Guerrero herido, marcado por la ausencia

Tlachinollan

La desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, sigue lejos para dilucidar los infames hechos de violencia, perpetrada por las corporaciones policiacas y las fuerzas armadas, donde se evidenciaron los vínculos con la delincuencia organizada. Desde ese entonces las madres y padres de familia han luchado para encontrar a sus hijos, pero también ha señalado la participación del ejército en la desaparición de los normalistas.

En Guerrero la desaparición forzada ha sido una constante en el pasado y en el presente, así como masacres perpetradas por las corporaciones policiacas y las fuerzas armadas. Hoy se cumplen 27 años de la masacre de Aguas Blancas. El 28 de junio de 1995 campesinos pertenecientes a la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) se movilizaron para exigir proyectos productivos, sobre todo, demandaban la presentación con vida de sus compañeros desaparecidos en el municipio de Atoyac de Álvarez, pero fueron asesinados 17 campesinos. En ese entonces estaba de gobernador Rubén Figueroa Alcocer, uno de los caciques más aborrecibles en la historia de Guerrero. El 7 de junio de 1998 pasó lo mismo con la masacre de El Charco, donde fueron ejecutados extrajudicialmente a 10 campesinos y un estudiante de la Universidad Autónoma de México. El gobierno federal y estatal implementaron una estrategia de contrainsurgencia para exterminar a la guerrilla, sofocarla completamente, así como a las organizaciones sociales y comunitarias.

Nuestro estado está marcado por la sangre y la ausencia de indígenas y estudiantes que alzan la voz. En Aguas Blancas, El Charco y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa se aplicó la estrategia de contrainsurgente. ¿Qué más esconden los muros de la impunidad?

A 93 meses de la desaparición de los normalistas, es lamentable que aún no se sepa sobre el paradero de los estudiantes. Lo inaudito es que las autoridades no han detenido a los responsables y -que el ejército y la Marina- se resisten para no abrir los archivos relacionados con la desaparición de los 43 normalistas.

Con las lágrimas en el corazón, las madres y padres no han dejado de luchar en un minuto. Lo mostraron este 26 de julio con la marcha que realizaron en la Ciudad de México. Sus consignas volvieron a timbrar los hilos de la verdad y la justicia. Recordaron que a sus hijos se los llevaron vivos y que a 7 años y 9 meses tienen que regresarlos. Depositaron su esperanza en Andrés Manuel López Obrador para que diera con el paradero de sus hijos, pero ni siquiera ha podido castigar a todos los responsables, incluyendo a elementos del ejército.

En el mitin en el Hemiciclo a Juárez doña Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, estudiante desaparecido, dijo que siguen “sin resultados, pero que sepa el mundo entero que aquí estamos otro mes más exigiendo al gobierno que avance con las investigaciones para saber de nuestros hijos. Como madres y padres es muy triste pasar las horas sin saber nada. Nuestro caminar está lleno de espinas y dolor. Exigimos que deben ser castigados todos los responsables que estuvieron esa noche del 26 de septiembre, donde asesinaron a tres normalistas, tres civiles, uno quedó en coma y los 43 no sabemos por dónde se los llevaron. Siempre dijimos que fue el Estado quien desapareció a nuestros hijos y es el Estado quien tiene que dar respuestas.

“En el tercer informe el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) presentó un video en el que se visualiza a las fuerzas armadas en el basurero de Cocula el 27 de octubre del 2014, mientras a nosotros nos recibió Enrique Peña Nieto el 29 de octubre diciéndonos que se topara con quien topara que iba encontrar a nuestros hijos y que iba a castigar al responsable. Toda fue una mentira. El ejército es responsable, pero nos continúa negando los archivos, pese a que se comprometieron a brindar la información, nos volvieron a engañar con el fin de quedarnos con los brazos cruzados. Ahí es donde vemos obstáculos, así como en la Marina. Ellos saben dónde dejaron a nuestros hijos”, agregó doña Cristina Bautista

Por su parte, don Maximino Hernández, padre de Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, estudiante desaparecido, destacó el sufrimiento de las madres y padres en esta lucha titánica por encontrar a sus hijos. “Hoy habemos padres y madres que estamos enfermos, sin poder caminar. La única riqueza que tenemos son nuestros hijos y por ellos damos la vida. Parece que seguimos patinando en el mismo lugar como el anterior gobierno. Vamos a seguir hasta saber la verdad y que se castiguen aquellos verdaderos responsables de la desaparición.

Este 27 de julio también fueron a dejar ofrendas florales a los estudiantes caídos: Julio César Mondragón Fontes, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo. Exigieron justicia y castigo a los responsables de estos hechos atroces.

Faltan 43 desaparecidos y miles, pero las autoridades están dispuestas a ocultar la verdad y alargar el tormento de muchas familias que están buscando a sus hijos, a sus madres, a sus padres, a sus hermanos y hermanas.

Publicado originalmente en Tlachinollan

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