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“Mejorar algo dentro del país y no sólo ocuparnos de la hostilidad externa”, tarea de los blogueros cubanos

Miriela Fernández

Caricatura - Paquito el de Cuba

La Habana, Cuba. El bloguero Francisco Rodríguez, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de La Habana, ha escrito en su bitácora (donde hace públicas las intimidades de su lucha contra la homofobia y por el respeto a la diversidad sexual): “Soy Paquito, el de Cuba, comunista y gay”. Su blog es una muestra de las controversias sobre la sociedad cubana actual que, principalmente en voces jóvenes, se escuchan desde la red.

Entre a este blog http://paquitoeldecuba.wordpress.com/. Dedique unos minutos a su lectura y comprenderá por qué se ha convertido en uno de los más visitados por los internautas, cubanos y fuera de Cuba.

Su autor, el periodista Francisco Rodríguez, con tono osado y desde su historia personal, abre en él la polémica en torno a temas como la homosexualidad. Sus crónicas, comentarios y noticias también nos actualizan sobre las iniciativas que impulsan instituciones y organizaciones de la sociedad civil a favor de los derechos sexuales.

Los textos dan cuenta de su participación en estas acciones. Paquito, el de Cuba –así se presenta en la blogosfera– integra el grupo de Hombres por la Diversidad y ha sido un fiel acompañante de las Jornadas Cubanas contra la Homofobia. Además influyó, junto con otros activistas de la Comunidad Lésbica, Gay, Transgénero y Bisexual, en alianza con el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y la Sección de Diversidad Sexual de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (SOCUMES), en la adhesión de Cuba, el pasado junio, a la resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que de forma inédita, se opone a los actos de violencia y discriminación, en cualquier lugar del mundo, “contra individuos debido a su orientación sexual y su identidad de género.”

 En su espacio digital relata sus “correrías” más recientes tras informaciones sobre el nuevo Código de Familia, que de ser aprobado, además de otros cambios favorables para cubanas y cubanos, podría legalizar la unión de parejas del mismo sexo.

 Y opina en su blog: “Quienes tenemos el privilegio de acceder a Internet en Cuba deberíamos proponernos siempre mejorar algo dentro del país y no solamente ocuparnos de la hostilidad externa”. De esta forma, el también jefe de información del periódico nacional Trabajadores, enseña sus llaves para adentrarse en las zonas de mayor silencio en la prensa cubana y considera imprescindible, para fortalecer el socialismo, “una sana y honesta discrepancia” hoy liderada por una juventud, “nativa de estas tecnologías” y que “nada en Internet como pez en el agua.”

 Su frase sobre la necesidad de aportar a Cuba desde el ciberespacio, que encontré tirada en alguna esquina de su página, resultó una respuesta, adelantada, a la primera pregunta de este cuestionario, enviado a Paquito a través de la Red.

-¿Por qué un periodista de un medio de alcance nacional decide abrir su propio blog? ¿Cuáles fueron tus principales motivaciones para hacerlo?

 

-Fue una aventura que arrancó, serán dos años en diciembre, cuando tuve la posibilidad tecnológica de hacerlo, resultado de la prioridad que Cuba otorga al uso social de Internet, en las condiciones de difícil acceso que sufrimos. Quería escribir para mí y los míos: amistades, familiares, mi hijo que me leerá en un futuro; y si era posible que fuera algo útil para los demás, pues, mejor. Esto último en realidad ha sido una gran sorpresa y una satisfacción que nunca preví.

 

-Tu presentación “Soy Paquito, el de Cuba, martiano y periodista, comunista y gay, ateo convencido y supersticioso ocasional; padre de un hijo varón a quien adoro y pareja desde hace siete años de un hombre seronegativo que me ama”, ha sido “un gancho”; algunos de tus colegas han dicho que tras estas revelaciones solo queda seguir leyendo… ¿Cómo es la relación de Paquito, el de Cuba, con sus lectores? ¿Qué diferencia existe entre tus comunicaciones desde el blog con tus trabajos en el periódico o en tu espacio radial?

 

-Me parece que a veces mis lectores me malcrían y me quieren demasiado. Más de lo que merecería. Les retribuyo como puedo, con respeto, cariño y atención a cada comentario que me hacen. Es una tarea ardua, pero gratificante. El blog es una experiencia de comunicación personal insustituible, para tratar de entenderme a mí y a los otros: no es mi trabajo.

 El periódico es mi otra casa, y desde que era estudiante me sentí muy cercano a su perfil editorial. Es una obra colectiva de sucesivas generaciones de colegas, y trato de aportarle lo mejor de mí, en lo que allí se necesita. Los comentarios en la radio los comencé unas semanas antes de que el blog apareciera, y fueron al inicio solamente una muy modesta entrada más para la maltrecha economía de un periodista cubano. Hoy sigue siendo una labor igual de modesta, por los ingresos que me reporta, y continúa igual de maltrecha mi economía, pero los comentarios son ahora también un compromiso, una disciplina, una vía de expresión cotidiana, un modo de fluir mi pensamiento y de encontrarme con más personas y reconocerme en sus inquietudes y problemas.

-Aunque es posible hallar en tu blog otros temas, das un seguimiento especial a aquellos vinculados con la comunidad gay. ¿Qué ha significado trabajar y ser reconocido como un activista por estos derechos?

