Movimiento, territorios, errancias
Cuando el hastío parece no tener fin, ¿cómo salimos del mismo?
Votar en las elecciones nacionales es como aceptar los cuidados paliativos entregando la vida a quienes administran la muerte en dosis calculadas. Pensar que se está ejerciendo un derecho cuando todo es una farsa es por lo menos algo equivocado, aunque también podría ser una actitud consciente de despreocupación, una comodidad que se manifiesta delegando las decisiones a quienes constituyen una clase social aparte del resto de la sociedad, la clase política; a quienes se les otorga prácticamente un cheque en blanco bajo promesas discursivas. Hay ausencia de debates de ideas y de programas que tiendan a abordar los grandes problemas en los que se encuentran sumidos grandes capas de la sociedad. Cuando la humanidad se encuentra como nunca en el borde de un desastre civilizatorio, en Uruguay no se sabe si lo que se está viviendo es el ensayo general de una comedia trágica y grotesca o es el preámbulo del carnaval más largo del mundo. Estamos a dos meses de las elecciones generales y de lo único que se habla es del plebiscito de la seguridad social impulsado por la central de trabajadores el PIT-CNT. Las encuestas sobre los porcentajes de votación flotan en medio de diferencias y riñas internas en los partidos.
¿Todavía se puede afirmar que las izquierdas pueden ser las salvadoras? Hay algo ENTRE las derechas y las izquierdas que está faltado. Otra opción, una creación que irrumpa, que aparezca, que nazca sin nombre. Eso que no está, su ausencia, es lo que está habilitando la total deformación de todo cuanto acontece. Así es que las campañas electorales están basadas en pagar para promover mentiras, los políticos se improvisan en comediantes; tampoco se diferencian tanto de cualquier predicador de los que inundan el mercado del capitalismo celestial.
Lo que está ausente es una apuesta a la vida frente a la devastación por guerras y por catástrofes climáticas provocadas por un modelo de sociedad que rompe equilibrios en los ecosistemas. En Uruguay se llega al fin del periodo de gobierno de la actual coalición de derecha liderada por el Partido Blanco, con casos gravísimos de corrupción blanqueados y penas reducidas para los pocos que han sido procesados. Investigaciones archivadas, renuncias y un presidente que se pasa cortando cintitas de inauguraciones de lo que venga y sacándose selfis.
EL candidato a presidente por parte de la coalición de izquierda Frente Amplio, asistió este 03 de setiembre al Comité Central Israelita del Uruguay y Bahaí Brito Uruguay en calidad de invitado a la serie de encuentros con los principales candidatos a la Presidencia de la República. En dicho encuentro Orsi no hizo otra cosa que justificar lo políticamente correcto que es el Frente en la aplicación de las políticas a distintos niveles y nombró el caso de los mega proyectos extractivistas como ejemplo de ello. Claro, ni una palabra que cuestionara el genocidio que lleva adelante el gobierno de Israel hacia el pueblo de la Palestina. Es poco pensable que ello fuera posible de hacerlo en ese ámbito, pero apenas se imitó a señalar lo obvio diciendo que en toda guerra se incurre en crímenes de lesa humanidad.
Nos preguntamos: ¿por qué los candidatos a presidentes de nuestro país deben rendir cuentas a un estado genocida?
Un nudo Gordiano, ¿verdad?
Como en muchos lugares del mundo los desertores del sistema son poquitos y esto no es ser pesimistas sino asumir una realidad. Sin embrago nos puede ayudar para abrir caminos, senderos, buscar en la errancia otros espacios para los nuevos sembradíos.
Retomamos aquí algo de cómo se movió y cómo se mueve el zapatismo en su resistencia.
“La sociedad civil funciona contrapuesta al poder, al gobierno, al Estado. Se retoma un concepto del pensamiento moderno y se lo reformula en sentido crítico. No es sólo lo que no es poder, lo que no es gobierno, lo que no es estado, tampoco es lo “privado”. Por el contrario, la sociedad civil a la que alude el zapatismo, ya plenamente inserto en la lógica del reformismo radical, está en el ámbito de lo público, compite con el poder, lo limita o pretende reformular su ejercicio. En un sentido amplio, podría incorporar incluso a grupos no críticos, pero el zapatismo les reserva el término a los sectores inconformistas, críticos, progresistas. La dialéctica llega a ser maniquea. Mientras el poder militariza la desesperanza que ya es guerra civil en las tierras mexicanas, la sociedad civil exige detener la guerra y dar marcha atrás en la militarización del país. Mientras el poder monologa, la sociedad civil demanda un diálogo nacional eficaz e incluyente. Mientras el poder encarcela opositores y deja libres a criminales, la sociedad civil cuestiona la impunidad del poderoso y la cárcel de los presos políticos.
