La clave geopolítica de Petrobrás, más allá de la corrupción

Pedro Otoni

Los escándalos actuales que involucran políticos y empresas brasileñas en casos de corrupción con Petrobras y, al mismo tiempo, la entrada en orden de votaciones del Congreso Nacional de un proyecto de ley que retira el monopolio de la estatal petrolera sobre las reservas del Pre-Sal, no parecen ser coincidencia. Hay algo moviéndose más allá de las atenciones de la prensa.

Petrobras es la empresa brasileña más grande, responsable de la investigación, explotación, transformación y distribución del principal recurso energético de la actualidad: el petróleo. Su importancia, no obstante, está más allá de los hidrocarburos.

La estatal es también responsable por la mayoría de las patentes brasileñas registradas, posee un rol significativo en la construcción naval y desarrollo y fabricación de maquinaría pesada. Petrobras no es una empresa común, es un instrumento estratégico para la economía y el desarrollo brasileño.

La reserva de petróleo del Pre-Sal (ubicada en aguas profundas cerca de la costa de Río de Janeiro) podrá financiar el desarrollo económico y social brasileño, posibilitando la superación de problemas sociales estructurales. En este sentido, fue creado en 2010 el Fondo Social del Pre-Sal con el objetivo de constituir recursos para garantizar, con prioridad, el financiamiento de la educación y la salud en Brasil.

En el polígono de explotación del Pré-Sal hay reservas de petróleo y gas de aproximadamente 40 mil millones de barriles ya descubiertas y 176 mil millones no descubiertas (estimación), según cifras del Instituto Nacional de Aceite y Gas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro. Esta reserva equivale a cinco años del consumo mundial del recurso.

Hay una ventaja extra, pues su costo de extracción es de 8 dólares, muy abajo del costo medio de la producción mundial. No hay dudas de que el Pré-Sal es un recurso abundante y estratégico, por ello, codiciado.

Petrobrás y pre-sal en la mira de los intereses de las multinacionales

En la disputa de poder internacional, la dimensión energética se destaca. El acceso a las fuentes de energía, como el petróleo, es determinante para el proceso de industrialización y desarrollo de cualquier nación. El condomínio imperialista (Euro-Estadunidense), liderado por los EEUU y materializado en la OTAN, sabe del rol estratégico de las reservas energéticas -como el Pré-Sal brasileño- en la correlación de fuerzas mundial.

Sin embargo hay una variable importante en este juego geopolítico: los BRICS. La articulación entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que potencialmente se ha configurado como condicionante mundial de la OTAN, una importante preocupación para Washington.

Los BRICS se han compuesto por países que no forman parte de la OTAN, poseen factores estratégicos importantes, como reservas de petróleo (Brasil, Rusia), armas atómicas (Rusia, China e India), población y fuerza de trabajo abundantes (China, India, Brasil y Rusia); son industrializados y tienen gran potencial para el consumo interno. Así que los BRICS son una alianza potencialmente fuerte y pueden condicionar seriamente el poder político mundial concentrado en las naciones del Atlántico Norte.

El gobierno brasileño, frente a la actual crisis política, no prioriza las relaciones con sus aliados internacionales, sean los BRICS o la Unión de las Naciones Sudamericanas (Unasur), lo que lo expone a las presiones de los países centrales, en especial los EEUU.

La postura brasileña no solamente pone en riesgo el patrimonio y los intereses nacionales, sino también contribuye para el debilitamiento de los gobiernos progresistas en Latinoamérica. Basta ver la omisión o el desprecio por la situación sensible en Venezuela, Bolivia y Argentina.

En resumen, el control estatal y nacional del Pré-Sal va en contra de los intereses geopolíticos del Atlántico Norte. El monopolio por Petrobras de las reservas del Pré-Sal es una herramienta importante de desarrollo nacional y ejercicio del poder real en la geopolítica. Aliado a la enorme ventaja en términos energéticos, una posible relación estrecha de cooperación internacional con los otros BRICS -en especial Rusia, antagonista declarada, y China, principal competidora económica de los EEUU- ofrece buenas condiciones para que Brasil y Latinoamérica tengan posibilidades de asumir una postura independiente en las relaciones internacionales.

Estos intereses internacionales en el Pré-Sal se materializan en el proyecto de ley que tramita el Congreso Nacional y propone retirar el monopolio de Petrobras para explotar las reservas de ese tipo de petróleo.

Más allá de esto, las denuncias de corrupción involucrando los recursos de Petrobras, empresas y políticos, no tienen como objetivo defender la moral y la legalidad, sino principalmente crear un contexto favorable a la privatización de la estatal petrolera y poner fin a la soberanía energética brasileña.

Pedro Otoni es politólogo y secretario político nacional de Brigadas Populares, artículo tomado de: https://notas.org.ar/2016/03/11/petrobras-presal-brasileno-centro-disputa/

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