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Los neoliberales, y no los islamistas, son la verdadera amenaza para Túnez (Rebelion 3 de abril)

Tunez

El partido que gobierna en Túnez, Ennahda, se enfrenta a numerosos problemas económicos, entre ellos el elevado nivel de desempleo.

Me reuní con Mustafá y Kamal en la a venida Bourguiba , el lugar donde se habían manifestado en enero de l 2011 para deshacerse del dictador que durante 23 años gobernó su país con puño de hierro. Túnez ha cambiado mucho desde entonces , y la semana pasada celebró como país libre su 56 avo día de la independencia. Ambos hombres afirmaron que volverán a salir a la calle para consolidar los logros de la revolución. » Antes nos habría resultado imposible [hablar de esta manera], era impensable «, dice Mustafa, un joven de 25 años originario de Tabarka , en el norte de Túnez. » Lo único que te podría haber dicho es qué grande y qué buen hombre es Ben Ali «.

Pero, ¿ hasta qué punto se ha independizado la Túnez libre de las garras de su s antiguo s amo s y aliados coloniales ? Una manifestación realizada la semana pasada por parte de un grupo de fundamentalistas marginales reclamando la instauración de la sharia ha vuelto a poner en estado de alerta a algunos tunecinos seculares, además de preocupar a los franceses, que se oponen a Ennahda. Un político de la oposición me dijo que corren incluso rumores acerca de un golpe de E stado apoyado por Francia. Está claro que la próxima fase de la co mplicidad occidental para la subyugación del pueblo tunecino pasa por sembrar el miedo mediático y político en torno al democráticamente elegido partido Ennahda, que es una formación islamista. Sin embargo, a pesar de la s burla s constante s de los medios occidentales Ennahda declaró el pasado lunes que no haría de la sharia o ley islámica la principal fuente de legislación de la nueva C onstitución. ¿No sería mejor juzgarlos por sus acciones y no por rumores conspirativos acerca de sus intenciones? » Somos conscientes de que tenemos la responsabilidad histórica de hacer esto bien, somos genuinamente incluyentes «, me dijo Said Ferjani, un miembro del politburó de Ennahda.

La trayectoria que lleva de sde armar de forma activa a un dictador cleptocrático hasta empujar a los tunecinos para que apoyen los «valores occidentales» resulta familiar . Como Franz Fanon escribió en Los condenados de la Tierra : » Tan pronto como el nativo comienza a romper amarras y a provocar ansiedad al colono, se lo entrega al cuidado de almas bienintencionadas que… le explican la especificidad y la riqueza de los valores occidentales » .

Al principio, cuando los francotiradores acribillaban a la gente en las calles de Túnez, Hillary Clinton dijo que EEUU » no quería tomar partido » y que le preocupaban el » malestar y la inestabilidad «. La administración de Sarkozy se ofrec ió incluso a enviar a Ben Ali asesores policiales para sofocar el levantamiento. Al final murieron más de doscientas personas . Tras el triunfo de la revolución , Clinton y Sarkozy se apresuraron a elogiar el «progreso» en el país , al tiempo que expresaban su preocupación por la posibilidad de que Ennahda imponga al pueblo tunecino una dictadura de corte iraní ( ni EE.UU. ni Francia expresaron la más mínima preocupación cuando la dictadura era de tipo pinocheti sta ).

Pero el miedo a Ennahda está fuera de lugar y tiene su origen en los deseos occidentales de mantener firmemente el control. Hay un montón de diferencias obvias entre Túnez y el Irán de 1979, cuando la revolución iraní derrocó a otro tirano torturador respaldado por Occidente, e l Sha. En primer lugar, a la hora de constituir gobierno Ennahda ha formado una coalición que integra a socialistas seculares y a socialdemócratas. El presidente , Moncef Marzouki , es un activista miembro de una organización secular a favor de los derechos humanos que soportó décadas de ostracismo en su lucha contra las atrocidades que , con el apoyo de EEUU , se perpetraron contra los disidentes tunecinos .

El segundo punto es que en Túnez la sociedad civil está participando en el proceso y crecerá cada vez más . Uno de los patrones retrógrados que se constatan en un Oriente Medio salpicad o de dictaduras sostenidas por Estados Unidos es que el islamismo es a menudo la única vía de que dispone la población para expresar su descontento con respecto a la situación existente . El espacio para los movimientos de izquierda secular ha sido completamente aplastado desde que el panarabismo de Nasser en Egipto provocara en los EEUU el suficiente nivel de preocupación como para que [éste] aniquilara la izquierda en toda la región. Es evidente que lo que asusta a Occidente más que ningún islamista es una izquierda secular revolucionari a contraria al orden neoliberal que hemos in s taurado en los últimos 40 años. Eso sí que dañaría directamente la línea de flotación del sistema .

Los propios islamistas han sido a menudo muy receptivos con el modelo impulsado por las instituciones de Bretton Woods , pero dentro del orden neoliberal que trata de imponerse a Túnez será casi imposible que los partidos gobernantes exploren una vía diferente (incluso aunque lo deseen) . En estos momentos Ennahda no tiene ningún programa económico apreciable, y [su representante] me habló sobre todo de su gran interés por atraer la inversión extranjera , no de lanzar la campaña masiva de obras públicas que el país realmente necesita. Hasta la fecha Túnez ha cumplido a rajatabla los dictados de EEUU y de Bretton Woods, privatizando numerosos activos de propiedad estatal , eviscerando las instituciones públicas y reduciendo los subsidios para combustible y alimentos. De hecho, muchos comparan a Ennahda con el partido turco Justicia y Desarrollo (AKP), y no es ningún secreto que el AKP ha sido un sueño para los negocios y para el capital internacional.

Mientras detentó el poder , el AKP privatizó una amplia panoplia de bienes públicos que incluían a Tekel, la compañía estatal de tabaco y alcohol, la cual se comprometió a vender como parte de los «ajustes estructurales» vinculados a un acuerdo de préstamo con el FMI por valor de 16.000 millones de dólares . Antes de que Recep Tayyip Erdo gan, el primer ministro, comenzara a actuar como el nuevo sultán, la prensa de negocios no cabía en sí de gozo con el AKP. Por eso me preocupa Túnez : no a causa de los islamistas, sino por los neoliberales . Pasado el tiempo de la dictadura, ahora el principal asunto en Túnez es la economía: con unos índices elevados de desempleo todo el mundo aquí habla de puestos de trabajo. Los dictados de Bretton Woods han demostrado en todo el mundo ser un desastre como modelo de desarrollo. E nnahda debe ría buscar modelos alternativos , por s u propia supervivencia.

Fuente: http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2012/mar/31/neoliberal-islamist-tunisia-economy/print

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