Los otros blogueros de Cuba

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La Habana, Cuba. Los jóvenes blogueros cubanos “queremos una Cuba más nuestra y mejor”, afirma Rodolfo Romero Reyes, joven periodista, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y escritor de un blog. “Como dijo Fidel de la Revolución en el año 2000, vamos a cambiar lo que haya que cambiar”, pero, precisa, sin injerencias externas.

Romero es parte de la comunidad “Blogósfera Cuba”, que agrupa a 160 de los 800 blogueros cubanos, y se distingue de los que, afirma, son financiados por Estados Unidos, como Yoani Sánchez. “Ellos dañaron mucho la legitimidad que puede tener la blogósfera en Cuba hoy”.

La comunidad de blogueros se caracteriza por apropiarse de Cuba “de una manera diferente, creativa, revolucionaria, y sobre todo, crítica”, afirma Romero, quien reconoce que les ha resultado difícil definirse sin sonar políticamente arcaicos y sin rozar con las críticas financiadas desde el exterior.

Blogósfera Cuba nació en julio de 2011 y editó su primera revista en formato digital para llegar a la población que, por problemas de conectividad a internet, no puede acceder a los blogs. “Está destinada a ir de memoria flash en memoria flash, para que la gente sepa que estamos haciendo una especie de periodismo alternativo”, afirma sonriente el académico.

Rodolfo Romero creó su bitácora en línea, Letra Joven, en 2011, cuando la existencia de blogueros en Cuba alcanzó los siete años. En 2004, un integrante de la CUJAE (Universidad de Ciencias Técnicas José Antonio Echeverría, en La Habana) creó el primer blog en la isla. “A partir de ahí surgieron otros y se creó un grupo de unos 10 o 15 blogueros iniciales”, informa Romero Reyes, “pero ocurrió un hecho que atentó contra la legitimidad que puede tener hoy la blogósfera en Cuba, y es que Estados Unidos comenzó a financiar cierta subversión desde internet, pagando a jóvenes y dándoles una cobertura internacional muy fuerte”. Tal es el caso de Yoani Sánchez y el grupo asociado en torno a ella, que son vistos internacionalmente, afirma, como  “los” blogueros cubanos, que escriben “de una supuesta represión, sin conexión a internet y de forma clandestina”.

El surgimiento del grupo señalado como financiado por el gobierno estadunidense invisibilizó la labor que los primeros jóvenes blogueros hacían de forma auténtica, natural y espontánea, considera el escritor de Letra Joven. “Para satisfacción nuestra, en cuanto a la conectividad en Cuba, que es un problema bastante serio, poco a poco se amplió un poquitito el ancho de banda, los puestos de conexión en centros laborales, y quienes estudiamos la carrera de Periodismo y Comunicación Social, o trabajamos en diferentes medios de prensa, empezamos a hacer blogs desde ahí”. Al mismo tiempo, los jóvenes entraron a las redes sociales, como Facebook y Twitter, “y la blogósfera se amplió”.

Quienes no tienen acceso regular a internet se las arreglan para tener su bitácora en línea. Como ejemplo, Romero relata el caso de un chico de la provincia de Matanzas, que envía sus textos por correo a una amiga que sí tiene internet para que ella los publique. “Pocas veces ha visto su blog y no puede responder los comentarios, pero tiene muchas ganas”.

En Letra Joven, Romero publica los artículos que escribe para diferentes periódicos, cuentos, crónicas personales y opiniones sobre temas de coyuntura.  Para hacer de su espacio uno más colectivo, publica textos de sus amigos. A partir de que abrió su blog, el joven entró en contacto con otros autores de bitácoras en línea, incluyendo a los que iniciaron el movimiento agrupados en Bloguer Cuba, como Alaine Díaz, autora de La Polémica Digital.

Nace una comunidad, dentro y fuera de la red

Iniciaron las reuniones entre los comunicadores por internet. Tweet Habana fue el primer evento, convocado por un técnico informático que trabajaba para un periódico oficial. “Le gustaba el tweet y decidió hacer un encuentro de tuiteros”, recuerda Romero, “pero fue muy tergiversado. Un grupo de blogueros financiados por el exterior dijo que acudiría al evento y llegó mucha prensa extranjera, a un encuentro supuestamente informal: AP, AFP, Reuters”. Con la tensión en el ambiente, finalmente el evento salió “bastante bien”, afirma Romero.