Mientras el poder impone brutalmente un modelo económico asesino, la sociedad civil se manifiesta por una nueva política económica. /…/ Mientras el poder destruye, la sociedad civil construye. Mientras el poder hace la guerra, la sociedad civil busca la paz. Mientras el poder mata, la sociedad civil vive.” Víctor Leonardo Martínez Arias
Lo interesante aquí es poder ver toda una estrategia de movimiento de los contrarios, un salirse del campo de juego del poder para abrir otros espacios y otros ámbitos. Hay un deslizamiento, un correrse de la cancha en donde las reglas de juego están marcadas y a favor del poder hegemónico. Frente al callejón sin salida de la contienda electoral, es licito explorar otros caminos de verdadera construcción social.
Podemos igualmente observar el movimiento de los migrantes en lo que tienen en común con los nómadas. Puesto que hablamos de errancias como una de las formas de dibujar nuevos mapas por donde transitar, crear, resistir.
“El habitar en movimiento de los migrantes no se
detiene al alcanzar un centro urbano, al contrario, se
agudiza, puesto que habitar es una lucha frente a todo
aquello que busca desinstalar. Como el vientre materno, el centro urbano brinda todos los recursos de
subsistencia y acoge temporalmente, aunque persiste
la posibilidad de expulsión permanente. El migrante
se desplaza entre estancias variables y acaso sea esa
la manera óptima. La interdependencia entre lo fijo
y lo móvil indica que es en los espacios de intersticio
que el migrante puede seguir existiendo. La quietud
lo condenaría a la indiferencia, por lo que se apertura
al mundo en el movimiento.” Diego Alexander Buitrago Ruiz
Estos ejemplos a los cuales recurrimos nos sirven para pensar e imaginar en que podría consistir el desertar de la actual dinámica sistémica. Muchos pueden ser los refugios, en ellos nacen nuevas prácticas transformadoras.
“Alternativamente, se puede lograr la supervivencia biológica de una proporción de los miembros de una sociedad sin su incorporación en una nueva cultura por transformación interna. Por ejemplo, los horticultores guayaquíes del Paraguay pudieron sobrevivir al contacto europeo refugiándose en las regiones boscosas del interior, donde se convirtieron en cazadores y colectores.” (Linda A Newson)
Para cerrar esta nota traemos la historia o leyenda de los 7 sabios del bosque de Bambú, por ser una salida diferente, un modo de deserción más poético y filosófico que también tiene en común el MOVIMIENTO hacia otros espacios de libertad como otra forma de resistir.
“Los siete sabios del bosque de bambú (en chino, 竹林七賢; pinyin, Zhúlín Qī Xián) fueron un grupo de filósofos, poetas y músicos de la corriente qingtan (pura conversación) del taoísmo chino del siglo III, en el inicio de la dinastía Jin. Reciben su nombre de la leyenda que dice que se reunían a la sombra de un bosquecillo de bambúes alejado de la corte para recitar y componer poesía y disfrutar de la música y la bebida. La tradición cuenta que el grupo deseaba escapar de las intrigas, corrupción y la agobiante atmósfera de la vida cortesana durante las luchas políticas del periodo de los Tres Reinos; por lo que se reunían en un bosquecillo de bambúes cercano a la casa de Xi Kang, en Shanyang (actualmente en la provincia de Henan) para disfrutar de la libertad, la comunión con la naturaleza, la vida rústica y el talento de sus amigos”
https://es.wikipedia.org/wiki/Siete_sabios_del_bosque_de_bamb%C3%BA
Así es que siempre a los malos tiempos se les puede torcer sus efectos a condición de emprender el movimiento juntos, creando un NOSOTROS diferente.
Sandra Petrovich
Artista plástica, poeta y activista social. Una de las fundadoras de la revista virtual Alternativas.