Nuestro país está sumergido en un ambiente de extrema violencia directa: violaciones, asesinatos y desapariciones de estudiantes, periodistas y luchadores sociales. La base es una violencia estructural producto de un orden social y económico capitalista que se nutre de la explotación de unos hombres sobre otros.

Lo que sucedió en Ayotzinapa es parte de un exterminio selectivo del Estado hacia todos aquellos grupos sociales que luchan contra el sistema económico y sus consecuencias mórbidas. Las cifras oficiales registran cientos de casos de despojo y desplazamientos forzados, 350 presos políticos, 138 mil ochocientos asesinatos y 22 mil setecientas desapariciones, en los últimos siete años. Y el número de víctimas aumenta a cada minuto, en todo el país.

Pero estas víctimas no son sólo una cifra. Son personas. Personas con historias, ideales, sueños e ilusiones. Por ello, nuestro objetivo es, por medio de la imagen y de la descripción, mostrar quiénes son estas personas, conocer nuestras similitudes y nuestras diferencias; conocerlos. En una palabra, humanizarlos.

¿En qué se parecen a nosotros? ¿Por qué los desaparecieron? Lo que buscamos es dejar de normalizar esta situación de extrema violencia, dejar de escuchar esos números como sólo cifras. ¿Cómo podemos tomar clase si nos faltan 2, 3, 43, 42+4, 46, o cientos de miles de compañeros? ¿Qué tenemos que hacer para que esto no le pase a nadie más? ¿Qué sigue en la lucha?

El problema puede ser económico y social, pero no por ello se tienen que dejar de lado demandas claras que busquen frenar la violencia directa, tales como la Justicia y la Verdad. ¡Verdad y Justicia para los padres y alumnos de Ayotzinapa, para Aguas Blancas, para Acteal, para Atenco, para Tlatlaya, para las mujeres de Juárez, para los miles en las fosas clandestinas, para Galeano, para Juan Vásquez, para Gustavo Salgado, para Anayeli Bautista y para muchos otros más! “Sumemos a nuestras luchas que tenemos, la lucha por los desaparecidos y desaparecidas. Nombremos a los ausentes. Señalemos claramente el crimen. Señalemos al criminal”, Subcomandante Insurgente Moisés.