Tres jóvenes de Matanzas, autores del blog La Joven Cuba, convocaron a un segundo encuentro llamado El Blogazo, “un paso importante para articular la blogósfera”. En esta ocasión, el debate fue “un poco esquemático y rígido, con muchas posiciones de trinchera”, pues los ojos públicos estaban sobre ellos y, justifica Romero, “con la experiencia que había, algunos tuvieron la necesidad de marcar posiciones políticas bien definidas”.

La tercera reunión consistió en escalar el Pico Turquino, la elevación más alta de Cuba. Convocó una bloguera de Olguín -Karina Marrón- y se juntaron jóvenes de distintas regiones de la isla. En la cima, leyeron una carta  a favor de la liberación de cinco compatriotas, presos en Estados Unidos por hacer operaciones de inteligencia para desactivar posibles atentados contra la isla. “Tenemos conciencia de que en cada reunión debíamos hacer algo con un determinado impacto social”, explica el periodista.

Las actividades fuera del mundo virtual siguieron: intercambios con estudiantes de primaria, campesinos y grupos de teatro comunitario, luego de los cuales cada cual escribía en su página sobre la experiencia. Por acampar y andar por las zonas rurales dialogando con la gente, se llamaron “la guerrilla de blogueros”.

Un sentimiento dominante entre los jóvenes era que “la bitácora nos queda chiquita, que con la frescura y la osadía con que se escribe se pueden lograr más cosas”, relata Romero. Discutieron “por dónde vamos, de que hablamos, qué hacemos, cuál es la tensión política alrededor de la blogósfera, hasta qué punto tocamos temas que la prensa nacional no trata, qué estrategias podemos tener para lograr más repercusión en la prensa y la sociedad cubana, los vientos a favor y en contra”. Con esos temas, realizaron un encuentro organizativo que juntó a los primeros blogueros, a la “guerrilla” y a otros interesados, como periodistas no tan jóvenes.

En el Centro Memorial Martin Luther King, el 10 de julio de 2013 -con blogueros, periodistas, religiosos e investigadores invitados- se creó Blogósfera Cuba, que es “una comunidad que defiende Cuba, que se apropia de ella de una manera diferente, creativa, revolucionaria, y sobre todo, crítica”, define Romero. “Pasamos mucho trabajo a la hora de hacer el documento que nos define, pues hay muchas palabritas que temíamos poner por miedo a sonar políticamente arcaicos, y a la vez de rozar términos que usa esta disidencia enmascarada en la web”, recuerda. En su definición, “hablamos de que soñamos con una Cuba nuestra, y sobre todo de defender la soberanía. Así delimitamos los intereses injerencistas promovidos por gobiernos extranjeros, específicamente por Estados Unidos”.

Un fundamento de Blogósfera Cuba es no renunciar a la diversidad de opiniones, aun cuando existe la posibilidad de tomar posiciones de grupo. Romero expresa que sería interesante que una mañana, todos los blogs aparezcan con un tema que afecta, como el bloqueo económico contra la isla, pero cada cual hecho de manera independiente, para llamar la atención de la prensa internacional. “A veces un blog solo no hace la diferencia, pero si nos ponemos de acuerdo puede resultar”. El grupo también busca distribuir la participación en eventos –a los que los blogueros de las provincias no pueden asistir siempre-, impulsar movimientos en cada provincia y ofrecer una visión de la isla mucho más general.

El siguiente encuentro, avisa Romero –quien también advierte que todas sus declaraciones son a título personal-, será el 10 de octubre.

La comunidad de la blogósfera quiere hablarle al pueblo de Cuba e insertarse en la agenda pública. Lamentablemente, reconoce el periodista, la mayor cantidad de lectores que tienen es en el exterior por problemas de conectividad en su país. “Por eso la revista busca lo contrario, llegar por correo electrónico a la mayor cantidad de usuarios cubanos”.

