El presidente estadounidense, Barack Obama, ha decidido intervenir militarmente en Siria. Así lo ha confirmado en una comparecencia de prensa anunciada a bombo y platillo y que ha comenzado con mucho retraso. Obama ha vuelto a dar por hecho que el ataque del pasado 21 de agosto fue químico y realizado por el Gobierno de Al-Assad y ha afirmado que «el uso de armas químicas no solo debe ser investigado, debe ser castigado».

Ha sido categórico en su afirmación: «He decidido intervenir militarmente en Siria». Ha justificado la acción bélica afirmando que las «imágenes terribles de muerte» son un «ataque a la dignidad humana» y también ha hablado de «peligro para la seguridad nacional» y para la de «nuestros amigos en la zona». Se ha referido a Israel, Jordania, Turquía, Arabia Saudi e Irak.

Tras ello, el tono belicoso del presidente estadounidense ha crecido: «podemos atacar cuando queramos, el ataque puede ser mañana, la semana que viene, o el mes que viene». Ha anunciado que llevará la solicitud de la autorización al Congreso, y que se debatirá en cuanto la Cámara retome su actividad. La primera sesión post-vacacional prevista en la Cámara de Representantes es el 9 de setiembre, pero Obama puede ordenar adelantar la reunión y algunos medios apuntan a que la primera sesión podría ser este próximo martes.

No pedirá la autorización de la ONU, ni esperará el informe de los inspectores

Aunque Obama introduce la novedad de pedir autorización al Congreso, cosa que no es necesaria en el caso estadounidense si la intervención militar no supera los 60 días, no esperará el informe de los inspectores de la ONU, cuya investigación debería aclarar la responsabilidad, o no, de Al-Assad en el ataque del pasado día 21. Los inspectores han anunciado que no habrá informe preliminar y que el definitivo podría tardar dos semanas en completarse.

El presidente de los EEUU tampoco pedirá la autorización en el Consejo de Seguridad de la ONU, al ser evidente la postura contraria de Rusia y China ante cualquier intervención militar.