A 5 años de la fundación del albergue de migrantes “La 72” en Tenosique, Tabasco, se podría decir que a la situación migratoria en México va a peor. O al menos eso comenta Fray Tomás González, quien ha tomado las riendas de este refugio para migrantes desde que adquirió ese nombre.
Este lugar, que sirve de parada para que los migrantes que cruzan hacia los Estados Unidos puedan descansar durante su larga travesía, comenzó a existir hace unos 20 años. Otrora se encontraba en la parroquia de los franciscanos que está en el centro de la ciudad de Tenosique, pero en poco tiempo, las salas de la iglesia se les quedaron pequeñas y plantearon aumentar las dimensiones.
El proyecto poco a poco fue evolucionando y creciendo, y en 2010 llega Tomás González para administrar el refugio. Cuando arribó al lugar, ya se estaban produciendo casos de secuestros masivos y agresiones contra migrantes. Los problemas con el Instituto Nacional de Migración, y la colusión de la policía municipal y estatal con el crimen organizado, eran y son varios de los problemas que siguen enfrentando los centroamericanos que deciden recorrer el camino.
El nombre de La 72 es un recuerdo a los 72 migrantes que en agosto de 2010 fueron asesinados y encontrados en un bodegón en la ciudad de San Fernando, Tamaulipas. Un suceso que impactó a México y que quedó en la memoria de los defensores de derechos humanos y migrantes, para evitar el olvido.
Refugiando los sueños
“Desde el principio quisimos ponerle un nombre paradigmático, que representara toda la tragedia que estaba pasando en el país.” La casa se abrió formalmente el 25 de abril del año 2011, explica Fray Tomás.
Al principio únicamente se contaba con un cuarto para dar de comer, para registrar a los que llegaban y para dar un techo. A día de hoy, con el paso del tiempo, el albergue ha crecido y posee una infraestructura mucho mayor. Durante estos años se ha organizado y concentra sus actividades en tres aéreas de trabajo: asistencia humanitaria, derechos humanos y cambio estructural.
Este albergue continua siendo uno de los puntos donde más migrantes se reciben en México a pesar de la barrera que ha supuesto este último año el Plan Frontera Sur, implementado por el presidente Enrique Peña Nieto y su ex homólogo de Guatelama, Otto Pérez Molina. Frontera Sur ha significado más deportaciones, especialmente para los centroamericanos, y sus operativos se han centrado a impedir que los migrantes suban a La Bestia, el tren de mercancías que cruza todo el país hasta la frontera con Estados Unidos.
“El Plan Frontera Sur es letal, es represivo, es muy violento y tiene que desaparecer” dice González. Desde que se instauró, ha habido un total de 12 personas muertas en esta zona, que el albergue tiene documentado en diferentes eventos. Este plan especial migratorio desencadenó una deportación masiva. En el primer semestre de 2015, México expulsó más centroamericanos que los Estados Unidos.
Sin embargo, la lucha y solidaridad siguen. Ahora, las instalaciones cuentan con un dormitorio para hombres, uno para mujeres, y uno para menores migrantes no acompañados. También cuentan con una clínica equipada con material para brindar primeros auxilios, una capilla, un salón multiusos y una cancha. Actualmente se anda gestando un nuevo proyecto que incluye el aspecto de la diversidad sexual, referente a migrantes que son vulnerables en sus países de origen derivado de sus preferencias sexuales.
La línea de trabajo que el albergue está reforzando son las solicitudes de refugio, ya que la mayoría de migrantes huye por la violencia que afecta en sus países. Del total de solicitudes de refugio en México, “La 72” gestiona la décima parte. En el año 2014, ayudaron a tramitas más de 200 peticiones y en lo que va este año, ya han superado con creces la cifra. Lo que ha provocado que el Alta Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, esté trabajando en la zona y planeé abrir una centro humanitario en Tenosique.
Tan sólo hace unas semanas, se llevó a cabo la visita in loco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En esa reunión se concentraron todas las discusiones sobre la situación de migrantes, refugiados y desplazamiento interno. En el encuentro se hizo mucho hincapié que siguen vigentes las condiciones de graves violaciones de derechos humanos a los migrantes.
Ante toda adversidad, el flujo migratorio ha continuado prácticamente igual. En 2013, “La 72” recibió 14 mil 500 personas, en 2014 más de 12 mil y en lo que va de 2015, van cerca de 9 mil personas registradas, una media de unos 1 mil 100 por mes, según informa Fray Tomás.
Si los cálculos no andan desencaminados, el año va a terminar con un mínimo de 12 mil personas, quedando en evidencia las reiteradas declaraciones del Instituto Nacional de Migración que afirman que la migración ha bajado drásticamente.
Lo que sí ha cambiado es la manera en que se trasladan los migrantes por el país; quien tiene dinero, paga un pollero para que los cruce por México, los demás, toman camiones, caminan o incluso algunos siguen arriesgándose a subir al tren a pesar de los operativos masivos que hay.
A 5 años de la fundación de “La 72”, los activistas ven que la situación sigue igual o peor, no solo en el tema migratorio, sino en lo que acontece a los derechos humanos en México. “Pareciera que los que gobiernan el país no les interesa lo que digan las Naciones Unidas, lo que diga la CIDH o lo que diga nadie.”
“En cuestiones de derechos humanos no puedes negociar, hay que luchar por todo: tránsito libre y digno, manejar las causas estructurales en los lugares de origen y pedir a los Estados Unidos el cambio en su política migratoria”, sentencia el franciscano González.
Esta publicación fue financiada con recursos de la RLS con fondos del BMZ