Ciudad de México | Desinformémonos. Hace treinta años, el movimiento que encabezó el Consejo Estudiantil Universitario (CUE) triunfó al detener una serie de reformas que atentaban contra la gratuidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además de que logró que se conformara un congreso en el que la mayoría de los sectores debatieron la transformación de la institución.

Así lo afirmaron los participantes de la mesa redonda “La fuerza de la razón. El CEU a 30 años”, que se llevó a cabo en el auditorio José María Vigil de la Hemeroteca Nacional, en Ciudad Universitaria el pasado jueves.

Adolfo Gilly, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, aseguró que el movimiento que el CEU desarrolló en 1986 y 1987 representó la oposición contra la imposición de cuotas en la universidad.

“Era defender un principio sustantivo de la República: la gratuidad de la educación en todos sus niveles, que no sólo es un deber del Estado, sino una misión de la República”, expresó.

El profesor de la FCPyS, quien hace 30 años fue uno de los académicos asesores del CEU, recordó que fue gracias a la sensibilidad de las autoridades universitarias que se pudo abrir un diálogo público entre ambas partes, en el que se expusieron los argumentos y las demandas de los jóvenes. A esta opinión se le opuso la de Antonio Santos, líder del CEU, quien indicó respecto al diálogo que “lo hubo, pero no fue concesión de ellos, sino un puente para encontrar una salida honrosa a la situación que ellos mismos habían generado”.

Además de solicitar que la UNAM se mantuviera pública, los integrantes del CEU lucharon por que se mantuviera el pase reglamentado.

Gilly aseguró que actualmente se vive un nuevo ataque contra la educación a través de la imposición desde el poder de la reforma educativa, con la que “quieren arrasar” con la escuela normal, que es la raís del sistema por ser ahí “»donde se aprende cómo enseñar, cómo tratar a los niños, y eso no lo puede medir ninguna pinche evaluación que quieran poner. La razón del Estado quiere volver a imponerse sobre la razón de la inteligencia”.

Ante el escenario violento que atraviesa México, el académico llamó a seguir el ejemplo del CEU y realizar un congreso nacional educativo, en el que participen todos los involucrados en el sistema, particularmente los maestros.

Por otra parte, Humberto Muñoz, quien fue parte del equipo de la rectoría de la UNAM durante los diálogos públicos con el Consejo, aseguró que la razón por la que triunfó el movimiento es que “permitió que esta institución siguiera siendo pública, como lo es hasta hoy”.

El movimiento del CEU cobró credibilidad al convocar a asesores universitarios de gran prestigio académico, agregó Muñoz.

En la mesa también participó Imanol Ordorika, quien fue uno de los líderes del CEU, y destacó que el movimiento fue llevado a cabo por los hijos y nietos del 68, que siempre estuvo presente como referente histórico.

El movimiento del CEU que inició en 1986 consiguió la práctica gratuidad de la UNAM, la conformación de un congreso universitario y la permanencia del pase reglamentado para el ingreso a las licenciaturas.