Ciudad de México | Desinformémonos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que las nuevas medidas implementadas por México y Estados Unidos para controlar el flujo migratorio desde Centroamérica y las peticiones de asilo “son contrarias a obligaciones en materia de derechos humanos, en particular en lo que respecta al derecho a solicitar y recibir asilo, el principio de no devolución, dado que exponen a estas personas a numerosos riesgos, que incluyen la extorsión, el secuestro y otros actos de violencia a manos de organizaciones criminales y delincuentes comunes que se encuentran en las zonas en las que están siendo devueltas estas personas, así como a la falta de acceso a servicios de asistencia básica”.

A través de un pronunciamiento, la CIDH criticó las políticas migratorias de ambos países por los “impactos directos” en los derechos humanos de los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados, así como manifestó su preocupación por la militarización, la seguridad extrema, la externalización de las y la criminalización de defensores de los migrantes.

Además, indicó que son preocupantes los casos de separación de familias mediante el programa Quédate en México, que permite que los padres permanezcan en el país mientras sus hijos son enviados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados de Estados Unidos.

Por otra parte, denunció las malas condiciones en las que viven los migrantes en los albergues y estaciones migratorias, como el hacinamiento, la falta de higiene y la mala alimentación, así como criticó las detenciones de niños y adolescentes.

De acuerdo con el informe “Tendencias globales: desplazamiento forzado en 2018” del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), a finales de ese año se registraron 314 mil 946 solicitantes de asilo y 72 mil 229 refugiados de los países de Centroamérica a escala mundial.