Ciudad de México | Desinformémonos. Tan sólo en el 2015, México deportó a 36 mil 568 mujeres procedentes del Triángulo Norte de Centroamérica, mientras que en el 2012 el total de deportaciones de mujeres centroamericanas era de 7 mil 81, señaló un informe divulgado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Ciudad de Guatemala.
En los últimos años, las deportaciones en México y Estados Unidos se multiplicaron, especialmente a mujeres cuyos países de origen son Guatemala, El Salvador y Honduras, destaca el documento. En el caso de Estados Unidos, la cifra de mujeres migrantes deportadas pasó de 6 mil 749 en el 2012, a 9 mil 858 del pasado año.
Sin embargo, el problema de las deportaciones es una “realidad en crecimiento”, como lo indicó el responsable de la OIM para el Triángulo Norte de Centroamérica, Jorge Peraza, pues las cifras continúan en aumento tanto para las mujeres como para las niñas no acompañadas.
Durante años, la migración de las mujeres centroamericanas se atribuía al anhelo de unirse a sus parejas sentimentales, arraigadas en los países del norte, pero en los últimos tiempos se han visto obligadas a emprender el viaje a Estados Unidos, principalmente, para encontrar mejores condiciones laborales y de vida, así como para huir de la violencia y la discriminación.
«Actualmente las mujeres migrantes en Centroamérica son en su gran mayoría migrantes primarias, es decir, migran por decisión propia, asumiendo su rol de proveedoras respecto a la familia de origen y convirtiéndose en protagonistas del hecho migratorio», señala el informe.
Los tres países que conforman el Triángulo Norte registran altas tasas de homicidios y se encuentran entre los 25 países con mayor índice de feminicidios.
El informe también expone que, a diferencia de las mujeres del Triángulo Norte, las nicaragüenses optan por una migración sur-sur, con rumbo a Panamá o Costa Rica, donde existen «mejores oportunidades laborales».
Sin embargo, en la mayoría de los países de destino de las migrantes, éstas son víctimas de violencia y sufren violaciones a sus derechos humanos y laborales.
Pero el mayor riesgo se encuentra en la ruta migratoria, especialmente en las que toman rumbo al norte, donde son presa fácil para las mafias de trata de personas y víctimas de agresiones sexuales: entre 6 y 7 de cada 10 migrantes son violadas, de acuerdo con varios estudios.
Con información de agencias
