Transgresoras de la palabra

Atziri Ávila

Nestora Salgado: luchadora social, defensora, transgresora, por la seguridad de su comunidad

Han pasado 877 días de la arbitraria detención de Nestora Salgado García, ocurrida el 21 de agosto de 2013. En ese entonces la defensora comunitaria fungía como líder y comandanta de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) de Olinalá, Guerrero, México.

Desde 1995, la CRAC-PC surgió ante la necesidad de garantizar la seguridad de los pueblos Me’phaa, Nauas y Na Savi de la Montaña y Costa Chica de Guerrero, debido al incremento de asaltos a mano armada, robos a casas, robos de ganado y agresiones contra las mujeres, lo que obligó a sus habitantes a construir nuevas alternativas de seguridad desde su mirada.

En pleno ejercicio de su derecho a la autonomía, administración de justicia y libre determinación de los pueblos y comunidades, establecidos en el Convenio 169 sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la CRAC-PC combatió y redujo la violencia y delincuencia en sus comunidades y se convirtió en un modelo de seguridad y justicia comunitaria.

A nivel estatal, la Policía Comunitaria es avalada y reconocida por la Ley Número 701 de Reconocimiento, Derechos y Cultura de los Pueblos y Comunidades Indígenas del Estado de Guerrero.

En el caso de Olinalá, la conformación del cuerpo de seguridad ciudadano se dio a conocer el 28 de octubre de 2012 luego de diversos sucesos de violencia ocurridos en la cabecera municipal como extorsiones (“cobros de derecho de piso” por parte del crimen organizado); venta de drogas en escuelas públicas; cooptación de mujeres jóvenes para su distribución; presencia de personas desconocidas con portación de armas y en camionetas blindadas; secuestros y asesinatos.

Fue la desaparición y asesinato de un taxista, ocurrido el viernes 26 de octubre de 2012 lo que aumentó el hartazgo generalizado y derivó en la aglutinación de la población en el centro de Olinalá. A partir de ese momento, las y los pobladores decidieron ir a la casa de los secuestradores, provocando que estos huyeran de inmediato.

Posteriormente, el 28 de octubre de 2012, alrededor de 700 habitantes de Olinalá tomaron el Ayuntamiento; desarmaron a policías que ahí se encontraban y bloquearon los seis accesos a la comunidad para impedir el regreso de los delincuentes.

Nestora Salgado, originaria del Municipio de Olinalá, desde un inició jugó un papel fundamental en la conformación del Consejo de Supervisión y Vigilancia de la comunidad; posteriormente nombrado Consejo Social Olinalteco 27 de octubre y finalmente Policía Ciudadana de Olinalá (PCO), la cual tomó protesta el 24 de marzo de 2013. Dos meses después, el 18 de mayo de 2013 alrededor de 170 hombres y mujeres integrantes de la PCO se adhirieron a la CRAC-PC.

Altiva, combativa, Nestora y su comunidad, lejos de pedir a las autoridades estatales y federales el cumplimiento de sus obligaciones o la aplicación de la ley, decidieron tomar la seguridad en sus manos.

Rompiendo los estereotipos de género, que buscan mantener a las mujeres únicamente en espacios privados y lejos de espacios de toma de decisión, la defensora transgredió el rol asignado a las mujeres que las invisibiliza y minimiza sus aportes a su comunidad, al decidir participar activamente y contribuir al fortalecimiento de los sistemas de seguridad y justicia comunitaria, a pesar de los sobornos que la “invitaban” a regresar al hogar.

Conocer el contexto que estaban viviendo las y los jóvenes de Olinalá y pensar que a esa misma realidad podrían enfrentarse sus nietos en un futuro, hizo que la defensora decidiera denunciar, combatir y enfrentar con más ahínco a la delincuencia organizada.

Si bien en un primer momento el Gobernador de Guerrero en aquel entonces, Ángel Aguirre Rivero, se comprometió a respaldar la conformación y labor de la policía comunitaria; la dotó de camionetas, uniformes e inició el proceso para la entrega de armas; su actitud se transformó cuando la CRAC-PC de Olinalá comenzó a denunciar el vínculo entre las autoridades locales y la delincuencia organizada.

Con el brío que la caracteriza; la convicción de visibilizar las acciones que perjudicaban a su comunidad y la certeza de estar actuando legítimamente; Nestora y la Policía Comunitaria de Olinalá desentrañaron actos de corrupción y violencia. Obtuvieron testimonios de jóvenes que estaban siendo utilizadas por la delincuencia organizada para vender droga en las escuelas; descubrieron una posible red de prostitución infantil y tráfico de mujeres; y detuvieron a autoridades vinculadas con el crimen organizado, lo que detonó la saña y fabricación de delitos en contra de la defensora.

En un estado caracterizado por el autoritarismo, corrupción y colusión de sus gobernantes, la Policía Comunitaria de Olinalá no dio marcha atrás, y avalada por su pueblo, continúo su labor sin pensar que el liderazgo de Nestora se convirtiría en una amenaza para las autoridades municipales y estatales.

Cuestionar el actuar de estas autoridades y no aceptar sobornos y chantajes, marcó la diferencia y dio pie a las represalias en su contra.

Con el objeto de mermar y criminalizar su liderazgo y labor en defensa de su pueblo ç, actualmente Nestora Salgado enfrenta acusasiones falsas. Haciendo uso perverso del derecho penal actualmente pesan sobre ella tres causas penales: una por secuestro, otra por homicidio calificado y otra por robo y privación de la libertad.

Haber ejercido su liderazgo en el espacio de poder local; en un contexto de violencia patriarcal, violencia estructural y en un entorno en donde prevalece la discriminación de género, ha impactado de distinta manera a Salgado García; quien además de estar en la cárcel, enfrenta agresiones contra sus hijas; así como denostación, difamación y calumnias.

Pese a ello, la certeza de que las imputaciones en su contra están basadas en acusasiones falsas y que su actuar está respaldado por la Ley 701 del estado de Guerrero, por el Artículo segundo Constitucional y por el Convenio 169 de la OIT, Nestora Salgado y miles de mujeres alrededor del mundo, estamos convencidas de su inocencia y confiadas de su pronta liberación, pues además de su convicción y dignidad, transgredir la seguridad otorgada por las autoridades estatales y fortalecer la seguridad y justicia comunitaria es y será una de las enseñanzas de la luchadora social.

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