 

-Fue tal vez uno de los elementos más sorpresivos y sorprendentes. Mis propias palabras me llevaron poco a poco a esa militancia no prevista, conocí a grandes personas, me vinculé a la labor de CENESEX y sus redes sociales, empecé a aprender y aprehender; y de paso, a tratar de ayudar en lo que fuera. El primer día que me dijeron “activista”, me quedé frío, pues nunca lo había visto de esa manera. Cuando leo algunos de mis primeros post, me doy cuenta que, salvo mi experiencia particular, no tenía ni la menor idea sobre lo que hablaba. Ahora conozco un poquito más, y cada día me siento más motivado a estudiar y actuar junto a tanta gente buena que ama, sufre, crea y trabaja, no solo por los derechos de las personas LGBT, sino de todas las cubanas y los cubanos.

 

-Como polemista declarado, ¿cómo te conduces desde tu blog ante las opiniones, que van a destiempo del proceso cubano, y se refieren a actos discriminatorios contra los homosexuales, o a las que, aún hoy, se cierran a la aceptación de la diversidad sexual?

-Trato de entender todos los puntos de vista, escuchar a los demás, solidarizarme con quien sufrió o sufre discriminación e intentar ayudar a razonar o resolver incluso algún problema concreto, pero sin ingenuidades políticas ni fanatismos vengativos. Le huyo a los extremos, algo que puede ser causa de mucha incomprensión en este mundo.

-Hablar de Cuba siempre es un puente a lo político. ¿Cuál es el papel que están jugando los blogueros en el análisis de la realidad cubana actual?

-Es un medio ideal para que nos entrenemos cada día más en el ejercicio del criterio, en la sana y honesta discrepancia, en la superación de esa dañina unanimidad que todavía algunos suelen ver como sinónimo de fidelidad a nuestro bello, pero contradictorio y muy perfectible proyecto social alternativo. Es una alternativa de expresión que nos enriquece como sociedad, y a la larga, nos prepara para cuando existan las condiciones y la voluntad de construir otro modelo de prensa socialista más autocrítico, menos complaciente, más autorregulado y menos administrado.

También, los blogueros desempeñan un papel importante en el análisis de los conflictos históricos y las agresiones externas que ponen en riesgo la independencia de Cuba, pero considero que muchas veces, quienes escribimos desde dentro, nos centramos demasiado en esta prioridad y nos olvidamos de la primera, que para mí es la más importante, pues de no resolverse igual pone en peligro la continuidad de la Revolución y el socialismo.

-Principalmente son los jóvenes quienes abren sus blogs y se insertan en los debates propuestos. ¿Cuáles preocupaciones, críticas, propuestas visibilizan?

-La juventud actual, nativa de estas tecnologías, nada en Internet como pez en el agua. En la medida que logremos más acceso, ellas y ellos alcanzarán mayor desarrollo, inteligencia e independencia. Para los jóvenes comunicarse es como respirar, y quieren, necesitan, exigen saberlo todo. Los de más experiencia acumulada, deberíamos contribuir a que sean capaces de hacerse de un juicio crítico, sin candidez o superficialidad, pero con respeto y confianza hacia su responsabilidad. Ya no es posible en este mundo un control absoluto y paternalista sobre la información, hay que enseñar a la gente a pensar con su propia cabeza, y decidir lo que está bien y lo que no lo está. Estoy seguro de que lo harán mejor que nosotros.

Eres jefe de información del semanario Trabajadores, profesor de la Facultad de Comunicación y además de obtener premios de periodismo, como el 26 de Julio, también tienes responsabilidades dentro de la Unión de Periodistas de Cuba, ¿cómo crees que están influyendo estos análisis desde la blogosfera en la agenda de medios en el país?

Lo expresé de algún modo en una pregunta anterior: la blogosfera cada día moverá más la agenda de los medios, implícita o explícitamente. Este vínculo será mayor en la medida que crezca el acceso a internet, pero ya comienza a ser evidente. Ahora tal vez los periodistas seamos el sector profesional que más unánimemente y en mejores condiciones accede en Cuba al Internet, las redes sociales y la blogosfera, y la primera consecuencia clara es la creciente insatisfacción con el trabajo de nosotros mismos en los medios de prensa tradicionales. Las polémicas en el ciberespacio dejan algo muy claro: o cambiamos, o nos cambian.

La prensa nacional también está volviéndose paulatinamente más joven, ¿qué resultados traería un diálogo entre esos nuevos periodistas y la juventud que habla de su país a través de estas nuevas tecnologías? Tal vez puedas responder desde la experiencia de andar en Cuba, la de Paquito

 

Ese diálogo será un maravilloso abejeo de palabras, sentimientos e ideas, con sus propios códigos, sublevaciones e irreverencias, que no estoy seguro de que nosotros podamos entender del todo, aunque debamos intentarlo. Esa juventud, periodistas o no, sabrá ser justa, generosa y tomará decisiones inteligentes, pero habrá que darles la oportunidad de que “hagan y deshagan”. Todas las generaciones cometen errores y lo más que puede hacer cada una es enseñarle a la siguiente cuáles fueron los suyos, sin esconderlos o disimularlos. Esto no evitará que los más jóvenes cometan otras pifias, y alguna que otra vez, hasta tropiecen con la misma piedra que sus padres y abuelos, pero ser francos, escucharlos y confiar en ellos es la única posibilidad de reducir al mínimo ese margen de error. Así que si de algo les sirven los disparates de mi vida, al menos una buena parte ya están por escrito en mi blog. Ojalá pudiera hacer más.

Publicado el 01 de Noviembre de 2011

 

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