CHIHUAHUA, Chih. (apro).- La comunidad rarámuri de Huitosachi ganó un litigio a Fomento Agropecuario Campo Lindo SA de CV y a los hermanos Andrés Arturo y Jaime Federico Elías Madero por la titularidad de más de 253 hectáreas en el municipio de Urique.

En octubre de 2009 los rarámuri iniciaron el juicio por la titularidad de su territorio en el Juzgado de Chínipas, que el 27 de noviembre de 2013 emitió un fallo contra la comunidad indígena. Ésta apeló la decisión ante una segunda instancia, debido a las irregularidades cometidas durante el proceso.

Tres meses después, la Segunda Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia en el estado de Chihuahua falló a favor de los rarámuri de Huitosachi, por lo que ahora serán los legítimos propietarios de las tierras localizadas en ese lugar.

De acuerdo con la sentencia emitida, el Registro Público de la Propiedad deberá registrar el terreno a nombre de los integrantes de la comunidad indígena, “y asegurarles la servidumbre de paso necesaria para que las familias tengan salida y acceso a la vía pública”.

Los representantes legales de los indígenas precisaron que entre las irregularidades detectadas en el juicio destaca el hecho de que el juez no tomó en cuenta las pruebas presentadas por la comunidad y no aplicó el “Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren derechos de personas, comunidades y pueblos indígenas”, emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

En la resolución emitida, la Segunda Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia tomó en cuenta las sentencias favorables que los pueblos indígenas de otros países han obtenido en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en relación al derecho al territorio, así como el Convenio 169 de la Convención Americana de Derechos Humanos y el Protocolo mencionado.

Basado en esa legislación, reconoció que hay elementos jurídicos suficientes para resolver y respetar los derechos de los rarámuri.

Para la comunidad de Huitosachi, la sentencia sienta un precedente importante en el avance del reconocimiento legal de los derechos de los pueblos indígenas y una esperanza en medio del clima de impunidad en el que viven.