Foto: Persona desplazada accediendo al colegio de Tiro, con ropa tendida colgando de las ventanas. (Joan Cabasés Vega)
De urgencia, como respuesta a la escalada de agresiones en Líbano, así se reunirá hoy la Asamblea General de las Naciones Unidas en su sede en Nueva York, después de casi un año de citas en las que no se ha conseguido detener el genocidio en Gaza, y tras varios días de ofensiva israelí contra el país vecino, que ha dejado cientos de víctimas mortales en poco más de una semana.
Ayer, en su discurso ante los estados miembros, el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres alertaba de que “Líbano está al borde del colapso”, y calificaba a Gaza de “pesadilla interminable que amenaza al resto de la región”, “el mundo no se puede permitir otra Gaza”, alertaba. Poco después, en su última intervención ante las Naciones Unidas, el presidente estadounidense Joe Biden defendía su “determinación” desde el 7 de octubre por “evitar una guerra más amplia que afecta a toda la región”, mientras insistía, en que “aunque la situación haya escalado “una situación diplomática aún es posible”.
Mientras se repiten discursos ya conocidos, ante la inminente asamblea extraordinaria de Naciones Unidas, el primer ministro, Benjamin Netanyahu se prepara para viajar a Estados Unidos, pues se dirigirá ante la Asamblea General de la ONU el próximo jueves. Según publicaban las noticias del Channel 12 israelí, recogiendo el testimonio de miembros del gobierno, este viaje de Netanyahu ha despertado críticas al considerar que se ausentará del país durante un momento crítico, gesto que consideran “irresponsable”.
Más allá de la retórica y de las llamadas a la desescalada, lo cierto es que una vez más Israel es quien está cometiendo el grueso de las ofensivas: un cálculo elaborado por Al Jazeera refleja que desde el 8 de octubre, Israel habría realizado 8.300 ataques contra Líbano, cuatro veces más que los lanzados por la milicia, que raramente dejan víctimas mortales.
De hecho, durante la jornada de ayer, el conteo de víctimas libanesas de la ofensiva israelí no paraba de aumentar hasta llegar a las 569, un goteo que no ha cesado durante el día de hoy, mientras el ejército sionista continua con sus bombardeos. La ofensiva también dejó al menos 1.835 heridos. Hezbollah por su parte ha incrementado el número de cohetes lanzado contra Israel, llegando a enviar 300 de estos artefactos durante la jornada del martes. También disparaba un misil tierra-tierra contra los cuarteles generales del Mossad en Tel Aviv, interceptado por el escudo antimisiles de Israel.
Si el aumento continuo en el recuento de víctimas libanesas recuerda al escenario gazatí, también lo hace la proliferación de personas buscando refugio, muchas tras haber recibido mensajes del ejército sionista empujándolos a la “evacuación”. En los últimos días miles de personas se dirigen hacia el Norte, hacia las montañas y hacia Beirut, especialmente después de que Nasser Yassin, ministro de Medio Ambiente, anunciara la apertura de 252 escuelas para las personas desplazadas, donde ya se refugian 27.000 personas. Ya en agosto, Naciones Unidas hablaba de más de 110.000 residentes libaneses del sur desplazadas.
También se repite el argumentario israelí para fijar los objetivos de su ofensiva: del mismo modo que el Estado sionista lleva casi un año insistiendo en que continuará su “guerra contra Hamás” hasta que hayan vuelto todas las personas hechas prisioneras el 7 de octubre, el ministro de defensa Yoav Gallant visitaba ayer las tropas desplegadas en el Norte de Israel, provenientes de Gaza, anunciando que la ofensiva seguiría hasta que los israelís pudiesen restablecerse en las ciudades y asentamientos del Norte, mientras se puso sobre la mesa una invasión terrestre al Líbano, según recogía The Israel Times. En un post dirigido a Antonio Guterres, el ministro de Gallant le contestaba “la pesadilla de la que habla ya es un hecho”, y acusaba a las Naciones Unidas de no cumplir su obligación de evitar los ataques de Hezbollah.
Los ataques israelís se han cobrado esta semana también en Líbano la vida de dos periodistas, el cámara de Al-Manar TV, Kamel Karaki asesinado en la ciudad Qantara del Sur del Líbano, según reportaban los medios locales, y el periodista Hadi al-Sayed, quien trabajaba en el canal de televisión libanés Al Mayadeen, y fue asesinado en su casa por un bombardeo israelí. Estas dos últimas víctimas se sumarían a los otros tres periodistas muertos bajo fuego israelí desde el 7 de octubre, según reporta la Federación Internacional de Periodistas.
La violencia israelí contra Líbano ha generado la indignación de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, cuya secretaria general, Agnes Callamard, señalaba ayer en una entrevista en Al Jazeera: “Israel está cometiendo violación tras violación de la ley internacional”, tras enumerar los ataques indiscriminados en Gaza, el asesinato de trabajadores humanitarios o de periodistas. Callamard señalaba también a los gobiernos que siguen armando al estado sionista, especialmente Estados Unidos, donde ayer miles de manifestantes se concentraron en las principales ciudades exigiendo el cese del apoyo militar a Israel por parte de la superpotencia y un embargo de armas.
El genocidio en Gaza no cesa
No por estar desplegando su violencia contra la población libanesa Israel ha aflojado su ofensiva contra Gaza, al contrario, el ejército sionista ha recrudecido los ataques contra el centro de la franja, y la ciudad de Khan Younis en el Sur, cuya parte oriental ha sido totalmente arrasada. También el campo de refugiados de Nuseirat ha sido objeto de múltiples ataques aéreos. Desde el castigado territorio llegan testimonios sobre familias enteras masacradas. Entre ellas, una mujer embarazada y sus cuatro hijos, asesinados en Rafah en el bombardeo de una vivienda.
Y es que, según denuncia la Defensa Civil palestina, Israel está intensificando la destrucción de edificios residenciales. Esta organización denuncia el bombardeo de ocho viviendas y la muerte de 53 palestinos entre Khan Younis y Rafah solo el martes. Mientras, las cifras de personas asesinadadas en Gaza es de al menos 41.467 con por lo menos cerca de 100.000 personas heridas, apuntan los datos del Ministerio de Salud.
Incursiones y arrestos en Cisjordania
Mientras bombardea Líbano y Gaza, Israel ha hecho de Cisjordania un campo de incursiones militares continuas, como las que ayer martes, en las inmediaciones de Hebrón, de Nablús o de Belén, se tradujeron en la detención de varios palestinos, según la agencia de noticias Wafa.
En total son ya casi 500 los y las palestinas asesinadas en Cisjordania, 116 de ellas niñas, unas 3.500 las personas desplazadas, y 11.000 las detenidas desde el 7 de octubre. El territorio ocupado vive un deterioro sin precedentes, con una crisis económica que se deja sentir sobre los hogares palestinos.
Por otro lado, el pasado domingo, soldados enmascarados israelíes invadieron las oficinas de Al Jazeera en Ramallah, acusando a la redacción de incitar al terror, y entregando una orden de cierre por 45 días. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras, han denunciado la acción, calificándola de “censura sin precedentes”.
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