Miles de refugiados y migrantes continúan en la localidad fronteriza de Idomeni a la espera de que Macedonia abra sus fronteras para permitir el flujo de personas, a pesar del temor entre los grupos por la detección de dos casos de hepatitis.

Según medios locales, una niña siria de 9 años y un hombre fueron diagnosticados con hepatitis, sin embargo ya reciben atención médica y son reportados estables.

Autoridades helenas temen que la enfermedad se propague en un sitio abarrotado de personas, tras el cierre de la frontera decidido por Skopje.

Ante la decisión de los países de la ruta balcánica de cerrar sus fronteras, Grecia aceleró su construcción de 15 campamentos en distintos puntos del país, con la intención de que los migrantes se dirijan a ellos voluntariamente, aunque en la mayoría de los casos prefieren permanecer en Idomeni.

La semana pasada, alrededor de 500 migrantes, en su mayoría de Afganistán, se manifestaron en Atenas para exigir la apertura de las fronteras de los países de la ruta balcánica, la cual cerró hoy tras la decisión del gobierno de Eslovenia.

Con gritos de “Abran la frontera” y “También somos personas”, los manifestantes llegaron desde el centro de refugiados de Schisto, en El Pireo.

Con información de Prensa Latina