Las personas tendemos a agruparnos según nuestras creencias las cuales van a la par con nuestras emociones. Nos agrupamos en instituciones religiosas, partidos políticos, nacionalismos, barras de un equipo de cualquier deporte, movimientos sociales y pare de contar. Nuestras creencias tienden a definir nuestra identidad, la cual es reforzada al agruparnos con otras personas que coinciden con lo que consideramos la verdad o lo correcto. El nosotras tiende a estar circunscrito así a las personas que tendemos a pensar igual. Las personas que piensan diferente muy difícilmente entran en el círculo del nosotras.

Cuando gravitamos en lo que pensamos se hacen muy difíciles los consensos. Fácilmente se cae en discusiones interminables sobre qué es lo verdadero o lo correcto. Se propicia la competencia sobre quién tiene la razón o no.

En la red Cecosesola nos mueve el deseo de vivir en las relaciones de confianza que emergen de la transparencia, la responsabilidad, la equidad y el cuido mutuo. Intentamos ir más allá de nuestras creencias dejando de gravitar en ellas, reflexionando, más bien, sobre cómo nos relacionamos. Y enfocándonos en nuestros comportamientos, paulatinamente va perdiendo importancia lo que piensa cada quien. Por eso, hemos ido dejando de ser un movimiento para ir siendo una manera de vivir la vida.

En Cecosesola se desarrolla un proceso educativo iniciado hace unos 50 años basado en la reflexión colectiva sobre las relaciones que se tejen en el quehacer diario, donde nos relacionamos sin líneas de mando, abiertos a una participación plena, sin intermediación. Conformamos una red de cincuenta organizaciones comunitarias ubicadas en sectores populares, principalmente de la región centro occidental de Venezuela. Entre las múltiples actividades que gestionamos unos 1.300 trabajadores y trabajadoras asociadas destacan un servicio funerario, 20 mercados comunitarios, 18 agrupaciones de productores agrícolas, 7 pequeñas unidades de producción comunitaria, 7 iniciativas de salud comunitaria y un centro cooperativo hospitalario. Los precios de nuestros servicios representan anualmente un ahorro comunitario cercano a los 20 millones de dólares. www.cecosesola.org

Allí podemos caber todas, siempre y cuando nos respetemos y no intentemos imponer nuestros puntos de vista. Es decir, siempre y cuando vayamos siendo coherentes con un vivir ético, pueden tener cabida personas de tendencia política tanto de la derecha como de la izquierda, gente cuya creencia es el chavismo y otra gente que se opone a él, musulmanes y judíos, ucranianos y rusos, fanáticos del Real Madrid y fanáticos del Barsa…

Así, en vez de estar recluidos dentro de las fronteras que marcan nuestras creencias, nos abrimos a un nosotras que se fortalece y se amplía en cuanto se va profundizando esa confianza mutua que se nutre de las relaciones que vamos cultivando.

Así, nos ahorramos el desgaste de energía que se deriva de la confrontación, y entonces el vivir deviene en un disfrute.

Y en cuanto se va trascendiendo la competencia sobre quién tiene la razón, el consenso se construye, más bien, desde la reflexión y el sentimiento que emerge a partir de la manera como nos estamos relacionando.

Todas y todos estamos invitados a integrarnos a esta aventura.