La crítica y la contrarrevolución

Rodolfo Romero indica que la blogósfera cubana se caracteriza por ser un espacio crítico, lo que ha acarreado la incomprensión en las instituciones donde laboran algunos de ellos: “Una bloguera en Camagüey criticó una obra que considera un derroche innecesario de recursos. La llamaron de su periódico y le dijeron que esas cosas no las puede publicar, que por favor las quite. Retiró el post porque entendió que puso en entredicho a sus compañeros de la redacción. En el caso del blog La Joven Cuba, escribieron una post muy crítico en general, sobre los jóvenes, la identificación con el proceso histórico de la Revolución, la posibilidad de un conflicto generacional. Generalizaron algunas cosas, y a veces cuando haces eso caes en la trampa: cometes el error de excluir a mucha gente, y hubo una reacción. Determinados agentes políticos se le acercaron a decir, mira, ese tipo de crítica no conviene”.

El periodista atribuye muchos de estos problemas a “las malas intenciones que vienen de fuera” y señala que, en general, las críticas que hacen los blogueros tienen fundamento e investigación detrás. Como ejemplo, cita el episodio Camagüey, en el que el problema vino cuando la prensa extranjera lo retomó como crítica a la Revolución. “Buscan cualquier post que tenga determinado nivel de crítica, y lo amplifican como si fuera contrarrevolucionario. Por eso es complicado opinar sin que se vea como que estás contra el Estado y el partido, y al mismo tiempo hacerlo de forma constructiva”.

Los blogueros, acepta Romero, juegan el papel de periodistas no oficiales, “que también es un tema complicado. Cuando dices que eres periodista independiente, casi siempre la gente se remite a los financiados por Estados Unidos y Radio Martí, pero muchos blogueros reportan sin pertenecer a la institución oficial”.

El joven bloguero señala que, después de la desconfianza inicial que trajo la evocación a Yoani Sánchez, hubo muestras de confianza. “El evento en el Martin Luther King levantó alertas pero no hubo ningún tipo de llamado de atención ni nada. Nos preguntaron los medios si queríamos divulgación o no”. Incluso Fernando Rojas, ex viceministro de Cultura, les propuso una rueda de prensa particular para difundir la Bienal de Cultura.

“La blogósfera es aire fresco para Cuba de muchas maneras”, afirma Romero, quien valora que los anuncios de cambios lanzados por el presidente Raúl Castro van mucho más rápido que la mentalidad de muchos funcionarios intermedios. “Dice que los medios de prensa tiene que reflejar la realidad y los problemas que hay, que tienen que ser críticos y problematizar; y nuestro vicepresidente, Díaz Caney, está proyectando una ley de comunicación, pero te encuentras en algunos medios –no en todos-, algunas trabas para poner frescura y críticas”. Los blogueros, indica, sí están al ritmo de los cambios que propone la dirección del país.

Romero precisa que necesitan intercambiar conocimientos con blogueros de otros países. “Aquí estamos empezando, incluso a nivel de la tecnología, que pasa por el problema de la desconexión. Algunos descubren aplicaciones que te permiten actualizar el blog sin conectarte tanto”.

Todos los esfuerzos de los jóvenes internautas se dirigen a “poner un granito de arena al proceso de cambio”, precisa Romero. “¿Para qué? Voy a citar el concepto de Revolución que dio Fidel en el año 2000: para cambiar todo lo que debe ser cambiado. Hay cosas que están estáticas porque no se han dado cuenta de que es así o porque no ha habido la voluntad política para cambiarlas”.

“Lo que queremos es una Cuba más nuestra y mejor. Lo estamos construyendo todos, el gobierno con sus pasos y su camino, los medios de prensa a un ritmo quizá más lento, pero todos coincidimos en eso. Los blogueros le apostamos a un país donde nos guste vivir, que es el que tenemos ahora, pero queremos mejorarlo y perfeccionarlo”, explica el joven.

Un deseo fuerte de los blogueros es “que logremos menos agresión externa y que nos dejen ser  más nosotros. Nos gustaría poder criticar y debatir sin que nadie esté pendiente de qué decimos para agredirnos y hacernos daño. A lo mejor nuestra comunicación sería mucho más rica y diversa de lo que es hoy”.

Publicado el 07 de octubre de 2013

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