Intimidan a la familia de Nestora Salgado, comunitaria de Guerrero encarcelada

Jaime Quintana Guerrero

México. La hija de Nestora Salgado, la coordinadora de la policía comunitaria de Olinalá presa en un penal de alta seguridad, vivió un incidente que el esposo de Salgado e incluso diputados califican de “emergencia” y de no ser un “hecho aislado”. En el camino de Olinalá a la capital de México para llegar a una reunión con legisladores -que buscan la posibilidad de que la comunitaria presa sea trasladada a un penal de la Ciudad de México-, un comando armado subió al autobús en el que viajaba, hizo descender a una mujer vestida como Saira Salgado y la ejecutó.

Saira Salgado es la hija mayor de Nestora Salgado, coordinadora regional de la Policía Comunitaria en Olinalá, presa en el penal de alta seguridad de Tepic, Nayarit, desde agosto del año 2013, acusada de secuestro agravado y delincuencia organizada por su participación en el organismo comunitario de justicia.

Saira Salgado y su padre se encargan de la defensa de la comunitaria en Estados Unidos y México. El 1 de junio, la joven salió por la noche de Olinalá, Guerrero, rumbo a una reunión con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados. El autobús fue interceptado por un grupo armado, que bajó y ejecutó a una mujer vestida de manera muy similar a Salgado.

El suceso, explica Luis Ávila, esposo de Nestora Salgado, plantea un momento de “emergencia”, y los colectivos de solidaridad ya planean protestas en Estados Unidos y Guatemala; en los consulados de Costa Rica, República Dominicana y Brasil, además de acciones en San Francisco, Seattle y Los Ángeles. Se trata de hacer un llamado a no bajar la guardia “con el gobierno represor”, explica el también migrante. Añade que lo que le sucedió a Saira Salgado le pasa en todo México a luchadores sociales, y resalta que en Guerrero hay 50 personas que se consideran presos políticos.

El ataque

Salgado salió de su casa el 1 de junio a las siete de la tarde pero volvió, pues el camión salía a las 8:15 de la noche. Abordaron solamente 15 personas. Unos 10 minutos después de salir, el autobús se detuvo en una subida, abordaron hombres armados y apuntaron con las armas “exigiendo que nos agachemos y apaguemos los celulares”.

El comando armado le quitó las llaves al chofer y recorrió los pasillos. “Yo estaba agachada y escuché cómo algunos pasajeros rezaban”, expresa Saira Salgado. “Lo primero que se me vino a la mente fue que me esperaban en cámara de diputados, donde se explora la posibilidad de que mi madre sea trasladada a una cárcel en la Ciudad de México”. Nestora Salgado se encuentra hasta el momento sin tener acceso a su abogado y en aislamiento.

La joven narra que los asaltantes dijeron “que uno por uno íbamos a bajar, y quien lo hiciera sin ser llamado se lo cargaría la chingada”. Bajaron primero a una señora sentada al frente del camión, “vestida como normalmente me visto yo. A su niña la dejaron en el asiento; se escucharon cuatro balazos y después, sólo silencio”, recuerda.

“Por un rato no supe qué pasó; escuché que pasaron carros pero no se detuvieron; transcurrió un poco más de tiempo que me pareció una eternidad”, detalla. “Pensé que en el último de los casos se llevarían lo material, pero se me hizo raro que bajaron a esa señora, y no robaron nada, ni un celular, ni dinero, absolutamente nada. En ese momento pensé que iban por mí, y no fue robo ni un asalto, sino un atentado. Son muchas las coincidencias”, afirma Salgado, quien considera como responsables a Eusebio Gonzáles Rodríguez y Armando Patrón Jiménez, funcionarios del ayuntamiento de Olinalá.

La detención que llevó a la cárcel a Nestora

Nestora Salgado, como autoridad de la policía de Olinalá –que pertenece a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC)- ordenó el 16 de agosto del 2013, la detención del síndico Armando Patrón Jiménez, acusado de abigeato y de presunta participación en el asesinato de dos ganaderos.

El funcionario local fue trasladado a la Casa de Justicia regional para ser procesado por el sistema comunitario, que funciona desde hace 18 años y está reconocido en la ley estatal. La detención del síndico provocó que personas cercanas a él acusaran a Nestora Salgado de secuestro. Cinco días después, miembros del ejército ingresaron a la comunidad, detuvieron a la coordinadora y la entregaron a la marina, quien la subió a un avión y la trasladó al penal de Tepic.

El diputado federal Roberto López, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y uno de los pocos que pudo acceder al penal para visitar a la comunitaria presa, denunció que lo ocurrido en el autobús no es un hecho aislado. Incluso, legisladores federales pidieron medidas cautelares para la hija de Nestora Salgado. Salgado, quien recibió el premio de derechos humanos “Don Sergio Méndez Arceo” de 2014, vivió muchos años entre México y Estados Unidos, como miles de migrantes. A su regreso a la Montaña de Guerrero, decidió incorporarse a la seguridad comunitaria.

09 junio del 2014

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