La agricultura de la región del oeste de Brasil está “manchada de sangre de niños indígenas”, aseguraron los pueblos originarios del lugar que llamaron a los compradores internacionales a boicotear la actividad económica por el mortal conflicto con los productores.

El plan lanzado hace algunos días proviene de seis pueblos indígenas, apoyados por movimientos, organizaciones, Amnistía Internacional y la Iglesia brasileña.

Lindomar Terena, coordinador de Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), aseguró que «Estados Unidos, Asia y Europa deben saber que parte de la soja, la carne y el azúcar que les llega está manchada de sangre de niños indígenas. Seguir consumiéndolos es alentar más crímenes contra nuestros pueblos».

Productores agrícolas están convencidos de que la petición es absurda, y cuentan con el apoyo gubernamental. «Es una iniciativa completamente ridícula. Los indígenas están siendo manipulados con el objetivo de debilitar nuestra economía», sostuvo Mara Caseiro, diputada local e hija de agricultores.

Los guaraníes son quienes más conflicto han tenido con los agricultores, quienes los despojaron de sus tierras para la producción, aunque éstas hayan sido reconocidas como tierras indígenas.

El llamado al boicot fue difundido por los indígenas que lograron alcanzar Alemania, Francia y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Con información de agencias