron a la comunidad sobre la problemática los días 18 y 19 de agosto.

En una carta dirigida a la comunidad, informaron que “la última agresión fue el pasado 16 de agosto, cuando de forma ilegal y abusiva, el grupo (agresor) cortó el suministro de energía eléctrica a las instalaciones de Paramédica, demostrando que a estos líderes no les interesa el centro social ni las actividades que aquí se realizan, sino que consideran a este espacio como un botín y, en función de sus ambiciones personales,han venido deteriorando la convivencia”.

“Vamos a informar a la comunidad sobre el desarrollo y la problemática, el autoritarismo contra los usuarios, maestros y la cooperativa; también de los proyectos y cómo se manejan en el centro social, así como la responsabilidad de cada grupo. Nosotros vemos cómo llegan hombres de otros lados a intimidar a los usuarios”, advierte Sofía Jiménez y agrega, “nosotros no queremos involucrarnos en estas disputas porque no tenemos ningún interés político; sin embargo, es nuestro espacio y nos interesa principalmente el bienestar de nuestros pacientes”.

Pese a las hostilidades, los médicos se organizan para continuar con el servicio a las comunidades y mantener el espíritu ético del servicio social a la comunidad.

Gerardo Rubio señala que el “éxito de las empresas sociales, las cooperativas y otras figuras de la economía solidaria radica en el empeño de construir un espacio donde el lucro no sea el fin último de su trabajo”.

Publicado el 27 de agosto 2012