Ciudad de México | Desinformémonos. La madrugada del 21 de abril fue liberado el maestro Mario Olivera Osorio, integrante de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) acusado del secuestro de los sobrinos del entonces presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, luego de que se dictaminó que no había pruebas fehacientes de su participación en el hecho.
De acuerdo con los resultados de la aplicación del Protocolo de Estambul, Olivera Osorio fue víctima de tortura y otros malos tratos durante sus cuatro años de estancia en el Penal de Alta seguridad de Puente Grande, en Jalisco.
En el 2013, cuando sucedió la detención, maestros de la Sección 22 e integrantes del Frente Único de Lucha (FUL) denunciaron la “desaparición” de cuatro profesores, entre los que se encontraba Olivera Osorio. Una hora más tarde, los cuatro integrantes de la SNTE fueron presentados por las autoridades como presuntos secuestradores de los sobrinos de Gutiérrez Candiani, lo que se calificó como un intento de “criminalización a la protesta social”.
El secretario de Organización de la Sección 22, Francisco Villalobos, aseguró entonces que además se trataba de “un embate más en contra de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) para empantanar la situación que se vive en el país”.
El 19 de mayo de ese año, de acuerdo con el subsecretario de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación, Eduardo Sánchez, la detención se llevó a cabo sin ningún disparo y en cinco operaciones simultáneas en Oaxaca y el Distrito Federal por los grupos antisecuestro del gobierno federal.
Los otros otros profesores de la Sección 22 que fueron detenidos son Lauro Atilano Grijalva, Damián Gallardo Martínez y Sara Altamirano Ríos, y junto con Olivera Osorio, fueron exhibidos en los medios nacionales como responsables del secuestro.
