En Italia las mafias han confiscado la vida de mucha gente. Pero hoy existe un fomento silencioso, que es necesario resaltar. Porque muchas mujeres y madres no solo quieren cambiar campo, sino que buscan realizar su deseo de libertad, de vida y de dignidad. Se rebelan contra la obediencia a los clanes mafiosos por amor de sus propios hijos, a quienes quieren garantizar un futuro libre. Cada vez hay más mujeres que se rechazan de considerar la mafiosa como la única organización social posible. Mujeres que decidieron violar códigos milenarios basados en la violencia, en las amenazas y en el respeto temeroso de un papel secundario. Intentan dar a sus propios hijos un futuro diferente. Con estas mujeres, estos niños, estos jóvenes, Libera trabaja desde hace mucho tiempo.

Les acompañamos en dibujar una nueva vida. No siempre ha sido fácil. Todavía no lo es. Es necesario trabajar de manera reservada. Es necesaria la colaboración de todos. En fin, desde hoy, las mujeres de ’ndrangheta o de mafia que quieren dejar su entorno encontrarán una red de magistrados, psicólogos y formadores que les permitirá ser atendidas con amor, de ser acogidas por personas que tienen la sensibilidad necesaria para acompañarlas.

Se llama “Liberi di Scegliere” (libres de decidir), es un protocolo de acuerdo entre el Departamento de Igualdad de Oportunidades de la Presidencia del Consejo, los Tribunales de Menores, la Fiscalía para los Menores y la Fiscalía Distrital de Reggio Calabria, la Fiscalía Nacional Antimafia y Libera, con el cual se busca apoyar y acoger a mujeres y menores que quieran salir del circuito mafioso, creando una red de apoyo para tutelar y asegurar una concreta alternativa de vida a los menores y a sus madres, que provienen de familias mafiosas. Mujeres que dejan las familias en las que son tratadas como esclavas y donde los jóvenes están destinados a ser hombres de la ‘ndrangheta, o las jóvenes mujeres de hombres de la ‘ndrangheta, para entrar en un circuito totalmente diferente, en el cual recibirán protección, lejos de su lugar de origen.

“Exigimos el derecho a la vida, para mí y para mis hijos. Queremos vivir.”

Libera está acompañando muchas mujeres de familias mafiosas en este duro camino de regeneración. Hemos preguntado a dos de ellas de contar su experiencia. Las vamos a llamar con dos nombres de fantasía: Rita y Daniela. Rita ha tomado esta importante elección de vida en el 1994, Daniela en el 2010.

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Rita:

“Mi decisión ha madurado en el momento en el que entendí que quería empezar a vivir de manera diferente respecto a la manera en que crecí. Yo nací en una familia mafiosa. Cuando era pequeña, mi padre fue brutalmente matado. Crecí con la gana de venganza, pero aún más con la sed de respuestas. Ahora sé que no es normal, pero en aquel momento, aunque puede parecer paradójico y absurdo, para mí lo era. Quería alejarme de esta mentalidad, de esta familia, de estas amistades. Quería poner en práctica dos palabras para mi muy significativas: regeneración y reconstrucción. Hoy pienso de poder afirmar que tuve éxito gracias a mi paciencia, al Estado, a Libera, a Luigi Ciotti. Si hemos llegado nosotras, mucha gente más puede llegar a hacerlo, porque es como un pasa la voz, una experiencia que se transmite. Cualquiera lo puede lograr, cada uno de nosotros puede mejorarse. También para mejorar la vida de los demás.”

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Daniela:

“Soy una mujer, pero sobre todo soy la mamá de mis tres hijos. He madurado esta decisión cuando mi marido fue asesinado por mano de la mafia, es decir por el mismo mundo al que pertenecía. Eso fue el momento del choque, como si nos hubiéramos despertados, tomando conciencia de todo lo que estaba pasando; antes de ese momento, no siendo directamente afectados, no teníamos la capacidad de entender lo que pasaba a nuestro alrededor. No lo veíamos. Teníamos los ojos cerrados, vendados por culpa de aquella educación que nos imponía de no ver, de no hablar, de no escuchar. Esta misma educación, esta misma mentalidad que nos estaba transformando de ser humanos a ser pasivos. Era el 2008 y durante dos años intenté salir pidiendo ayuda a diferentes iglesias. Desafortunadamente nadie nos ayudó. En 2010, pero, conocí Don Luigi, conocí Libera que nos ha apoyado en todo: en nuestra salida y en nuestra rehabilitación, ayudándonos a reeducarnos e integrarnos en la sociedad. Hoy vivimos, más bien sobrevivimos: nos ocultamos, no podemos revelar nuestra identidad y esto nos impide sentirnos personas, nos niega el reconocimiento. Estamos en fuga. A veces mis hijos me preguntan porque vivimos esta situación si no hemos hecho nada mal. Pues lo que exijo es el derecho a la vida para mí y para mis hijos. Queremos vivir. “

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Sus testimonios son una semilla que florece, herencia de quienes las sembraron en el pasado como Rita Atria, Lea Garofalo, Piera Aiello, Felicia Impastato. Mujeres que pertenecían o han descubierto de pertenecer a familias de mafia y que en un determinado momento se rebelaron a un destino de violencia, con consecuencias difíciles y a veces trágicas. ”Liberi di Scegliere” está para ayudarlas, como ya lo estamos haciendo, en la medida de nuestras posibilidades, ofreciendo un punto de apoyo a sus vidas perseguidas y clandestinas. Y no sólo por deber ético, o por una cuestión de solidaridad humana, sino también porque ayudarlas significa afectar las mismas bases de la mentalidad mafiosa, para tutelar la dignidad y la libertad y para construir juntos una sociedad más justa y más libre del poder mafioso y de sus socios.